Astronómicamente hablando, el mes de noviembre arranca con la lluvia de meteoros Táuridas del Sur, un maravilloso y colorido evento natural que tiene su origen en los numerosos escombros que deja a su paso el cometa Encke mientras transita a través de la órbita del Sol, cosa que sucede cada tres años.
Por su parte, las partículas del cuerpo celeste acceden a la atmósfera de la Tierra con una velocidad pasmosa, alcanzando elevadísimas temperaturas, como consecuencia de la fricción de éstas con el aire, lo que se traduce en pequeños cuerpos de luz atravesando el cielo de nuestro planeta.
Táuridas del Sur o las bolas de fuego de Halloween
Conocidas también como “las bolas de fuego de Halloween” por su proximidad con las festividades del 31 de octubre, entre sus principales características, esta lluvia de estrellas se destaca por sus numerosas, grandes y por demás coloridas bolas de fuego, mientras que, a diferencia de otras lluvias de meteoros, las Táuridas son mucho menos frecuentes, aunque pueden ser más espectaculares debido a su gran tamaño y a la alta velocidad ya que se mueven a, aproximadamente, unos 29 km/s, lo que les permite ser visibles durante mucho más tiempo en el cielo,
Según un informe dado a conocer por el Observatorio Astronómico de Quito, Ecuador, si bien la actividad de las Táuridas comenzó el 23 de septiembre y se extenderá hasta el 8 de diciembre, en esta oportunidad, en el caso puntual de la Argentina, esta lluvia tiene que tiene dos corrientes - las Táuridas del Norte y las Táuridas del Sur, siendo estas últimas las más visibles en noviembre-,alcanzará su punto más alto de actividad entre la noche de hoy, lunes 4 de noviembre de 2024, y la madrugada de mañana, martes 5, período durante el cual se podrán observar hasta 10 meteoros por hora, siempre y cuando las condiciones climáticas sean óptimas.
Para disfrutar a pleno del primer show astral de noviembre no hace falta ningún equipo especial. Lo mejor es encontrar un lugar con un horizonte despejado y un cielo oscuro donde recostarte y dirigir la vista ligeramente hacia un lado de la posición del radiante (la constelación de Tauro) unos minutos antes de que comience el fenómeno para detectar meteoros con colas más prominentes y largas.
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