Bariloche: qué hacer en febrero y marzo

La ciudad junto al Nahuel Huapi, Bariloche, despliega su infraestructura y oferta turística en el magnífico entorno natural que las caracteriza, para que miles de turistas disfruten esta temporada de verano, cuidándose y cuidando de la naturaleza. Caracterizada por la diversidad de actividades que ofrece para todos los gustos y edades, muchas se realizan dentro del Parque Nacional, cuyo entorno te sorprende a cada instante con increíbles paisajes. Aquí un listado de las actividades imperdibles para que vengas a disfrutar em estos meses en los que todavía hace calorcito:

• Paseo a Puerto Blest y Lago Frías en catamarán: Puerto Blest fue el primer territorio del Parque Nacional Nahuel Huapi. Se puede llegar desde Puerto Pañuelo en una excursión lacustre que recorre el Brazo Blest. De camino, se observa cómo cambia el ecosistema y se adentra hacia la fresca selva valdiviana. Este es un trayecto del mítico Cruce Andino.
• Día de playa en los lagos cristalinos del Parque Nacional Nahuel Huapi y kayak: entre las cercanías del centro barilochense y el río Manso, se encuentran los lagos Nahuel Huapi, Moreno, Gutiérrez, Mascardi, Guillelmo, Steffen y Martin. En todos se puede disfrutar de maravillosas playas de aguas transparentes y acampar en los predios autorizados. Además, se pueden hacer travesías en kayak y divertirse conociendo las costas y profundidades de los lagos.

• Subir a un refugio de montaña: como los más emblemáticos Manfredo Segre (Laguna Negra), Frey y General San Martín (Jakob) y los del Cerro Tronador (que se ganó el nombre por el sonido a trueno que generan los desprendimientos de sus siete glaciares): el Rocca, Ilon y Otto Meiling. Múltiples senderos llevan a estos refugios, todos aptos para caminantes de nivel medio. Lleva a cascadas, lagunas turquesa, glaciares y a los refugios de montaña, en la ruta del Paso de las Nubes.
• Visitar el Bosque de Arrayanes e Isla Victoria. Este recorrido lacustre te lleva a conocer la península de Quetrihue, donde está el Bosque de Arrayanes. Luego, se navega hasta el Puerto Anchorena de la Isla Victoria, mientras se observa toda la Cordillera de los Andes. Recorriendo sus senderos se llega a la Playa de Toro y se pueden conocer las pinturas rupestres hechas por los pueblos originarios que habitaron la zona. Ahí se puede pasar el día en las playas de arena volcánica y la noche en el glamping o en la hostería de la isla,  una experiencia inolvidable.

• Cabalgatas atravesando bosques, mallines y estepa patagónica. La experiencia de recorrer a caballo y contemplar los escenarios boscosos, los mallines húmedos y la inmensa estepa y sus peculiares formaciones rocosas es de las más memorables. 
• Canopy: para los aventureros y amantes de la adrenalina y la naturaleza, hay varias opciones de circuitos de canopy para hacer durante el día, ¡y también nocturnos! Es otra manera de descubrir la naturaleza, en familia o con amigos: la increíble sensación de volar a través del bosque, contemplando asombrosos paisajes que serían imposibles de apreciar desde el suelo. En Bariloche se encuentra uno de los recorridos más largos de América del Sur, su total es de 1.500 metros. 

• Trekking: hay numerosos senderos, actividad supervisada por un guía de alta montaña. Es fundamental obtener información precisa sobre el estado de estos senderos y sus diferentes niveles de dificultad. Además, si el recorrido se encuentra dentro del parque, es necesario realizar el registro de trekking con anticipación. 
• Rafting o flotadas en los ríos. El límite sur del Parque Nacional está marcado por el río Manso, en el que se pueden realizar travesías de rafting, rodeadas de bosque andino patagónico, y refrescarse en los piletones que se forman en su recorrido. También se pueden hacer flotadas en el Limay, atravesando la estepa y las formaciones rocosas del entorno.
• Navegar en velero por el Nahuel Huapi. Desde Bahía López hacia el Brazo Tristeza. Desde muelles hacia el Brazo Campanario. Desde Puerto Pañuelo hacia Isla Victoria. Múltiples paseos para disfrutar del lago en un velero. Los vientos ideales en el incomparable Nahuel Huapi convierten a este lago en un verdadero paraíso para navegantes. Rincones exclusivos a los que sólo se puede llegar en barco, solitarias bahías ocultas y hermosas playas de ensueño para bañarse y relajarse.

• Circuito Chico. El recorrido más tradicional de Bariloche, que atraviesa bosques, lagos y montañas. Se pueden hacer distintas paradas: Capilla San Eduardo, punto panorámico; caminar por senderos de baja dificultad, recorrer el Parque Municipal Llao Llao, donde se encuentra el cerro del mismo nombre, y llegar a un pequeño bosque de Arrayanes. Finalmente playas para descansar, como Villa Tacul o Bahía Los Troncos.
• Degustar la gastronomía tradicional (chocolates, cordero, cervezas, curanto, trucha, ahumados, frutos rojos). Es toda una experiencia en sí misma. Los chefs más reconocidos de la región se lucen con los platos de comidas típicas. Las chocolaterías sorprenden con su arte dulce. Los maestros cerveceros se inspiran en los frutos patagónicos y los paisajes para crear nuevas variedades de cervezas. En Colonia Suiza se puede apreciar el ritual del curanto. Los asadores criollos guardan sus secretos para hacer el cordero más sabroso. 

• Pasear en el Tren Patagónico. Quienes deseen sumar a su viaje una experiencia nocturna pueden optar por el recorrido hasta la estación Perito Moreno, que queda a 30 km de distancia, en el paraje Los Juncos. Es el plan perfecto para cerrar el día y contemplar la transición entre dos paisajes al atardecer. Parte de la imponente cordillera con sus altas cumbres, los lagos y ríos, y va hacia la estepa, un paisaje completamente diferente donde la inmensidad y la paz son protagonistas. Una excursión para toda la familia que incluye una cena de asado criollo con opciones vegetarianas, celíacas y veganas en la estancia de la Estación Perito Moreno.