Traigan brazos que vacunas sobran. Ese bien podría ser el lema actual de una Miami Beach desbordante de visitantes que llegan, en particular, desde América latina dispuestos a disfrutar de la ciudad, sus playas, variada gastronomía, centros comerciales… y la oferta de vacunas contra el Covid-19 que escasean en sus países. Así está Miami hoy. La ecuación turismo por vacunas (Pfizer, Moderna o la preferida de los viajeros sudamericanos, la monodosis de Johnson & Johnson), impulsada por gobernación de la Florida, le dio al estado del sur y, en particular, a la ciudad del Sol, una oportunidad impensada hace algunos meses para recuperarse de uno de sus peores años en materia turística.
Aviones con capacidad completa aterrizan en el aeropuerto internacional de la ciudad, con viajeros provenientes en especial de Colombia, Perú, Argentina y Ecuador (en ese orden según cifras oficiales), en busca de la vacuna. “Al llegar, lo primero que haremos con mi marido es retirar el auto que alquilamos y desde allí viajar hasta el Miami Dade College, donde nos podemos aplicar la vacuna de Johnson & Johnson”, me revela sin prejuicio una pasajera a bordo del vuelo de American Airlines. Otros, que pueden quedarse más de 20 días, prefieren la Pfizer o la Moderna.
Andrés Duncan Paterson, Director Regional de Ventas para Sudamérica de American Airlines, nos confirmó que se está en presencia de “un boom grande” y que “para muchos países de la región, Colombia, Perú y Ecuador, se están viendo niveles inclusive superiores a la pre-pandemia”.
“Varios son los motivos: vacunas y demanda contenida”, expresó. “La gente que no viajó por mucho tiempo estaba esperando este momento, y ahora planea un viaje de placer, una reunificación familiar y distenderse de meses tan estresantes sumado a la vacuna”, agregó. Algo parecido ocurre con Aerolíneas Argentinas y sus vuelos a Miami. Además, más adelante retomarán su frecuencia directa a Nueva York, donde también sobran las vacunas y ya no hay restricciones, más allá de algunos sitios que exigen el uso de máscara, como los Starbucks.
En Miami no hay que bucear demasiado para encontrar una vacuna. Apenas visitando las farmacias de Walgreens o CVS, o las que están ubicadas dentro de los Walmart, donde una voz por los altoparlantes invita a aplicarse la dosis. Inclusive en las playas del South Beach, ciertos domingos se establecen carpas para vacunarse. “Hoy en día ya no te piden ID para ser inoculado, simplemente presentás tu pasaporte, das un domicilio –todos dejan el del hotel donde se alojan– y se aplican la vacuna”, explicó una empleada de un Walgreens sobre la Washington Avenue.
Verano al tope
Miami ingresó así a la temporada estival con propuestas renovadas, fiestas en las calles, una ciudad reinventada con nuevos hoteles y restaurantes, torres cada vez más lujosas y el Art Decó de siempre, pero delicadamente renovado para lucir como nuevo. La pandemia pasó como un huracán por la ciudad, al igual que ocurrió en el resto del país, obligando al cierre de hoteles, restaurantes y playas que quedaron desoladas durante varios meses. “De todo lo malo, puede salir algo bueno”, revela con una sonrisa una empleada de GAP, argentina ella, que vive en Miami desde hace 20 años. GAP, H&M, Adidas, Nike y en particular Apple son las tiendas más buscadas por los argentinos con ansias por hacer compras. La meta de la gobernación fue clara: lograr la recuperación lo más rápido posible y haber llegado a finales de Julio con gran parte de la población vacunada y una economía en plena expansión.
El primero en apostar a la reconversión fue la cadena Moxy Hotels, que en febrero inauguró en el South Beach su primera propiedad en la Florida (tienen tres en Nueva York). “Sé que hay muchos hoteles que están vendiendo paquetes en Latinoamérica para la vacuna, personalmente no somos parte de ninguno, pero te enterás luego de que llega mucha gente, inclusive a nuestro hotel, para vacunarse y hacer turismo”, le explicó a Weekend Lauren Levin, gerente comercial del Moxy South Beach, construido a metros del mar.
“Nosotros, al estar sobre la playa (entre Washington Av. y Collins Av.), hemos estado con capacidad completa desde la apertura en febrero, pero hay viajeros de Latinoamérica por todas partes, que se alojan en la zona del Doral. del aeropuerto, o en Sunny Isles, con el sólo propósito de ser vacunados”, agregó Levin. “No podríamos haber abierto en mejor momento”, subrayó con la satisfacción en el rostro. El arribo masivo de viajeros está impulsando una economía que quedó golpeada el año pasado, a pesar de la millonaria inyección de cheques que sigue entregando el gobierno de Joe Biden. Apenas caminar por Ocean Drive, Collins Avenue o Lincoln Road da una idea de esa recuperación.
Bares y gastronomía a pleno
En hoteles, restaurantes y centros comerciales todavía es obligatorio para los empleados el uso de barbijo. No ocurre lo mismo con la mayoría de los visitantes. “Esto es bueno para el Estado también, porque la gente viene, tiene que alojarse en un hotel, rentar un carro, hacen compras, van a restaurantes, bares… entonces ingresa mucho dinero a la economía local”, destaca Levin. La zona más caliente de Miami sigue siendo el South Beach, sobre todo en las noches, donde un sinfín de automóviles desfilan con la música al tope.
Uno de los sitios de moda de la zona es el restaurante Serena, cuya terraza es la más concurrida del área, entre torres Art Decó de colores pasteles tan clásicos de la postal miamense. Con vista al mar y decoración mexicana, las reservas son imprescindibles. “Por suerte, estamos atendiendo con la capacidad a pleno a toda hora, almuerzo, cena y el after dinner, cuando todavía el sol calienta”, afirma Erick Griban, el mozo mexicano que me recomienda las enchiladas con queso y la tarta de camote para el postre.
En la calle, prácticamente todos se animan a caminar sin barbijo. Aquellos que todavía lo usan son en su mayoría los argentinos, con temor al virus e identificables por el color violeta del famoso protector del Conicet. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) anunciaron hace algunas semanas que quienes están vacunados pueden circular sin protección bucal. “Aquí ya no se habla del Covid, volvemos a vivir como antes, podemos salir sin máscaras (barbijos) si estamos vacunados, aunque a nadie le piden que presenten el carnet de los CDC”, explica una cubana-estadounidense.
Caminando por la concurrida Ocean Drive, para encontrar un lugar donde cenar conviene solicitar reserva. Si no, será difícil y habrá que terminar en un McDonald´s o una pizzería. La apertura de nuevos restaurantes es otro síntoma de recuperación. A fines de mayo fue inaugurado el exquisito Como Como, marisquería de lujo donde los comensales eligen qué cenar de un bar crudo con selección de langostas, cangrejos y pulpos. Todo preparado y cocinado a la parrilla y a la vista del comensal. “La idea es canalizar los sabores de Puerto Escondido, Los Cabos, Acapulco y otros destinos costeros” de México, nos explica José, un mozo colombiano que vive en el Doral. “El pescado entero fresco de la zona se prepara directamente frente a los comensales, elevando las tradiciones de mariscos de México”.
Los bares a lo largo de Ocean Drive son los más buscados, especialmente para el after dinner. Uno de los preferidos es Mezcalista, sobre Washington Av. Este salón íntimo, oscuro y misterioso es una especie de museo para los amantes de las bebidas mexicanas. Recién inaugurado, cuenta con la mayor colección de variedades de tequi-
la de toda la Florida. Si bien está abierto al público en general, ofrece un salón para eventos privados, como reuniones o celebraciones con amigos.
Mapa de la zona
- Ubicación: extremo sureste de Florida. Ciudad con notable influencia cubana. La zona más turística es Miami Beach, en la cual se ubican South Beach (la zona Art Decò), Surfside, Sunny Isles y Aventura.
- Vuelos directos: American Airlines y Aerolíneas Argentinas. Tarifa promedio, entre $ 140.000 y $ 200.000, de acuerdo a la época del año.
- Hoteles: El más nuevo es Moxy South Beach. Tarifa promedio en base doble, U$S 150.
at Ariel Ferrero
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