Sunday 8 de December de 2024
TURISMO | 04-02-2021 08:13

Las casas-museo permiten ver cómo vivían los grandes artistas españoles

Picasso, Dalí, Lope de Vega y García Lorca son algunos de los representantes de la pintura y la dramaturgia de la madre patria cuyas viviendas se convirtieron en un tributo a su obra. Visitarlas provoca la sensación de que en cualquier momento entrarán al cuarto o el jardín.
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La cama de Gaudí, la piscina de Dalí o los pinceles secos en el atelier de Miró son algunas de las atracciones de antiguas residencias de conocidos pintores, poetas y arquitectos que España invita a recorrer. A través de los valiosos objetos que se conservan en las habitaciones de estas casas-museo, los visitantes pueden familiarizarse con la vida y el trabajo de estos admirados artistas. A continuación, un recorrido por los refugios de grandes personalidades españolas.

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Salvador Dalí: “Una serenidad salvaje y amarga” 

Un oso polar en la entrada, una piscina en forma de falo junto a una antigua cabina telefónica: el pintor surrealista Salvador Dalí (1904-1989) también cultivó la extravagancia en su ámbito privado y laboral en Port Lligat. En este pueblo de pescadores ubicado en la Costa Brava catalana, el artista y su musa Gala compraron simples cobertizos, que fueron encadenando a través de pasillos estrechos, desniveles y recorridos sin salida. 

La costa escarpada frente a su casa en el municipio de Cadaqués lo cautivó e inspiró, según cuenta el propio Dalí en su autobiografía: ”La mañana es de una serenidad salvaje y amarga, que disecciona cruelmente la naturaleza; la tarde a menudo se vuelve patológicamente melancólica”.

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Port Lligat es un espejo del alma de Dalí. “Él se pasó construyendo la casa durante toda su vida. Gala la decoraba”, así describe el guía del museo la manera en que la musa dominante y el pintor se dividían el trabajo. Gala, bastante mayor de edad que Dalí, incluso alguna vez lo llamó “mi niño pequeño”. El interior es intrincado. La visita permite un adentrarse en al atelier del pintor, los salones, el baño, el dormitorio y el jardín.

Joan Miró: naturaleza muerta en el sur de Mallorca

La primera impresión que se tiene al entrar en el taller del pintor catalán Joan Miró (1893-1983) es que acaba de salir y en cualquier momento regresa. Hay cuadros por todas partes, un pantalón salpicado con pintura cuelga de una silla de mimbre, los pinceles secos están metidos en varios tarros de pintura. El caos es una naturaleza muerta, recreada en su lugar original. En su refugio ubicado en el extremo sudoeste de Palma, la capital de la isla de Mallorca, Miró creó un tercio de toda su obra en dos talleres a partir de la década de 1950.

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En ese silencio plasmó sus ideas. Los cuadros originales se encuentran a pocos pasos de allí en el museo. Cuando Miró salía de la casa aspiraba el aroma de los pinos y miraba hacia la costa del mar Mediterráneo. Deseo que después de mí todo permanezca igual”, transmitió el artista. En parte, su pedido se hizo realidad. El interior de su vivienda quedó intacto, pero los alrededores sufrieron fuertes cambios de urbanización. 

Antoni Gaudí: el famoso Parque Güell de Barcelona

El Parque Güell de Barcelona suele ser aclamado como una maravilla del modernismo catalán, pero en realidad fue un fiasco. El proyecto concebido por el arquitecto Antoni Gaudí (1852-1926) y el empresario Eusebi Güell estaba basado en el modelo inglés de una ciudad-jardín y preveía la construcción de 60 casas. Sin embargo, a nadie le interesó y solo se construyeron dos viviendas. Gaudí se instaló en una de ellas en 1906 y vivió allí durante casi dos décadas. 

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Desde el exterior, el palacio con su torre en punta podría confundirse con un lugar de culto. En tanto, el interior de la casa-museo Gaudí conserva el legado del arquitecto catalán que incluye muebles que él mismo diseñó. Gaudí, que dedicó más de 40 años al proyecto del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, era muy religioso. Una gran cruz cuelga de la pared frente a su cama.

Pablo Picasso: los comienzos con su padre

La casa natal de Pablo Picasso (1881-1973) en la Plaza de la Merced en Málaga es un ejemplo de cómo el tiempo y las transformaciones pueden desdibujar las huellas de la historia. Los objetos expuestos en las salas con aspecto de museo no reflejan tanto la vida del gran pintor español, sino más bien la de toda su familia que vivió allí hasta 1891. Las reproducciones fotográficas muestran al joven Pablo con una mirada despierta pero ensimismada. Su padre José, pintor y profesor de dibujo, le dio las primeras herramientas para desarrollar su arte.

Lope de Vega: El gran dramaturgo del Siglo de Oro 

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Félix Lope de Vega y Carpio (1562-1635) escribió miles de obras, entre sonetos, poemas y comedias. Tuvo al menos 15 hijos con esposas y amantes. Tras la muerte de su segunda mujer recibió la ordenación sacerdotal. Fue uno de los poetas y dramaturgos más importantes del Siglo de Oro español. Seguimos su rastro a Madrid, a una vivienda en la calle Cervantes 11 en la que habitó desde 1610 hasta su muerte. Las visitas guiadas incluyen el oratorio, su estudio, la cocina, su lecho de muerte, el comedor y el dormitorio de las niñas. En el segundo piso se alojaban los criados y otros niños. La vivienda ha sido restaurada respetando el aura histórico. Solamente al acceder al jardín se notan los cambios de época, ya que el edificio ahora está rodeado de modernos bloques de apartamentos.

Federico García Lorca: El maestro de la tragedia

El poeta y dramaturgo Federico García Lorca (1898-1936) fue un andaluz de cuerpo y alma, cuyas tragedias como “La casa de Bernarda Alba” siguen actualmente en las carteleras de los teatros. Su homosexualidad y crítica social le granjearon enemistades y un final trágico: fue asesinado cerca de Granada al comienzo de la Guerra Civil española.

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El recorrido de su vida comienza en su casa natal en Fuente Vaqueros, situada al noroeste de Granada. El interior es sencillo pero llamativo y revela cómo se vivía en el campo en aquella época. Igualmente típica de la época es la Huerta de San Vicente, la residencia de verano de la familia en Granada. Allí García Lorca escribió grandes obras como “Bodas de sangre” o “Yerma”, pero también encontró inspiración para tocar el piano y pintar. Un retrato en la pared lo muestra un tanto dormido con una bata de baño amarilla. En el piso superior se encuentra su dormitorio con una cama y un escritorio. Aquí la visita guiada deja mucho que desear.

dpa

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