Los nómadas digitales solían ser un nicho en el mercado de viajes, publicando fotos envidiables en Instagram de una suntuosa vida laboral disfrutada fuera de una oficina. Desde la pandemia de Covid-19, el número de personas que pueden trabajar desde cualquier lugar aumentó y ahora el llamado "turismo de trabajo" es un mercado mucho más grande. Como medio para impulsar las economías, países como Barbados y Estonia intentan atraer a estas personas, ofreciendo visas de trabajo y oportunidades de viaje a los países vecinos.
Después de tres o cuatro meses de encierro, muchas personas comienzan a ver la nueva realidad; incluso si no trabajan para sí mismos, muchos más ahora pueden cumplir con sus obligaciones desde cualquier lugar. The Telegraph informó que Estonia permite que cualquiera pueda vivir y trabajar en el país durante un año, a lo que suman de 90 días de viaje a través de los países Schengen. Los solicitantes deben demostrar que se ganan bien la vida con evidencias de que perciben al menos € 3,504 mensuales. Deben ser empleados o pagados por compañías extranjeras y no estar vinculados a un solo lugar. Una visa nómada de Estonia cuesta entre U$S 100 y 125, dependiendo de la duración de la estadía, y los formularios deben presentarse en la embajada más cercana.
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Barbados también ofrece la posibilidad de un año de trabajo remoto. La primera ministra Mia Amor Mottley anunció un nuevo esquema para impulsar la economía, alentando a las personas a beneficiarse del "Sello de Bienvenida de Barbados" para permanecer en el país y trabajar digitalmente. La visa permite el movimiento de ida y vuelta, dependiendo obviamente de las restricciones fronterizas de Covid-19. Tal vez la gente recurrirá a soluciones más nómadas. Coboat, por ejemplo, ofrece viajes de navegación alrededor del mundo para autónomos, donde paga lo que puede pagar. Se llaman a sí mismos, "el trabajo remoto para emprendedores aventureros".
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