Tuesday 16 de April de 2024
PESCA | 04-02-2013 16:19

Reeles para toda ocasión

Weekend presenta una introducción a los diferentes tipos de reeles que existen en el mercado. Galería de imágenes.
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Desde que la pesca se practica a mayor distancia que el largo de la caña, se hizo imprescindible el uso de un dispositivo donde albergar la línea utilizada para cubrir ese trayecto. Con las modalidades a corta distancia esto no es necesario, como sucede con los mojarreros.

Este requisito llevó a la creación de los primitivos reeles, palabra que en la Argentina se conserva literalmente en el léxico de los pescadores, tomada de los introductores de este deporte en el país: los ingleses. Originalmente, eran carretes con un eje central grueso donde se bobinaba la línea a mano. Con el tiempo se perfeccionaron y especificaron para diversas pescas.

Orden de aparición

Los primeros reeles industriales son los rotativos, aquellos en que la línea se recoge en un eje con bobina que gira perpendicular o transversalmente con respecto a la caña. Tienen forma cilíndrica, como si fuera una lata de tomates cuyas tapas se ubican a los costados de la vara. Por consiguiente, la línea ingresa y egresa en forma recta sin necesidad de adminículos que la adhieran a la bobina.

Los primeros modelos, y actualmente algunos de gran tamaño, no tienen devanador, lo que obliga al pescador a dirigir el ingreso de la línea con el dedo para evitar que se acumule de un solo costado y no ocupe proporcionalmente todo el ancho de la bobina.

Dentro de los reeles rotativos se encuentran los de bajo perfil o low profile, más pequeños y de formato chato (conocido como huevitos), destinados, originalmente, a la pesca de baitcast donde, por la cantidad de lanzamientos y en armonía con la caña, se precisan reeles rotativos pero livianos.

Los reeles para mosca son también rotativos, pero con un sistema mecánico mucho más sencillo, ya que solo tienen como objeto, generalmente, juntar línea de poca tensión.

Posteriormente, aparecieron los reeles frontales, llamados así pues el carretel se encuentra en posición paralela a la caña y la línea se recoge gracias a que un pick-up la pega a la bobina, que no gira. Cuando se lanza, se desactiva este pick-up; entonces, la línea se libera y, luego de que el usuario la suelta de su dedo, sale en forma de rulos hacia donde dirija la caña.

El sistema de engranajes es más complejo y delicado que en los reeles rotativos, pues básicamente tienen que trabajar con una corona y un piñón que transmiten el movimiento de la manija y permiten, no solo recoger la línea contra la bobina fija, sino también que ésta suba y baje para el correcto devaneo.

Este sistema mecánico originalmente los hizo más débiles y, por tanto, se usaban en las pescas más finas, donde no tenía que realizarse tanta fuerza. Sin embargo, en los últimos años la necesidad de ganar distancia para lanzamientos en la pesca embarcada de mar con señuelos impulsó a las grandes fábricas a construir modelos de extraordinaria resistencia.

Los reeles de spincast son muy poco conocidos en la Argentina. Es más: nunca vi una sola persona que los utilizara en los cuarenta años que llevo pescando. Combinan elementos del frontal (bobina en paralelo a la caña y fija) y del rotativo (se libera la línea con apretar un botón y no se necesita mover un pick-up). Tienen el carrete cubierto para evitar que la línea, que sale en forma enrulada, genere enredos. Pero esto implica poca carga y una fricción que dificulta los lanzamientos a larga distancia. Aparecieron en el mercado mundial a fines de la década de 1940. En países como Estados Unidos o Brasil suelen ser los reeles con los que se inician los chicos o, simplemente, los novatos.

Los desafíos

El principal problema que tienen los pescadores para utilizar un reel rotativo es la galleta, o backlash, que se produce cuando se detiene la velocidad del elemento que ha sido lanzado (un señuelo, una carnada, etc.) y el eje sigue girando, lo que suele suceder, por ejemplo, con viento de frente o cuando el lanzamiento es parabólico o muy corto (lo que se conoce como “poco vuelo”). En consecuencia, sale línea sin control y las vueltas se enciman provocando lo que, graciosamente, los brasileños llaman cabeleira (melena). Para evitar esta desagradable situación, los reeles rotativos poseen frenos especiales.

El freno centrífugo consiste en unas pesas dispuestas en radios, como si fueran los rayos de una bicicleta, concentrados en el eje de la bobina en uno de los laterales. Estas pesas, en la medida que se acercan a la circunferencia por separarse del eje, actúan como frenos del giro.

Por tanto, cuantas más pesas se coloquen en posición activada (ver foto izq.) menos girará y viceversa. Para que el movimiento sea armónico hay que activar o anular las pesas en forma opuesta, ya que siempre son pares. Por ejemplo, si se aplica la pesa que apunta hacia el norte, como si fuera una brújula, debe hacerse lo mismo con la que señala el sur. La regulación ideal la dará cada usuario, en la medida en que practica precisión y distancia.

Algunos reeles vienen con freno magnético, del mismo lado que el anterior, que consiste en pequeños imanes que van frenando el giro del carrete sin roce mecánico. Generalmente, conviene ponerlo en posición más cercana al freno máximo (10), para luego ir liberando hacia el extremo opuesto (0) buscando el lanzamiento justo para distancia y precisión.

La firma Quantum desarrolló una combinación de ambos frenos, conocida como ACS. Se trata de un freno centrífugo que, a diferencia de los habituales, se lo puede establecer o controlar desde afuera, sin abrir la tapa lateral ni cambiar las pesitas a mano. Algunos reeles como el KVD ya posee la tercera tecnología ACS, donde el freno puede aplicarse de manera fina y muy específica, gracias al regulador externo que goza de un arco de 168 grados con nueve pins de control. Este avance reduce al mínimo las posibilidades de una galleta.

Antes de tirar cada señuelo hay que ajustar el freno de lanzamiento, que por lo general tiene forma de botón cilíndrico y está ubicado en la tapa del reel rotativo opuesta a los otros frenos. Si este freno está muy ajustado, el usuario se garantiza que la bobina no dará vueltas excesivas, pero el lanzamiento será corto por razones de fricción. Si el freno está muy suelto, el eje liberado permitirá tiros largos, pero habrá que colocar el dedo sobre la bobina al instante en el que lo que ha sido lanzado pierda velocidad. Por lo tanto, lo ideal es una regulación media de este freno.

Lo mejor es que cada vez que se cambia de peso de lanzamiento se coloque la caña a 45 grados, se ponga el señuelo pendiente a unos 15 cm del puntero y se libere el carrete como para lanzar. El artificial debe descender lentamente, pero en forma continua. Si sale con pequeñas interrupciones o no cae, conviene soltar un poco el freno; si sale rápidamente, hay que ajustar el freno hasta que caiga “naturalmente”.

Frontales y rotativos tienen frenos para que el pez pueda sacar línea del reel cuando la caña haya llegado a su máxima acción. Este freno es importantísimo porque funge como fusible del equipo. En los frontales suele estar en la parte superior, en forma de tapita. Unos pocos lo traen en la sección inferior. En los rotativos, generalmente se encuentra en el lateral, también con forma de estrella. Si está muy liberado, no se podrá clavar al pez o, una vez clavado, nunca se cansará y podrá sacar toda la línea de reserva; si está muy ajustado, se cortará la línea o, si esta es muy gruesa, corre riesgo de romperse la vara, que actuará, incorrectamente, como fusible.

Existe también el clásico freno de estrella, ubicado en la parte lateral de los rotativos, que se utiliza para regular la salida de línea toda vez que el pez la exija. A medida que se aprieta, un tornillo presiona el costado de la bobina, permitiendo que salga, o no, la línea. Se lo puede calibrar enganchando la punta de la línea madre a una balanza y permitiendo que salga del carretel a aproximadamente un tercio de la resistencia total de la línea empleada. Por ejemplo, si resiste hasta nueve kilos, permitir que salga línea cuando la balanza indique tres kilos.

Más ajustes

Otra manera de calibrarlo es tironeando del extremo de la línea, colocando la caña en posición angular de pelea con un pez, y permtiendo que recién salga línea cuando la vara esté en un 75 por ciento, aproximadamente, de su curvatura máxima. Desde ya que esta manera de regular es más práctica, pero también menos precisa.

En la pesca a trolling, donde el señuelo va ejerciendo presión sobre la salida de línea, dada su paleta, generalmente larga, los guías experimentados suelen ajustarlo, a ojo, simplemente tirando de la línea, de modo que logre lo que todo pescador espera: que clave firmemente la boca del pez sin patinar, pero que, al mismo tiempo, permita que, una vez flexionada la caña al máximo, salga línea para que esta no se corte ni se rompa la vara ni ningún mediador entre el aficionado y el pez (triples, anillas, pitón, mosquetón, esmerillón, nudos, etc.).

Para lanzar es más sencillo usar un reel frontal. Y si se arroja un peso muy liviano, resulta imprescindible, ya que, de otra manera, no tendrá poder para iniciar el giro de un reel rotativo, o sea mover el peso de la bobina desde la posición de detenido. Sin embargo, es más difícil lograr precisión con una caña de acción media o lenta, que se usan habitualmente con frontales, que con una caña rápida, que se emplea con rotativos. Hablamos de generalidades, porque hay pescadores muy precisos con reeles frontales.

El reel rotativo tiene otra ventaja: no bien el señuelo toca el agua, el usuario puede empezar a recoger, factor importante cuando se trata de peces que toman “al golpe” o “a la caída”. Con el reel frontal se demora un instante, pues hay que dar un manijazo para que cierre el pick-up y recién puede recogerse. Además, la salida del nailon en forma de rulo y el casting un poco más parabólico implican que siempre hay una curva de línea en falso que debe recogerse antes de que empiece la acción del señuelo.

Por último, nunca recoja en directo haciendo fuerza con el reel. Lo correcto es bajar la punta de la caña y luego levantarla acercando al pez para, cuando se baja nuevamente la caña apuntando al agua, se junte línea en el reel sin que esta se halle en tensión directa. No confunda el reel con un malacate.

Nota publicada en la edición 485 de Weekend, febrero de 2013. Si querés adquirir el ejemplar, llamá al Tel.: (011) 4341-8900. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.

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Marcelo Ferro

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