Último fin de semana del año y obviamente tenemos que pasarlo como mejor sabemos, pescando. En esta ocasión nos llegaron dos recomendaciones que no podemos pasar por alto: Concepción del Uruguay, en Entre Ríos, y las interesantes aguas del río Dulce, a la altura de Santiago del Estero. Dos propuestas que aseguran movidas jornadas con los lindos dorados.
Concepción del Uruguay
Las ganas de pescar no faltaban, así que sin mucho preámbulo llamamos a Gabriel Osuna de Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos. Una vez que llego el día, recorrimos los pocos kilómetros hasta el lugar de encuentro con el guía, y luego de 20 minutos de navegación hicimos los primeros casteos a unos árboles hundidos en aguas que se movían muy poco, pero no logramos mover a ningún dorado.
Un paraíso para entendidos
Al notar la inactividad, rápidamente Gabriel optó por seguir otros 20 minutos río abajo y desde allí seguir golpeando las costas con nuestros artificiales. Cerca de las 11 Diego levantó el primer dorado de la jornada. El más grande que tocó la lancha aquel día. A los pocos minutos le tocó el turno a Luis, con otro dorado muy lindo que sacó al grito de “¡vamos!”.
Los dorados alteraron La Paz de Entre Ríos
La alegría invadía la embarcación, los dorados estaban. El río nos los repartía uno a uno hasta que tocó mi turno. Realicé un casteo en la zona marcada por el guía y a la tercera vuelta de manija sentí un toque. Reducí la velocidad de recuperación y de inmediato sentí la tomada del pez, una firme clavada tras la cual nos regaló el primero de varios saltos antes de ser subido a la lancha para las fotos de rigor y su posterior devolución.
A las 16 salimos del reparo de las islas para pescar sobre el río principal, un lugar propicio para el acecho de lindos dorados. Diego levantó uno y Luis le siguió con otro. Yo castié el minnow que había colocado en el snap, en un cambio de agua, y vi como un cabezón se tiró al señuelo pero no logró tomarlo. La verdad es que es un lugar inmejorable. Concepción del Uruguay es una alternativa óptima sin nada que envidiar a otros pesqueros.
Gentileza de Diego Deniz y Alejandro Kattan.
Río Dulce
Con un grupo de amigos de la ciudad de Río Cuarto viajamos al río Dulce en busca de sus dorados. Con un río alto y en bajante, el panorama no era bueno en un principio, ya que estos cambios de caudal producidos por la represa dificultan la pesca en un principio, pero una vez que el agua está estable la cosa cambia. Por suerte recibimos el llamado del guía que nos avisaba que ya estaban sacando dorados, y de los buenos.
El día se presentaba nublado y con posibles chaparrones, pero llegadas las primeras horas de la mañana comenzamos a pescar casi a cielo limpio, y al final disfrutamos toda la jornada sin una gota de lluvia y con una buena temperatura.
La pesca se realizó a la altura de la ciudad de Santiago del Estero, ya que el caudal alto hace a esta zona más propicia para pescar con artificiales, ¡río Dulce, sinónimo de palos! Los piques no se hicieron esperar, con tiros pegados a los palos sacamos el primer dorado, un porte mediano que desafiamos con una caña #8. Luego el resto cambio a la #6 de fibra de vidrio. Hubo muchas oportunidades hasta el mediodía, un total de 14 dorados. Para el final del día sacamos un total de 22, tanto en modalidad fly como bait. Utilizamos cañas #8 de carbono y #6 de fibra de vidrio de acción media-rápida.
Gentileza de Esteban Sigal Fly Rods.
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