Friday 29 de March de 2024
KAYAK | 06-01-2020 17:30

Medidas de seguridad para remar con chicos

El kayak es una actividad maravillosa cuando se practica con toda la familia. Qué debemos tener en cuenta para sumar a los más pequeños.
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La experiencia de navegar en kayak con los chicos resulta muy enriquecedora tanto para ellos como para los adultos. Este tiempo compartido en el agua, el entorno agreste y el deporte sin dudas resulta un plan ideal de fin de semana. Para iniciarnos con los primeros rudimentos debemos atender varios aspectos relacionados con nuestro equipo y las medidas de seguridad correspondientes.

En efecto, el diseño del kayak, longitud de la pala y del chaleco salvavidas, entre otros serán decisivos durante la práctica. Claro que durante la navegación tanto los adultos como los jóvenes deberán colocarse el chaleco salvavidas, que debería ser acorde a nuestro físico, poseer un silbato y ceñirse sin generar molestias al remar. Siempre utilizaremos chalecos especialmente diseñados para remar, que generalmente tienen menos volumen y permiten un movimiento libre de los brazos. En el caso de los menores es aconsejable que los chalecos sean modelos para niños y tengan una cinta de sujeción –tipo cincha– que va entre las piernas para evitar que en caso de caída al agua no se salga por la cabeza.

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Las palas tienen el largo proporcional a la altura de los remeros, para un adulto ronda los 2,20 metros y para un chico de 10 años no debería superar los 1,60 m de largo aproximado, esto facilita la tracción y reduce el peso. En cuanto a los kayaks, es preferible empezar las remadas con modelos abiertos, del tipo sit on top, y donde pueden ir dos tripulantes. Los chicos siempre tienen que estar –al principio– en la misma embarcación que el adulto, quien será el encargado del timón (es decir irá en el asiento trasero) y de instruirlo en el movimiento de remada y en lo que no se debe hacer en un kayak: pararse sobre el asiento, escorar súbitamente, molestar en la remada con la pala. En cualquier actividad náutica, incluida el canotaje, resulta de gran importancia tener un buen conocimiento de la natación, principio básico que depende del sentido común. Por ende no son aconsejables las navegaciones con personas que no sepan nadar.

Zarpamos

Elegiremos un día con buen clima y en lo posible cálido. En el kayak incluiremos una soga en proa de 5 metros, un celular en una bolsa estanca, agua y comida y una muda de ropa a resguardo del agua. También observaremos un mapa o carta náutica de la zona a navegar diseñando un recorrido tranquilo por canales o aguas protegidas y en las cercanías de la costa. Durante la remada todos emplearán algún tipo de calzado, ya que en las bajadas a tierra es probable encontrar objetos filosos. Otras cosas que no pueden faltar son gorro para el sol, protector solar y repelente para insectos. Antes de zarpar podemos realizar en tierra varias remadas en el aire hasta que los chicos comprendan cuál es el movimiento deseado. Una vez arriba de los cockpits, trataremos que mantengan sentados a 45º y en sus lugares.

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A continuación efectuaremos varios ejercicios que nos brindarán seguridad a bordo. El primero es balancearnos con el cuerpo hacia uno y otro lado, buscando escorar levemente la embarcación, también nos ayudará remar con las manos, lo cual permite establecer un contacto pleno con el agua. Los chicos en los kayaks logran una estabilidad notable: y esto es así porque tienen un centro de gravedad más bajo y una flexibilidad corporal muy marcada comparada con una persona adulta, por eso es tan fácil que aprendan rápido a remar. Sin embargo, el movimiento de remada y el sostenimiento de la pala agota a los chicos con bastante facilidad; teniendo en cuenta esto, no es conveniente alejarse demasiado de la costa o del punto de regreso.

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Patricio Redman

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