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PESCA | 03-08-2017 08:57

Concordia: zona de gigantes

La localidad entrerriana, pese a las inundaciones, sigue siendo un pesquero increíble para capturar dorados de gran porte. Equipos, técnicas y todos los detalles.
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Después de un mes tormentoso en el que la ciudad entrerriana de Concordia sufrió otra vez los embates del agua, La Zona Lodge reabrió sus puertas para poder realizar este nuevo relevamiento con singular éxito, pero sin ninguna sorpresa: más de lo mismo, los dorados más grandes del mundo. La Zona es el nombre de un pesquero privado sobre el río Uruguay conocido mundialmente, que cuenta con un espacio aproximado de 900 por 500 metros. Se ubica cercano a la represa de Salto Grande, donde se da una pesca significativa de diferentes especies de gran tamaño, destacándose sin dudas el dorado por sobre todas, sin descuidar que las bogas de allí son enormes, llegando a veces a los 6 kg de peso, y los peces de cuero como el patí y el surubí también suelen alcanzar portes considerables.

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Las modalidades

La pesca en este lugar se realiza solamente con las únicas dos lanchas y guías habilitados para tal efecto. Y en La Zona sólo podemos pescar con devolución obligatoria y actuando únicamente con artificiales, ya sea con fly, baitcasting o spinning. Para el fly debemos llevar cañas y reeles para línea 8 y 10, líneas de flote y hundimiento y moscas grandes armadas preferentemente en colores rojo, negro, amarillo y blanco.

Para intentar pescar con baitcasting conviene preparar cañas de entre 20 y 25 libras (1 libra = 0,453592 kilo), de un largo de 1,80 a 2,10 m y con acción de punta.

Los reeles deben ser fuertes, del tipo huevito o bajo perfil, con una capacidad de carga de multifilamento de entre 70 y 100 m, más un excelente y firme registro de freno.

Finalmente, para pescar con la modalidad de spinning debemos considerar las mismas características de equipos en cuanto al largo y potencia, con la diferencia de que en este caso tenemos que emplear reeles frontales. Cuando armemos las cajas de señuelos no conviene dejar nada librado al azar: hay que llevar todo e intentar cubrir todas las profundidades y principalmente las necesidades que vayan surgiendo en el momento. No podemos dejar los poppers para actuar en superficie, ni los de media agua para intentar sobre las costas, ni los llamados paletones para cuando haya que rascar el fondo y mucho menos los nuevos y originales señuelos de látex, con los que dándoles un poco de peso podemos lograr importantes piques cuando menos lo imaginamos.

Anécdotas y pesca

Llegamos por la noche al lodge privado que posee este emprendimiento, ubicado dentro de un campo sobre el camino que conduce al tradicional camping La Tortuga Alegre. Allí nos esperaba Lucas, encargado del lugar y excelente anfitrión. Ya estaba preparando un exquisito asado junto a Rafael Geier (guía de la zona), que luego disfrutaríamos entre todos, sumando a otros clientes de la ciudad de Pergamino que hacían su debut pesqueril en estas aguas de Concordia. Inimaginable la cantidad de anécdotas que se contaron en la mesa, y nunca se terminaban los kilos aportados ni las fotos imaginarias, indicios de que estábamos en un lugar único, donde en materia de pesca de dorados todo puede ser posible. En el medio de la cena nos llamó Héctor Bradanini, propietario del lodge y gran pescador, para saber cómo habíamos llegado, informando además que vendría a acompañarnos con la pesca. Habiendo terminado el postre todos fuimos a la casa para empezar a preparar los equipos, debatiendo sobre con cuál comenzaríamos a pescar, cuál pensábamos nos daría el mejor resultado y en qué profundidad deberíamos iniciar los intentos. La mejor idea fue que cada pescador probara en honduras diferentes y en base a la cantidad de piques cada uno sabría lo que debería hacer.

Nos despertamos muy temprano y con el desayuno ya preparado aumentamos nuestras ganas, hasta que llegaron Alejandro y Elvio, los dos guías que nos acompañarían en esta jornada. Fuimos hacia el embarcadero y en grupos de tres personas comenzamos la navegación, que es muy corta. Muchos habían cargado recientemente el reel con multi, por lo que utilizaron el tramo del arroyo de salida para estirarlo, dejando la punta del hilo en el agua para que con la velocidad de la embarcación vaya saliendo para mojarse y recogerlo más apretado. Cuando se entra en la zona de pesca, lo primero que se debe hacer es un rol de salida en Prefectura Argentina, donde toman todos los datos y dan vía libre de pesca. Desde allí se bajan unos 400 metros y se comienza a pescar. En esta primera pasada utilizamos la costa argentina como referencia, obteniendo piques instantáneos de dorados que superaban los 10 kg en todos los casos, transformando las ganas de la noche anterior en una mañana prolífera de grandes emociones. Terminamos la bajada y retomamos el lugar para confirmar la eficacia de los señuelos, donde todos tuvimos que poner artificiales de media agua para obtener respuestas inmediatas. Viendo este panorama, uno de mis compañeros armó rápidamente su caña de fly y nos hizo disfrutar de un pique que se transformó en captura de un dorado de 15 kg, un tren que disparó por debajo de la lancha poniendo en riesgo el equipo pero se lo pudo dominar, sacar foto y devolver al agua sin golpes.

La costa uruguaya

También veíamos con mucha actividad a la otra embarcación, que trabajaba cerca de nosotros: se escuchaban los gritos de alegría de los pescadores. Cruzamos hacia la costa uruguaya para saber cómo estaba de pique, y si bien en esta oportunidad eran más escasos que en el pesquero anterior, se pudieron concretar varios capturas. Ojo: también perdimos muchos otros, y sin dudas varios de los grandes a los que sólo pudimos testear ante la corrida y el pique producido, dejándonos un sabor amargo cuando veíamos y sentíamos libre el multi del reel. Fuera de la zona de exclusión observábamos a otros guías con actividad continua, por lo cual decidí sumarme a esa pesca, dejando que mis compañeros siguieran disfrutando de La Zona. En este caso me subí a las lanchas de Puerto Yeruá Pesca, que trabaja desde “los carteles” del límite hasta Salto Chico. Y tanto con señuelo como con carnada, realmente pudimos dar con gran cantidad dorados de todos los pesos, comprobando que la pesca se puso muy buena en todo el corredor del río Uruguay. Pasó la jornada y sólo podemos decir: 12 kg, 14 kg, 18 kg. Nada más para agregar en el paraíso de los mejores dorados del mundo.

Nota completa publicada en revista Weekend 539, julio 2017.

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Julio Pollero

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