Consejos para iniciarse a la pesca con mosca

Mucho se habló históricamente de que la pesca con mosca no estaba al alcance de cualquiera. Por un lado, aducen que los costos de los equipos eran muy altos, y por otro, las especies a capturar siempre eran muy lejanas. Hoy, esta modalidad ha experimentado un boom, no sólo en la Patagonia Argentina, donde cada vez se ven más pescadores, sino que, en todo el país, con una actividad que en el último tiempo ha encontrado una importante diversificación de especies. Ya no es exclusiva la modalidad para ir por truchas, se multiplican los pescadores que logran lenguados, carpas, pejerreyes, dorados o tantos otros peces que se han vuelto una gran alternativa con el fly. 

Iniciarse en el contexto económico que vive la Argentina es muy complicado, aunque esto es igual para cualquier modalidad. Hoy, empezar a pescar con mosca puede significar lo mismo, en costos, que incursionar con la variada en el mar o la pesca de pejerreyes embarcados en las lagunas bonaerenses. Para hacerlo, necesitamos ciertos elementos esenciales, arrancando por la caña, que la podemos encontrar en distintas acciones como de materiales. De la fibra de vidrio, pasamos por el grafito y el carbono. Puede ser lenta, lo que significa que se doble toda la caña, media, que lo hace hasta la mitad, y rápida, donde sólo se arquea la punta. Es, junto a la línea, lo más importante del equipo. 

El reel debe tener buen freno, y se carga con una base de backing, que es un hilo trenzado que nos va a permitir tener más capacidad en la pelea con un pez, ya que, si nos quedamos sin línea, tendremos estos metros para dar combate al pez. Luego, se ata la línea, que sin ser técnicos ni complicar a nuestros seguidores que poco conocen de la modalidad, tienen peso y grosor más considerable que los elementos que utilizamos para otras modalidades, como multifilamento o monofilamento. Miden de 15 a 30 metros y se clasifican según su numeración, perfil, material y densidad o flotabilidad. No valen lo mismo que un rollo para cargar un reel tradicional, pero su durabilidad compensa y, a mejor calidad, mejores prestaciones. En la punta de la línea, se ata el leader, de 7 a 12 pies, siendo cónicos o anudados, siendo estos últimos los más económicos y el primero, el más recomendado por su resistencia y fiabilidad. La mosca no se ata aquí, sino que, en el tippet, la parte final de la línea, que se une al leader, y consta de un tramo de nylon de 50 a 80 cm, que se va a ir desgastando a medida que vamos atando moscas o cortando las que queramos reemplazar.

Con la caña y el reel cargado, ya estamos en condiciones de intentar pescar. Y he aquí, un gran problema surge. ¿Qué moscas? Hoy, con una abundante cantidad de pescadores y la amplia oferta de notas en internet, lo más simple es preguntar y ver que se usa en cada ámbito para no contar con decenas de cajas. O bien, visite un Fly Shop si hay en su localidad, para que los asesoren con las más usadas. Hoy, una mosca vale menos que una rana de goma o un señuelo de la línea más económica. Eso significa que no son baratas, principalmente porque muchos de los buenos materiales que se usan son importados y han elevado su costo en el último tiempo en forma importante. Se pierden más fácil que un señuelo, por lo que es una erogación importante. Quizás, pensando en especies como lenguados, dorados o carpas, podemos animarnos y empezar a atar, será un mundo muy atrapante que dará el condimento de pescar con nuestra propia creación. También, en la pesca de truchas, los clásicos gatos, como se les dice a los grandes streamers, pueden ser objeto de nuestra creación, más fáciles, en parte, que moscas secas o ninfas. 

Si pensamos en la Patagonia, zona donde el primero de noviembre dió inicio la temporada, hay que decir que la cosa no está fácil para el novato en el arranque. Tras un invierno bastante llovedor y con mucha nieve, están los ríos altos y con mucha turbidez, lo que modifica las condiciones de pesca, tanto en lo que se refiere a los sitios como a las líneas y engaños a utilizar. Los cursos altos limitan la pesca desde la costa. El río se sale de sus extensiones habituales y gana terreno en los campos, haciendo que queden lejanos los pozones o piedras más rendidoras. Además, se multiplican los enganches de ramas, árboles y arbustos que fueron tapados por el agua. Esto no afecta a los que flotan el río o pescan desde embarcaciones en los lagos, quienes lograron importantes faenas. Lo mejor promete ser a partir de diciembre, ya que cuando llegue el calor, se irá produciendo una paulatina baja en el caudal de los ríos y arroyos sureños, y ese aumento de temperatura también activará la eclosión de los insectos, generando acción en moscas secas y ninfas. 

Estos comentarios son una breve síntesis para que el pescador que quiera incursionar en esta actividad aprenda nociones muy básicas y busque, en un Fly Shop de la ciudad o en un mosquero calificado, las ayudas correspondientes para adentrarse en conceptos más importantes.