A menos de dos semanas después del peor tiroteo civil de la historia de Canadá, que dejó 23 muertos, el primer ministro de ese país, Justin Trudeau, anunció la prohibición inmediata de más de 1.500 modelos de fusiles de asalto de calibre militar (en la Argentina su tenencia siempre estuvo prohibida para los civiles). “Estas armas fueron diseñadas con un solo y único propósito: matar al mayor número de personas en el menor tiempo posible. Y no tienen ninguna utilidad ni lugar en Canadá”, dijo Trudeau durante su conferencia de prensa diaria. El gobierno aprobó un decreto que prohíbe la venta, compra, uso, transporte e importación de este tipo de armas y sus variantes.
Justin Trudeau, primer ministro canadiense.
El peor tiroteo en la historia de Canadá comenzó la noche del 18 de abril en Nueva Escocia y condujo a una cacería humana de 13 horas del atacante, quien murió a tiros de la policía. El asaltante, que fue identificado como Gabriel Wortman, dentista de 51 años, vestía un uniforme de policía, conducía un automóvil de policía falso y tenía varias armas, incluida al menos una de asalto.
Gabriel Wortman, odontólogo de 51 años, autor de la masacre.
Trudeau también apuntó que habrá una amnistía de dos años para las personas que actualmente poseen armas de asalto y el Parlamento aprobará una legislación para compensarlos por entregarlas. “Para muchas familias, incluidos los pueblos indígenas, las armas de fuego son parte de las tradiciones transmitidas de generación en generación, y la gran mayoría de los propietarios de armas las usan de forma segura, responsable y de acuerdo a la ley”, advirtió Trudeau. “Pero no se necesita un AR-15 para derribar un venado”, sentenció.
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