Nobles, obispos, monarcas… Todos tenían algo en común: la voluntad de construir lujosas residencias con las que demostrar su riqueza, opulencia y poder. Gracias a su vanidad, España puede presumir hoy de tener uno de los patrimonios palaciegos más ricos de Europa. A continuación un listado de los más bellos, cada uno con su propia historia, para programar una visita.
Real Palacio de La Magdalena, Santander
Situado en la península homónima y construido a principios del siglo XX, este magnífico palacio real de estilo ecléctico corona solemnemente la bahía de Santander. Era uno de los preferidos del monarca Alfonso XIII, que pasaba aquí los veranos junto a su familia. La construcción del palacio y la predilección del rey por esta vivienda hicieron que la capital de Cantabria se convirtiese en lugar de veraneo para la clase alta española durante las primeras décadas del siglo XX.
Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, Segovia
A unos 13 kilómetros de Segovia se encuentra el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, una majestuosa residencia construida por orden del rey Felipe V. El primer monarca Borbón se trajo de Francia el gusto por los palacios elegantes y decidió aplicarlo en esta joya arquitectónica, encargando el proyecto al arquitecto Teodoro Ardemans.
Siete lugares de España con pocos turistas
Palacio Real de Aranjuez, Madrid
El Palacio Real de Aranjuez, conocido a nivel turístico como “el Versalles español”, es una de las residencias de la realeza española, tal y como su propio nombre indica. Sin embargo, este lugar ejerce hoy como museo y el principal atractivo de esta localidad al sur de Madrid. Fue Felipe II quien encomendó la tarea de la construcción del palacio (como ya hizo con el Monasterio de El Escorial) a su arquitecto de confianza, Juan Bautista de Toledo. Este ideó un bellísimo complejo de estilo francés, donde destacan incluso a día de hoy sus magníficos jardines y fuentes.
Palacio de San Telmo, Sevilla
La Presidencia de la Junta de Andalucía no podía escoger mejor lugar para establecer su sede: el Palacio de San Telmo, en Sevilla, uno de los más bonitos de España. Previamente, este edificio del siglo XVII tuvo muchos otros usos: Colegio de la Marina (al que asistió el famoso poeta Gustavo Adolfo Bécquer), sede de la Sociedad del Ferrocarril o Universidad Literaria.
Palacio Episcopal de Astorga
En 1889, Antoni Gaudí recibió el encargo por parte del obispo Joan Baptista Grau de reconstruir el antiguo Palacio Episcopal de Astorga, que se encontraba en ruinas. El célebre arquitecto modernista ideó este palacio neogótico que mezcla elementos palaciegos y catedralicios, pero abandonó el proyecto a la muerte del obispo. Fueron otros arquitectos los que finalizaron el palacio, aunque la obra (y los elogios) siempre se han atribuido al arquitecto catalán.
Palacio de Larrinaga, Zaragoza
El de Larrinaga es uno de los palacios más bonitos de España, y también el protagonista de una agridulce historia de amor. Su dueño, Miguel Larrinaga, conoció en misa a la que sería el amor de su vida, Asunción Clavero. Tras las nupcias, el empresario compró un terreno en Zaragoza y mandó construir este palacio al que llamaría Villa Asunción, en honor a su nueva esposa. Lamentablemente, antes de llegar a habitarlo, Asunción murió, por lo que Larrinaga, roto de dolor, decidió vender el palacio. Hoy en día se usa como colegio.
Palacio Real, Madrid
Ubicado donde antes se encontraba el Alcázar, el Palacio Real de Madrid fue mandado construir por Felipe V. Las malas lenguas dijeron entonces que fue el propio monarca quien causó el incendio que destruyó el antiguo Alcázar, para poder construir este elegante palacio de estilo barroco francés. Sin embargo, el rey nunca llegó a vivir en él, ya que murió antes de que finalizase su construcción. Por otra parte, el Palacio Real no es solo uno de los palacios más bonitos de España: también es el palacio real más grande de toda Europa Occidental (dobla en superficie al palacio de Buckingham y al de Versalles).
Palacio del Infantado, Guadalajara
El Palacio de los Duques del Infantado es un edificio del siglo XV mandado construir por Íñigo López de Mendoza y Luna, segundo duque del Infantado, en Guadalajara. Se trata de un palacio de estilo gótico isabelino con elementos renacentistas, como las puntas de diamante que decoran su fachada. La belleza exterior del palacio es sublime, pero el interior no tiene nada que envidiar. Sus estancias se ordenan alrededor de un espléndido patio con una bellísima balconada gótica.
Palacio de Comares y Los Leones, Granada
En la lista de los palacios más bonitos de España no podían faltar los Palacios Nazaríes (Comares y Los Leones) ubicados dentro de la Alhambra de Granada, una de las maravillas no solo de España sino de todo el mundo. Estos dos complejos andalusíes con patios y jardines impresionaron tanto a los Reyes Católicos que cuenta la leyenda que establecieron aquí su residencia tras la conquista del reino nazarí de la ciudad mora. En realidad fue para dejar bien en claro que los moros no volverían a gobernar esa ciudad.
Palacio Ducal de Gandía
Los Borgia han pasado a la historia como una de las familias más famosas de Europa. Provenían de Valencia, y uno de sus miembros más importantes, San Francisco de Borja, nació precisamente en el Palacio Ducal de Gandía. Apenas la familia adquirió el palacio, lo ampliaron y remodelaron hasta convertirlo en un lugar digno de los Duques de Gandía, título comprado por Rodrigo de Borja (el futuro papa Alejandro VI). Dentro del palacio, destaca su ostentosa decoración, la Galería Dorada, el Salón de las Coronas y la capilla neogótica. (foto)
Fuente: El confidencial.com
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