¿Alguna vez pasaron por la avenida Belgrano 579, vieron esa iglesia de ladrillos a la vista siempre cerrada y se preguntaron cómo sería? Por medio de una visita organizada por el grupo de fans de la serie ambientada en Escocia Outlander, pudimos conocer sus secretos de la mano de los gestores culturales del Espacio Cultural San Andrés (ECSA). Así descubrimos que es un centro cultural y espiritual creado por la Comunidad Presbiteriana San Andrés, de origen escocés.
La edificación es de 1895 y fue diseñada en un terreno anexo a la Iglesia Presbiteriana para alojar sus oficinas. Tiene un frente muy angosto, de sólo 4 metros de ancho, considerado uno de los más estrechos de la ciudad. Tanto el espacio cultural como la Iglesia fueron diseñados por los arquitectos ingleses Edwin Arthur Merry y Charles T. Raynes. Aquí también funciona el archivo de la iglesia, que cuenta con libros y publicaciones de registro de actividades, colecciones de revistas de las islas como Life & Work y documentos relacionados con la construcción de la primera iglesia, que data de 1835 en la calle Piedras 55, demolida cuando se abrió la Avenida de Mayo.
El ingreso es por la calle Perú y las visitas se programan en grupo y tematizadas con fecha determinada (no tienen un horario semanal establecido). Así lo comentaron en un encuentro para Outlander Gabs Fans los anfitriones Sebastián, Lucas y Silvia. Ellos nos llevaron a conocer las áreas, armónicamente presentadas, y a descubrir la historia del lugar. Se arranca en los ploteos que engalanan los pasillos de acceso, en los que una línea de tiempo marca los eventos destacados Escocia y de la inmigración de su pueblo a nuestro país. El grupo más grande de colonos llegó en 1825 en el barco Symmetry al puerto de Buenos Aires. Es por eso que durante todo 2025 se celebrarán los 200 años de este desembarco. Los viajeros instalaron como colonia agrícola y, al poco tiempo, se dieron cuenta de que necesitaban un pastor (eran protestantes) pero no sólo por un tema religioso sino porque los pastores impartían educación y había que saber leer para leer la biblia.
Buenos Aires en modo turista
De hecho, los escoceses instalados en el país fueron los que fomentaron la libertad de cultos en las Provincias Unidas del Sud. Con ellos se firmó el primer tratado en el que se la establece. Después derivará las las escuelas denominadas San Andrés, repartidas en zona Norte y Sur del Gran Buenos Aires y que funcionan hasta nuestros días. Particularmente en el predio de la avenida Belgrano no entraban en la iglesia y el colegio juntos, por lo que la escuela empezó a funcionar en Constitución y después se mudó para el Norte.
Para muchos el edificio de la Iglesia Presbiteriana y sus anexos son como una embajada cultural escocesa en la Argentina, ya que la construyeron con el objetivo de repetir las tradiciones de su tierra, hablar en inglés con sus amigos, tener libros en su idioma, y la practicar su religión. "Para ellos y para nosotros, entrar acá es una posibilidad de viajar en el tiempo y en el espacio, a Escocia o a la Buenos Aires de 1920 a 1930 -dice el gestor cultural Sebastián-. Por ejemplo los vitrales del templo fueron realizados por el taller más importante de Escocia". El edificio religioso, que no tiene entrada frontal como las iglesias católicas sino lateral, perdió la torre cuando se ensanchó la avenida Belgrano. Eso modificó el exterior pero no el interior, aunque obligó a trasladar los vitrales hacia adentro. "Fue todo un trabajo importante de ingeniería -agrega-. Uno de los proyectos que venimos trabajando desde hace siete años es la restauración del órgano". Todavía se siguen haciendo servicios dominicales, abiertos la comunidad, a las 10.30 y en español.
Y desde el lado del espacio cultural se generaron mappings, conciertos de música contemporánea, gospel y también se han hecho bodas en el templo que, en los años '80, terminó el vínculo formal con la Iglesia de Escocia, aunque siguen manteniendo una relación cultural. Entre las donaciones que recibió la iglesia se encuentra una silla conservada de generación en generación pues en ella fue asesinado un mártir escocés defendiendo la religión protestante y la donaron como símbolo de la libertad.
"Estamos trabajando mucho en eso crear proyectos culturales específicos para el lugar, a la vez que hacemos mucho esfuerzo en conservar, restaurar objetos y edificios para que lleguen bien conservados a 2025. El año pasado hicimos un trabajo muy fuerte en organizar el archivo de la Iglesia", completa Lucas antes de brindar una merienda de té o café a la luz de velas, acompañados por scons, dulce casero y shortbreads, las galletas típicas escocesas, servido en un acogedor salón de actos de piso de madera lustrosa con techos muy altos y ventanales con detalles de vitreaux.
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