La firma británica de autos de lujo Aston Martin y Triton Submarines unieron fuerzas para crear una unidad submarina para tres personas con interior de lujo y el clásico rendimiento y belleza de la marca británica. Con el nombre de Proyecto Neptuno, está colaboración dio como resultado un submarino de edición limitada, con un valor cercano a los 4 millones de dólares, y que ya está en fase de producción.
Triton Submarines es una firma con base en Florida, Estados Unidos, que fabrica diversas máquinas de transporte submarino, no solo para uso personal, sino también para exploraciones científicas y proyectos cinematográficos. Su colaboración con Aston Martin se anunció en septiembre de 2017, y desde un principio los bocetos de diseño anticipaban líneas estilizadas y visibilidad de 360º, como si la nave fuera el último gadget de James Bond.
Se prevé que el submarino tendrá una batería de 30-kWh capaz de hasta 12 horas de navegación y una velocidad máxima de 5 nudos. El Proyecto Neptuno ha recibido la certificación para navegar en profundidades de hasta 500 metros.
La revolución que viene
La incursión de Aston Martin en el transporte submarino se inscribe, junto a proyectos similares, dentro de una nueva revolución en el transporte individual. En una primera etapa, como suele suceder, las innovaciones tecnológicas se destinan a un segmento privilegiado del público. Sin embargo, no tardan los avances y ventajas de tales productos en trasladarse a sectores más amplios.
Estamos en el umbral de la mayor revolución en el transporte personal, en la que el mar es, probablemente, la última frontera. Las principales automotrices realizan cuantiosas inversiones para crear vehículos autónomos. Ford Motor Company, por ejemplo, está poniendo a punto su modelo autoconducido Fusion, mientras que Fiat Chrysler Automobile (FCA) propone vehículos de automatización parcial o completa, y Waymo y Google aportan ya coches autónomos que circulan en San Francisco.
Incluso el transporte aéreo está compitiendo en esta carrera. Los helicópteros autónomos de Volocopter ya son una realidad en Dubai, y hasta la propia Aston Martin anunció este año su asociación de Rolls-Royce y la Universidad de Cranfield para crear el concept Volante Vision, el proyecto de un automóvil que vuela.
Esta revolución llega incluso más allá de las nubes. Las naves espaciales civiles de SpaceX, Blue Origin y Virgin Galactic aspiran a hacer asequibles los vuelos turísticos orbitales terrestres, a la Luna y Marte.
Así también en el mar. Rolls-Royce en conjunto con organismos oficiales y universidades de Finlandia inauguró hace pocos meses, en Finlandia, el Centro Marino de Control Remoto y Buques Autónomos e Inteligencia Artificial. Y en los Estados Unidos, Boston Sea Marine Robotics avanza en el primer sistema autónomo mundial que controlará la navegación en forma remota desde tierra firme.
La última frontera, la submarina, parece estar a punto de rebasarse. Por lo pronto, Aston Martin está avanzando un paso importante, y de manera como suele hacer las cosas. Con el lujo por delante.
Comentarios