¿Cuántos tipos de pejerreyes tenemos en el Mar Argentino?

Los pejerreyes de Argentina, tanto continentales como marinos pertenecen a la familia Atherinopsidae, género Odontesthes, y poseen entre sí un alto grado de similitud morfológica (de forma), genética (especialmente para el caso de las especies continentales) y funcional. Sus especies son muy importantes desde el punto de vista socio-económico, ya que sustentan pesquerías artesanales, recreativas, deportivas y por su utilización en acuicultura. Los pejerreyes que habitan en el Mar Argentino se distribuyen desde el sur de Brasil hasta el Canal de Beagle e Islas Malvinas en Argentina. 

Los pejerreyes marinos se encuentran representados por cinco especies. Tradicionalmente han sido ubicados en dos grupos, uno con las especies bonaerenses-norpatagonicas, como el escardón, panzón y cornalitos, y, por otro lado, el grupo patagónico, con los cornos y el pejerrey de Malvinas. Entre todas estas variedades, el cornalito abunda, pero pierde importancia por su pequeño tamaño y costumbres pelágicas, siendo la atracción principal las otras especies. 

Especie por especie

• Escardones: Cuerpo largo, estilizado, escama gruesa en 4 filas de escamas. Es el más parecido a los pejerreyes de las lagunas bonaerenses y los que más abundan en la costa. Puede llegar a los 50 cm y superar el kilo de peso. Suele encontrarse en estuarios o bocas de ríos, donde se alimenta o desova. En casos como Mar Chiquita, el Quequén Salado o el Colorado, remonta muchos km para desovar. Incluso, llegó a encontrarse en el río Uruguay, hasta 120 km aguas arriba de su desembocadura. 

• Panzones: Los grandes de la especie en el mar, son robustos, macizos y pueden llegar a los 2 kg. De cola ancha y escama más fina. Desde la línea lateral, seis filas escamas bien definidas hacia la línea dorsal. De coloración más pálida. Estrictamente marino, el panzón no ingresa en aguas dulces o salobres y se alimenta en aguas bajas o bancos de arena. Siempre asociado al fondo, no suele picar a flote y gustan de playas reparadas, con una vida más sedentaria que otros de su especie. De hecho, por su inmovilidad, es el único pejerrey que es atacado por el piojo de mar.  

• De Malvinas. De escamas pequeñas y pedúnculo fino. Muchos le dicen el baboso, su piel da ese mote. Con aletas pectorales largas, algunos lo confunden con un corno por su coloración en la cola, aunque denota su diferencia con su cuerpo más delgado.  Es el ateríniforme que alcanza las latitudes más australes y prefiere las aguas más frías. 
• Manila: Más conocido como Corno, de cuerpo cilíndrico, escama chica y una línea lateral muy ancha. Un olor muy particular y característico como su pique. 6 pequeñas filas de escamas de la línea lateral a la dorsal. Puede llegar a los 800 g y es el más voraz. Su cola amarilla es un sello de la especie y es una atracción para los pescadores cada invierno que lo esperan en los bancos cercanos a Mar del Plata, Miramar y Necochea con mucha expectativa. Esta migración es reproductiva, aunque los últimos años su presencia se centralizó, dentro de Buenos Aires, no más al norte de las costas de San Cayetano. 

• Cornalito: Pelágico y estrictamente marino, vive retirado de la costa a varias millas de la misma. Es el más pequeño de todos y su cabeza ocupa casi un 20% de su largo. No supera los 14 cm y no es de los más atractivos para pescarlos, principalmente porque es una especie poco común en la costa. Muchos lo han confundido con cornalitos de corno, más agresivos y numerosos. 

Un amplio abanico de opciones para una especie que es de las más atractivas para el pescador. Mientras en la costa bonaerense el escardón y el panzón son los más presentes, el corno abunda en la Patagonia y se lo pesca gran parte del año. Sea cual sea la opción, siempre es interesante ir por las flechas de plata, el pez por excelencia en nuestro país en el agua salada.