Alpamanta es una bodega certificada orgánica y biodinámica que nació en 2005 en Mendoza, propiedad de Andrej Razumovsky de Austria, André Hoffman de Suiza y Jérémie Delecourt, de Francia. Tiene una filosodía biodinámica que se aplica en todos sus procesos de elaboración, producción y cuidado de las 35 ha de viñedos que posee. La intención es preservar el equilibrio natural del ecosistema en el viñedo, a los que se incorporó un establecimiento boutique que logra plantas saludables (las más verdes que se ven en la provincia), buenos rendimientos y complejidad aromática sin contaminar los suelos. En 2023 se consagró como “Organic Initiative of the Year” (Mejor Iniciativa Orgánica del año), reconocimiento otorgado por The Drinks Business Green Awards 2023 por "haber pensado en todos los ángulos imaginables de la producción de vino ambientalmente sostenible”.
Uspallata: puerta de entrada a la cordillera
En idioma nativo local, Alpamanta significa “amor por la tierra”, sentimiento que se percibe en cada uno de sus espacios por lo que la visita bien vale la pena, pues se aprende mucho de sustentabilidad y aprovechamiento de los recursos del suelo. Ubicada en Ugarteche, Luján de Cuyo, a unos 38 km de Mendoza Capital, se ocupa de poner en valor la importancia de nuevas formas de elaborar vino que sean ambientalmente conscientes para cuidar los recursos naturales y preservar el planeta para futuras generaciones. Además ofrecen visitas en las que se comparten conceptos de la agricultura biodinámica y de los procesos orgánicos, buscando que convivan de manera armónica los reinos mineral, animal, vegetal y humano. "Nosotros ofrecemos un picnic al mediodía que va muy de la mano es una un almuerzo liviano fácil de comer, que permite continuar con el día -explica Clarisa Murekian, Hopitality Manager de la bodega-. Nos propusimos rescatar los saberes ancestrales, cómo se hacían las cosas antes; como por ejemplo a través de la observación de las estaciones del año, con el calendario lunar. Nosotros aplicamos la filosofía creada por Rudolf Steiner hace más de 120 años: la biodinámica se basa en la integración de todos los pilares que tenemos en este mundo. Primero tenés que tener una granja, así tenemos los animales, uno de los pilares junto con el suelo, el reino vegetal y las personas. Entre cada uno de estos pilares se hace un engranaje, una circularidad que interactúa y se logra esta vigorosidad, este verde. Desde ese minuto cero los dueños decidieron hacer asó el proyecto. La función que cumplen los animales es de pastorear el suelo y abonarlo de una manera natural".
Y mientras dice esto, nos lleva a la sala de preparados biodinámicos, donde arman estos combinados nutritivos que luego se entierran en el predio. También es donde se secan las hierbas naturales que pronto serán parte de un aperitivo de la compañía (Astral). "Contamos con un calendario astronómico que, de acuerdo al hemisferio donde estés ubicado, es la sugerencia sobre cosechar, fertilizar, podar, y en qué momento hacer una agricultura consciente, respetuosa y viable -agrega Clarisa-. Hay un equilibrio que hace que esté todo muy heterogéneo. Por eso acá cada año va a ser completamente distinto".
Y la enóloga Victoria Brond completa: "Tenemos una manera de hacer las cosas que hace que uno salga de la zona de confort, y tenga que esperar y ver qué da la naturaleza. Somos una bodega boutique, tenemos una capacidad para hacer más de 500.000 botellas, pero estamos haciendo 150.000. Almacenamos el líquido de las uvas en distintos tipos de piletas, ánforas, huevos, sin seguir una receta estándar. Intentamos hacer los mejores vinos posibles, pero no estamos enfocados claramente la producción sino a la calidad. Tuve que capacitarme pero lo más importante es cambiar uno para poder entender este tipo de proceso. Así se abre un abanico de posibilidades que es inmenso".
La visita continúa avanzando hacia el centro del predio: "Cuando la gente viene le contamos nuestra filosofía y le ofrecemos una experiencia completamente distinta en Mendoza, inspiradora y que sea un poquito expansiva. Tenemos la premisa de dejar un mejor lugar, entonces tenemos que cambiar. Y como todo se hace caminando, sugerimos usar zapatos y ropa cómodos, además de sombrero", pues se visita la huerta y el viñedo, hasta llegar al edificio de techos verdes que abraza a un biolago, reservorio natural que permite tener agua disponible para riego: "El paisaje fue pensado en base a la filosofía biodinámica, evitando interrumpir el horizonte y contribuyendo a que la energía circule por todos lados", dice Clarisa luego de aclarar que las visitas están preparadas para facilitarle los movimientos a aquellas personas que tienen movilidad reducida o problemas visuales.Aquí todo está contemplado. Por eso la visita al edificio termina en sus terrazas con vista al viñedo, el lago y las montañas, disfrutando allí (adentro o afuera) de un pic nic cuidadosamente preparado.
La propuesta, con reserva previa, permite optar por: visita y degustación (a las 10, 12 y 15); visita, degustación y picnic al mediodía (U$S 45 por persona) o visita, degustación y taller de arte con tintes naturales, entre otras opciones. Mail: [email protected], Tel.: +549261 (15) 3342129.
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