La sorpresiva aparición de tres lagartos overos en los patios de tres viviendas de las localidades de El Jaguel, Florencio Varela y Temperley, todas ellas ubicadas al sur del Gran Buenos Aires, causó mucho temor y preocupación no solo entre los dueños de las casas sino, también, entre los vecinos y las autoridades de esas ciudades.
Según informaron desde Defensa Civil de Lomas de Zamora, tras recibir el llamado de los propietarios de una vivienda ubicada en el barrio San José de Temperley alertando sobre la aparición de un gigantesco reptil en el fondo de su casa, inmediatamente un equipo de profesionales de esa dependencia se apersonó en el lugar y, tras varias horas, finalmente lograron capturar al reptil y lo trasladaron a la Reserva Natural de Santa Catalina donde fue liberado.
Si bien todo indica que la principal causa de las apariciones de estos lagartos overos se debe a la gran sequía y a la consecuente falta de agua para beber que los obliga a tener que buscarla en otras zonas extrañas a su hábitat natural, hay quienes afirman que estos reptiles ya estaban en la zona desde hace tiempo.
“Los lagartos no aparecieron, los lagartos estaban ahí. Lo que ocurre es que, con la urbanización y demás aspectos que se desarrollaron en los últimos 30 años, redujeron sectores que antes eran su hábitat normal dentro del mismo radio”, explicó Jorge Calvo, profesor titular de Producción de Animales de Granja y Fauna de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ), en una entrevista con El Diario Sur
“En la década del 60, por ejemplo, era muy común encontrarnos con lagartos overos cerca del Arroyo del Rey, en Lomas de Zamora. Es muy probable que allí sigan viviendo familias de lagartos, muchos de los cuales fueron corridos tanto por la urbanización como por la aparición de predadores nuevos, como los perros”, agregó el también director de la carrera de Ingeniería Zootecnista de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNLZ.
Según relató el especialista, durante la pasada pandemia del coronavirus aparecieron especies que no se pensaban que existían en los ámbitos urbanos. “Eso pasa porque no los veíamos. Todo animal busca preservarse y habían adoptado hábitos horarios para no exponerse. Ahora, que hayan vuelto a aparecer en lugares urbanos, tiene que ver también con la importante sequía que estamos padeciendo, en la cual se observa una migración de especies silvestres buscando fuentes de agua, que es algo que los lagartos necesitan. Por el propio fenómeno climatológico seguramente hayan perdido sus bañados y alcantarillas. Los lagartos suelen salir a buscar espejos de agua, que muchas veces los encuentran en las piletas de las casas, y también fuentes de alimentación, como las hay en los basureros”, concluyó Calvo.
Por su parte, según Martín Padín, docente de Agrometeorología en la UNLZ y especialista en la rama bioclimática este tipo de reptiles que no termoregulan la temperatura, salen al ambiente para, justamente, poder hacerlo.
“Puede ser que estén saliendo del hábitat por la sequía, porque necesitan algo más de humedad, y que se estén arrimando a la ciudad por las fuentes de agua, a pesar de que nosotros tenemos faltante también”, dijo el especialista.
“Hay muchos lagartos también en el noreste del país. Puede que esos lagartos estén bajando al sur en búsqueda de temperaturas más reparadas. Igualmente, no hay que tenerles miedo porque, salvo en situaciones muy particulares, son animales absolutamente inofensivos. Si se metieron en una casa, lo mejor es no acercarse a ellos y salir afuera hasta que el lagarto también lo haga. Cuando uno lo tiene encerrado deja de ser un peligro para la sociedad y también facilita su captura por parte de los profesionales. Lo más fácil y lógico es ir al veterinario a denunciarlos”, concluyó Padín.
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