Arqueólogos israelíes descubrieron los restos de un baño ritual judío en una roca ubicada al pie del Monte de los Olivos, en Getsemaní, Jerusalén, donde, según la Biblia, Jesús se retiró en oración después de la Última Cena, antes de ser traicionado por Judas, arrestado y, finalmente, condenado a morir crucificado.
Según informó oficialmente la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA), a través de un comunicado de prensa publicado en su página web oficial, los afortunados arqueólogos también encontraron las ruinas de una iglesia de hace 1.500 años, correspondiente al período bizantino.
Si bien los baños rituales de esa época no son un hallazgo insólito en Jerusalén, para los expertos esta pieza representa la primera vez que hay evidencia arqueológica física en Getsemaní, donde los cristianos han peregrinado durante siglos, en conexión con el periodo del Nuevo Testamento.
"Si bien en Jerusalén hay frecuentes hallazgos arqueológicos que se remontan a los tiempos del rey Herodes el Grande y de procuradores romanos como Poncio Pilatos, hasta ahora no se había encontrado nada en Getsemaní que se remontara a la época de Jesús” , manifestó el arqueólogo Padre Eugenio Alliata, del Studium Biblicum Franciscanum, a Vatican News
“Se identificó porque los baños rituales judíos son muy característicos: tienen una serie de escalones que terminan en una pileta poco profunda. Durante la elaboración del aceite o del vino el judío devoto que los prepara debe hacerlo tomando un baño ritual en una pileta especial”, agregó.
Por su parte, para el jefe del Departamento de Arqueología de la IAA, Amit Re'em, el hallazgo de este baño es otra pieza clave para demostrar científicamente la existencia de Jesús. “Por primera vez en la historia del mundo, tenemos evidencia arqueológica de algo que estaba aquí en el período del Segundo Templo, en los días de Jesús”, dijo en una entrevista concedida al diario “The Times of Israel”.
Ahora, los investigadores enviarán muestras de yeso del baño hallado para que los microarqueólogos busquen minúsculos granos de polen de oliva, entre otras sustancias. “Si se descubren, entonces la conexión con la producción de aceite será más segura”, concluyó.
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