La Laguna de Lobos esta ubicada a 115 km de la ciudad de Buenos Aires y se accede desde C.A.B.A por la RN 205 hasta el Km 110. Como tiene 800 hectáreas y está rodeada de juncales ideales para la pesca de tarariras y carpas, Esteban Grillo –pescador desde hace años que vive en la laguna– me llamó para decirme que el pejerrey había entrado hace unos meses y que este mes estaba muy activo. Para convencerme, me envió unas fotos de lo que venía sacando desde el muelle del Club de Pescadores tanto como embarcado en el centro de la laguna. Así que no dudé un segundo y coordinamos para ir a visitarlo junto a mi amigo Ernesto Cetrángolo (compañero de varias salidas). El domingo 6 de octubre se presentó muy ventoso del sector oeste, con ráfagas de unos 25 km/h que nos permitirían garetear con el sol a nuestras espaldas.
Un par de minutos de navegación y ya estábamos en el centro del espejo que no supera 1,40 m de profundidad debido a la polémica compuerta que siempre tuvo en vilo a esta laguna. Cuando tiene mayor nivel de agua, el pejerrey lamentablemente se “escapa” por ella. Confiados, comenzamos a garetear lentamente con varios piques de algunos pejerreyes que apenas daban la medida y a los que se sumaban grandes dientudos molestos. El viento nos llevaba a la costa de enfrente, cerca del “techo colorado”, donde el agua comenzaba a estar más turbia.
Pejerreyes en tiempo de veda
Al ser la orilla donde muere el viento y al dejar de tener piques, nos movimos y anclamos cerca de la boca del arroyo Las Garzas, que en este momento tenía apenas 60 cm de profundidad. Y que por ser la orilla donde nace el viento, el agua está más clara. Pensamos que tal vez ahí podríamos encontrar algún cardumen. Solo tuvimos un par de piques anclados y volvimos a dejarnos llevar por el viento, que cada vez nos castigaba más, y comprobamos que gareteando nos fue mejor que anclados. Tampoco pudimos utilizar ceba, ya que no está permitido en espejos cerrados como esta laguna.
Utilizamos líneas de 3 boyas sin puntero, para que trabajen más libres, sin ofrecer resistencia, también probamos con boyas ping-pong cuando nos anclábamos para que derivaran más rápidamente. Las brazoladas comenzamos buscándolas a 20 cm para más tarde estirarlas hasta los 40, donde seguimos teniendo piques y evitamos a los molestos dientudos. Como carnada: mojarras vivas chicas, teniendo en cuenta la característica de estos pejerreyes que tiene boca chica, y si les ofrecemos carnada grande o doble mojarras, tendremos piques pero no los pincharemos. Las cañas de 4,10 y reeles frontales y a mí en particular me gusta utilizar los rotativos o huevitos, me siento más cómodo a la hora de clavar.
Al mediodía se cortó el pique. Volvimos a hacer un último intento navegando hacia el sur, buscando otro sector de pesca para dar con algunos pejerreyes, pero tampoco tuvimos suerte. La conclusión fue que se encontraban en el centro de la laguna y a mayor profundidad. Como la cuota permitida de 10 piezas por pescador ya estaba cubierta (tengamos el permiso de pesca al día ya que fauna lo esta exigiendo, así evitamos tener un inconveniente y pasar un mal momento), decidimos regresar a la costa.
Esta siempre fue una laguna difícil de pescar, hay que conocerla y tener muchos tips en cuenta para hacer una buena cosecha de pejerreyes. Algunos de ellos son: 1) con mucho viento (al tener poca profundidad) el agua se revuelve rápidamente irritando las agallas del pejerrey, lo que no le permite alimentarse; 2) si se plancha totalmente hay que buscarlos con brazoladas muy largas y cerca del fondo; 3) cerca de los juncales el pejerrey tiene un depredador natural que es la tararira, por eso es raro encontrarlos a tiro de caña.
Datos: al Club de Pesca Lobos se puede ingresar abonando $ 260 por persona. Allí alquilan botes por $ 800 (tenemos la opción de llevar nuestro motor de bajos HP para navegar).
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