Decididos a aprovechar la tendencia que se generó a partir de 2020, momento bisagra del outdoor en que la gente -como allá por los años '70- optó por conectarse más íntimamente con la naturaleza y disfrutar la vida al aire libre, en el marco de la visita a Expo Motorhome de Brasil recorrimos dos fábricas de vehículos recreativos para conocer detalles de construcción y preferencias del público local.
Rodantes: las mini vienen en alza
La primera fue Serro, ubicada en Curitiba, una empresa familiar que desde hace 35 años se dedica a la actividad y que comenzó con implementos en madera para vehículos, aunque en una segunda instancia, allá por 2009- se lanzó a fabricar unidades móviles, como oficinas, escuelas rodantes y -por supuesto- motorhomes.
Una característica que destaca a Serro es que la empresa no terceriza nada. Todo lo hace en los talleres propios, desde el corte y plegado de chapa hasta el mobiliario y las instalaciones. Para eso cuenta con 30 empleados calificados y un exigente control de calidad de los procesos.
Al momento de nuestra visita tenían en fabricación 20 unidades de trabajo de una licitación que habían ganado y un vehículo off road de 15 m de longitud, equipado con todo, incluso con lavarropas, un detalle que -observamos- caracteriza a los vehículos de este país, que se entregan con dos modelos posibles: en los camiones, el clásico domiciliario de carga frontal que va sujeto al piso del vehículo con cuatro bulones; en los furgones, uno más compacto con puerta de carga más amplia pero bastante más angosto que los clásicos. Este detalle, sumado a otros -como un TV de pantalla plana gigante equipado con home theater y ubicado sobre uno de los laterales del camión, para mirar películas sentado bajo los árboles cual cine al aire libre- permiten inferir que el lujo es importante para los brasileños, tal vez acostumbrados a un tipo de vida al aire libre más exigente que la de los argentinos, pero muy aspiracional, por cierto.
En cuanto a vehículos 4x4, proyectan, diseñan y arman a gusto del cliente, con todos los detalles personalizados posibles. Solo es cuestión de que reciban el chasis para comenzar con los planos. En su lista de espera no toman más de 5 pedidos al año, porque les demanda mucho tiempo armarlos. Y si hablamos de valores, el desarrollo ronda los U$S 250.000.
En el marco de las visitas planificadas por Todo Motorhome -la empresa que en esta ocasión trajo la primera comitiva comercial argentina del sector rodantero a Brasil- también llegamos a la fábrica Trailemar, ubicada en Campo Grande. A diferencia de la anterior, ellos se especializan en camiones y minivans (antes también equipaban grandes buses, tipo los de larga distancia). De los primeros desarrollaron 6 a lo largo del año (cuestan U$S 600.000 aproximadamente) y ya tienen 2 pedidos para 2025. De las minivans hay muchas más solicitudes, de hecho tenían unas 10 listas para entregar.
De todas las empresas que visitamos hasta ahora, Trailemar es la única que combina las operaciones de fabricación con las de importación: ellos representan para Brasil a la marca estadounidenses de casas rodantes Jayco y a la de campers Winnebago, ambas de reconocida trayectoria, y con amplio mercado local. También están realizando las trámites para importar las “cápsulas” chinas: un camper prediseñado con todo listo para ensamblar, montar y salir rodando, lo que -presumimos- generará una nueva bisagra en el mundo rodantero.
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