República Dominicana es una de esas propuestas difíciles de rechazar si uno quiere distenderse y disfrutar de todos los encantos del Caribe. Entre todo lo que tiene para ofrecer, en los últimos años, Miches y Baní se han ido consolidando como dos destinos emergentes que cada vez atraen a más turistas gracias a sus atractivos únicos.
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Para los amantes de la naturaleza
Conocida como el “Paraíso del Este”, Miches es una ciudad ubicada al sur de la Bahía de Samaná, frente al océano Atlántico, en la provincia de El Seibo. A menos de una hora en auto desde el Aeropuerto Internacional de Punta Cana, este destino es elegido por sus variados encantos naturales.
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Lo más recomendado es visitar la montaña Redonda, que desde su cima se puede obtener una vista en 360° hacia el océano y la ciudad, más las lagunas y las montañas que la rodean. Además, allí arriba se encuentra un columpio sobre el borde de la colina, que invita a balancearse con un plus de adrenalina.
Otra imperdible es la cascada del Parque Nacional Salto de la Jalda, de 120 metros de altura, considerada la más alta del Caribe y que ofrece un imponente paisaje entre montañas en medio de una exuberante vegetación. Además, la laguna Limón, de agua dulce, y la laguna Redonda, de agua salada, son reservas científicas inigualables por su biodiversidad y a las que se puede acceder en bote. Es un paseo ideal para los amantes de la naturaleza y la observación de animales.
Obviamente, Miches es Caribe y eso se refleja en sus hermosas playas de arena blanca y su agua turquesa. Playa Esmeralda, con un fabuloso arrecife, es soñada para bucear, practicar snorkel, pasear en kayak o simplemente tomar sol. Rodeada de cocoteros, la hermosa playa Limón, a 20 kilómetros de Miches, es ideal para relajarse o bien disfrutar de las cabalgatas que se organizan al atardecer.
Fiesta en el Caribe
A tan solo 65 kilómetros de Santo Domingo se encuentra Baní, otra de las nuevas joyas de República Dominicana. Bautizada como la “capital del sur”, la ciudad es la más importante de la provincia de Peravia y se destaca por su belleza natural exótica.
Entre todos sus encantos, el más impresionante son las Dunas de las Calderas, mejor conocidas como las Dunas de Baní. Un paisaje irreal con enormes dunas de arena con un ancho de hasta 15 kilómetros y una altura de 35 metros, que se alzan como un verdadero desierto en el medio del Caribe.
Por otro lado, en Baní se puede vivir una de las fiestas más populares de la cultura dominicana: el carnaval. Durante el Carnaval Regional Banilejo, que este año se celebra el domingo 28 de abril, la ciudad se transforma en un verdadero escenario a cielo abierto, con comparsas de diferentes pueblos del sur del país y del exterior, que participan de este colorido evento cultural que reúne a miles de personas para disfrutar de personajes típicos de la zona como la Roba la Gallina, Los Diablos Vacases y Las Ciguapas, entre otros.
Tampoco puede faltar un tour por las afamadas salinas de Baní, que ofrece la posibilidad de recorrer las inmensas explanadas cubiertas de montañas de sal y conocer cómo se fabrica la sal marina que luego se comercializa y exporta al mundo.
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