El río Yangtze, el más grande de China y el tercero del mundo, fue escenario de un valioso hallazgo ya que, como consecuencia de la sequía ocasionada por la fuerte ola de calor que está atravesando ese país asiático – de las más intensas de las últimas 6 décadas-, emergieron tres estatuas budistas que se encontraban ocultas en las profundidades del mencionado río chino.
La estatua que más llamó la atención de los investigadores es una que representa a un monje sentado en un pedestal de loto, algo tan curioso como importante para la historia de los chinos, y podría haber sido construida hace aproximadamente unos 600 años de antigüedad, durante las dinastías Ming y Qing.
Según informó el Ministerio de Recursos Hídricos de China, a través de un comunicado de prensa, la histórica sequía en toda la cuenca del río Yangtze está afectando negativamente la seguridad del agua potable de la población rural y el ganado, y el crecimiento de los cultivos.
De hecho, ya son varias las regiones del país cuyas autoridades se han visto obligadas a tener que aumentar de manera notable el uso de las lluvias artificiales para hacer frente a la sequía sin precedentes que está afectando a toda China.
El templo de las 33.000 estatuas
En tanto que, varios departamentos meteorológicos de las provincias de Hubei y de Hunan, ambas ubicadas en el centro del país, están utilizando los llamados “cazadores de nubes” con el objetivo de provocar lluvias con cohetes que vierten en las nubes sustancias condensadoras como el yoduro de plata, lo que acelera las precipitaciones.
Por último, según informó la Televisión Central de China ya son 66 ríos de 34 condados de la megalópolis de Chongqing que se han secado por completo, en tanto que el curso del río Yangtsé ha caído a su nivel más bajo en 150 años, a punto tal que en los últimos días miles de personas han caminando sobre lo que normalmente sería el lecho del río.
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