Amigos y amantes de la pesca, Federico Ruiz, Julián Matamala, Andrés Méndez y Lucas Nahuel forman el grupo de pesca Patagonia Picante y contaron las vivencias del viaje al Diario Rio Negro. Estos cuatro aficionados, viajaron a El Chaltén con la misión de conocer cómo era la pesca del Salmón Chinook en el río de Las Vueltas, que nace en el lago del Desierto y desemboca en el lago Viedma y es paso obligado por los salmones del pacífico que llegaron a este curso hace unos 20 años tras escaparse de la jaula de una salmonera en el Estrecho de Magallanes. Se fueron acardumando cerca de las Malvinas, se acercaron a la costa con el tiempo y entraron por el río Santa Cruz hasta llegar al Lago Argentino, para luego remontar el Caterina hasta el Viedma, según señala al mencionado diario el guía Federico Ruiz.
En la zona de El Chaltén, según cuentan en la nota, pescaron 47 salmones de más de 20 kilos en cuatro días, ya sea con mosca o spinning, con anzuelo sin rebaba, y señuelos brillantes. Todos los ejemplares fueron devueltos para que cumplan su ciclo de vida de desovar río arriba y luego morir.
Por el río de las Vueltas lograron esa gran faena estos pescadores, en un punto de agua cristalina, ya que, más adelante, al confluir con el río Toro y sus sedimentos, se vuelve un tono esmeralda y, entre eso y las ramas, se hace una pesca más técnica como exigente. Diferente en esta zona que pescaron, donde es posible observar los salmones a menos de un metro.
Los pescadores se volvieron extasiados por la pesca. En esos cuatro días sobraron los piques. “La pelea es brutal, tienen mucha fuerza, las corridas son interminables. Es adrenalina pura en un lugar en el mundo con una belleza increíble” Además, Ruíz diferencia este sitio de pesqueros del Alto Valle. “Imaginate que venimos del Limay, mucho más extenso y amplio, con peces de otro porte. Los salmones son descomunales. Para pescadores como nosotros son los trofeos con los que soñamos”, afirma el guía.
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