La empresa Migaloo Private Submersible Yachts diseñó una de las embarcaciones más curiosas y excéntricas que posiblemente veamos por mucho tiempo. El Migaloo M7 no solo es un yate para un público superexclusivo, repleto de lujo, sino que también cuenta con la característica única de ser un submarino.
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El yate es uno de los más caros del mundo, de por sí, cuenta con pileta al aire libre, jacuzzi, cine, sala de juegos y hasta un helipuerto. También incluye una bodega, una biblioteca, un ascensor, varios bares y un “beach club”.
Dentro de sus 283 metros de eslora, la embarcación también cuenta con dos espaciosos hangares para guardar motos de agua, embarcaciones pequeñas, equipos de buceo y hasta minisubmarinos.
En su interior el espacio sobra, ya sea para los propietarios como para los invitados, todos cuentan con suites plagadas de lujo.
Pero como ya se dijo, esta embarcación no es solo un yate, sino que también es un submarino. Según sus diseñadores, el Migaloo M7 puede sumergirse en cuestión de minutos y sin perder ninguna de las comodidades y prestaciones que ofrece cuando está en la superficie.
Más allá de los descabellado que parezca, según la empresa, la embarcación ha sido diseñada bajo rigurosos estándares que garantizan la máxima compresión y seguridad cuando esté sumergido.
Se espera que el Migaloo M7 alcance los 40 nudos de velocidad cuando esté en la superficie, mientras que bajo el agua se pueda mover a unos 20. Además, aseguran que puede mantenerse a una profundidad de 300 metros durante varias semanas.
El yate no tiene un precio específico, ya que varía de acuerdo a las necesidades y deseos de cada cliente. Pero no es disparato pensar que estamos ante una de las embarcaciones más caras y raras del mundo.
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