Al menos 21 especies de aves y 17 de mamíferos en todo el mundo han tenido la fortuna de no extinguirse definitivamente en los últimos 30 años gracias a las diversas políticas de conservación que vienen llevando a cabo, desde 1992, varios gobiernos y entidades no gubernamentales a lo largo y ancho del mundo.
Así lo señala el resultado de una reciente encuesta elaborada por un grupo de investigadores internacionales, liderado por científicos de la Universidad de Newcastle, Inglaterra, para tratar de conocer con exactitud cuántas especies de aves y de mamíferos no desaparecieron de la faz de la tierra gracias a dichas políticas de conservación.
“Queríamos identificar cuántas extinciones se han evitado desde finales de 1992, cuando entró en vigor el Convenio sobre la Diversidad Biológica; y, desde 2010, cuando se adoptaron las últimas metas, incluida la de prevención de extinciones”, comentó Rike Bolam, autor principal del estudio que fue publicado en la revista “Conservation Letters”.
“En rigor de verdad, nuestro principal objetivo era tratar de averiguar cómo la política afectó el número de extinciones evitadas”, agregó el especialista.
Para llevar a cabo la encuesta, los investigadores decidieron centrarse solo en aves y en mamíferos, ya que son los grupos de animales más estudiados por la ciencia y con la mayor cantidad de datos globales disponibles. Solo se analizaron las especies incluidas en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como “extintas en la naturaleza”, “en peligro crítico” o “amenazadas”.
Tras los análisis de rigor, finalmente, el equipo comprobó que las acciones de conservación evitaron entre 21 y 32 extinciones de aves y de 7 a 16 de mamíferos desde 1993, y entre 9 y 18 extinciones de aves y de 2 a 7 de mamíferos desde 2010.
En tanto, el informe señala que si bien a pesar del esfuerzo de varios gobiernos y organizaciones no gubernamentales en apoyo a la conservación, lamentablemente en los últimos 17 años se han extinguido 10 especies de aves y 5 de mamíferos en el mundo; si no se hubiera hecho nada, esas tasas podrían haber sido entre un 2,9 y un 4,2 más elevadas.
“Sinceramente, es muy alentador que algunas de las especies que estudiamos se hayan recuperado muy bien. Por lo tanto, nuestro análisis proporciona un mensaje positivo de que la conservación ha reducido sustancialmente las tasas de extinción de aves y mamíferos. Aunque también ocurrieron extinciones en el mismo período de tiempo, nuestro trabajo muestra que es posible prevenirlas y es ahí donde hay que redoblar los esfuerzos”, concluyó Bolam.
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