Si bien con la llegada de los primeros fríos, son muchas las personas que erróneamente creen que los perros necesitan tomar menos agua que durante el verano, lo cierto es que los veterinarios afirman que suministrarles una mayor o menor cantidad del agua de la que realmente necesitan puede acarrearles serios trastornos en su salud.
“La hidratación en los perros no solamente es importante, sino que es vital”. La razón de tal importancia la encontramos en el peso corporal del can, ya que entre un 55% y un 80% del peso del animal es agua”, explicó Jesús Ventura Esteban, licenciado en veterinaria, y miembro del equipo del Hospital Veterinario Constitución de Valencia, España, a Webconsultas.
“Estos porcentajes varían dependiendo de la edad y el estado de salud de nuestra mascota; en perros jóvenes son más elevados, y en adultos más bajos, pero la media se sitúa en torno al 60%, distribuida en líquidos intracelulares (40%) y extracelulares (20%)”, agregó el veterinario español.
Lo más recomendable es que beban aproximadamente entre unos 50 a 60 mililitros de agua por cada kilo de peso, al día. Esto significa, por ejemplo, que un perro que pesa 10 kilos, debe tomar cerca de medio litro de agua a lo largo del día.
“Hay propietarios que fuerzan a beber a sus mascotas si a lo largo del día no beben lo que ellos consideran conveniente. Esto es un error, ya que hay ocasiones en las que los animales se hidratan a través de la alimentación -sobre todo si es en lata- y, además, el hecho de no beber puede indicar la presencia de alguna enfermedad que hay que diagnosticar y tratar inmediatamente”, manifestó Ventura.
Otro factor importante a la hora de hidratar correctamente a los canes es que el agua siempre debe estar fresca y limpia, y debe ser colocada en recipientes aptos y adecuados para nuestras mascotas, cuyo tamaño y capacidad dependen del tamaño del perro, ya que a razas mayores, mayores son sus necesidades. También es fundamental cambiarles el agua con frecuencia para que mantenga su máxima higiene y cualidades.
“También es muy importante la ubicación de los recipientes con agua: lo ideal es que estén en lugares lo más alejados posibles de los olores fuertes, tóxicos o desagradables, como también de cualquier fuente de calor intensa y de la luz directa del sol”, concluyó Ventura Esteban.
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