El Club de los Pescadores se fundó en 1903 a partir de la iniciativa de un grupo de aficionados que decidió armar una precaria casilla en un viejo muelle, ubicado en lo que hoy sería una suerte de prolongación de la calle Ayacucho. Esta sería la primera entidad en su género en América latina. Este muelle de 10 cuadras de largo era utilizado en el siglo pasado por empresas carboneras francesas para desembarcar su producto en nuestro país y descargarlo directamente a vagones del ferrocarril, los que luego se deslizaban por unas vías colocadas sobre aquel muelle. La actividad del mismo había cesado hace algún tiempo, y el abandono causaba en él un deterioro creciente.
Aguas bravas del Plata
Durante años, los socios soportaron que fuertes vientos golpearan y deterioraran cada vez más su lugar de pesca. Sin dudas, la vida de la institución estaría inexorablemente ligada a las aguas embravecidas del Plata. Una de las más bravas fue a poco de la fundación, el 10 de agosto de 1905, cuando una gran sudestada arrasó con el viejo muelle y se perdió la precaria casilla que habían construido. Un golpe a la ilusión de ese grupo de cañófilos que, durante años, pescaron donde pudieron. En 1909 un comisario de policía de nombre Julio Almanza, amigo personal del Presidente Figueroa Alcorta, consigue de éste un permiso para pescar en Dársena Norte. La autorización se circunscribía a un número limitado a 25 pescadores. Julio Argentino Roca había concedido su pasaporte a 50, que eran los que se reunían en el Muelle de los Franceses. Por influencia de Mazzini, Almanza amplió a cuenta y riesgo propio, la lista de los que podían pescar en Dársena Norte. De esa forma, los pescadores que solían ir al muelle de los franceses, desperdigados, volvieron a reunirse y renació el entusiasmo, camaradería y espíritu societario.
La Glorieta convoca a los pescadores en Daireaux
Tras varias idas y vueltas, los aficionados a la actividad piscatoria siguieron pescando y consiguieron que, en 1928, el entonces presidente Marcelo Torcuato de Alvear, firmase un decreto donde le otorgaba al club el permiso de construcción de un muelle y un edificio social en la Avenida Costanera Norte. Fue el ingeniero Julio Quartino, quien confeccionó los planos y llevó adelante las obras con una premisa: construir una joya arquitectónica para la ciudad de Buenos Aires. Poco antes, en 1923, el club había conseguido la personería jurídica.
Llegó el muelle
El ansiado muelle de pesca se inauguró el 28 de octubre de 1930. En ese entonces, la zona de lo que hoy conocemos como la Costanera era un terreno pantanoso e incomunicado con la ciudad por lo tanto los socios decidieron poner un servicio de colectivo desde Plaza Italia hasta el club para facilitar el acceso al recinto. Una fecha que se recuerda es la del 14 de agosto de 1932, día en que se realizó el primer concurso de pejerrey en la institución.
En 1937, con la presencia del presidente de la Nación Agustín P. Justo, se abrieron las puertas del edificio del Club de los Pescadores. Un edificio único en su género y que, desde su inauguración hasta el día de hoy, vivió de todo. En 1939, la agencia Reuters instaló una antena en la torre del edificio para poner en marcha una estación de recepción de noticias desde el exterior hacia la Argentina. Como hecho singular, y debido a un inconveniente en su línea directa al centro de la ciudad, el empleado de Reuter, el día que finalizó la Segunda Guerra Mundial bajó las escaleras a la carrera para poder pasar la noticia a su agencia por el teléfono del Club, razón por la cual el club fue el primer lugar del país donde se supo la grata nueva de la terminación de aquel flagelo. Otra fecha que fue un hito es el 2 de agosto de 1942, fecha que se inauguró un acuario en la sede del club. Una gran atracción para chicos y grandes, quienes pueden observar los peces nativos como dorados, bogas, carpas, pejerreyes y surubíes, así como tortugas, cangrejos y rayas de río, entre tantos otros habitantes acuáticos que son capturados por los socios pescadores.
Día del Pescador
A 50 años de su fundación, cuando corría agosto de 1953, la Federación Argentina de Pesca, que por entonces regía la actividad en la República, y a proposición de la Asociación Argentina de Pesca por vía de su entonces Presidente Sr. Chavarri, se instauró el día 3 de agosto como Día del Pescador Deportivo en el país en honor a la creación de esta entidad madre. Un emocionante y auténtico homenaje al Club Decano, en una mención que ratificaría la Confederación Sudamericana.
La magia que encierra el Club de Pescadores es única. Con miles de anécdotas y de personalidades que han pasado por sus instalaciones. Por caso, la historia cuenta que Carlos Gardel se hizo socio del Club de Pescadores. No sólo cantaba tangos, sino que le gustaba la pesca. Y hasta se asoció en dos ocasiones, ya que su primera membresía, gestada en enero de 1930, fue dada de baja en 1932 por morosidad. Resultó que, debido a sus viajes por Europa, había dejado de pagar las cuotas. Luego, fue reincorporado y en su ficha figuran pagas todas las mensualidades hasta su fallecimiento. El libro de visitantes distinguidos tiene las firmas de los presidentes argentinos Agustín P. Justo, Marcelo T. de Alvear, Arturo Frondizi. También figuran artistas como Hugo del Carril, quien también fuera socio pescador, Eva Perón y los escritores Mario Benedetti y Julio Cortázar, por contar algunos nombres destacados.
121 años de historia, con una larga sucesión de personas que han dedicado su vida a esta institución que sigue creciendo año a año, con sedes en Chascomús, Barca Grande, Santa Clara del Mar y en el Paraná Guazú. Apostando a los chicos con escuelitas y educando con visión de futuro, siempre con la atención en el cuidado del uso sustentable del recurso, pensando en generaciones próximas. Vaya nuestro saludo a todos los que hacen e hicieron esta gran institución en ese día tan especial.
Galería de imágenes
Comentarios