San Antonio, Aztec y Roswell: tres sitios relacionados con la caída y recuperación de naves no identificadas, ubicados en las inmediaciones de la planta nuclear de Los Álamos, en Nuevo México, que ocurrieron entre 1945 y 1948, justo después de la detonación de la primera bomba atómica. Hechos que se intentó mantener en secreto pero que hoy salen a la luz de la mano del Jaime Maussan y History Channel, los responsables del exitoso programa: Las momias de Nazca. El especial se emitirá este sábado 3 de abril a las 21.
El periodista Jaime Maussan hizo una carrera en la divulgación de ufología durante los últimos 50 años. “Desde niño estuve muy interesado en el fenómeno de los objetos voladores no identificados -confiesa en una conferencia vía Zoom-. Me di cuenta de que había un fenómeno que era verdadero, que la gente lo estaba grabando con cámaras y que los medios de comunicación, las autoridades, los científicos, no querían reconocerlo”.
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El especial en español de History Channel tiene como punto de partida el memorándum del agente secreto Guy Hottel que el FBI dio a conocer a fines de los ’70, dirigido al entonces director Edgar Hoover. En ese informe Hottel le dice que, de acuerdo a la información recibida de la Fuerza Aérea, habían sido recuperadas en la década del 50 tres naves. prácticamente intactas, con al menos tres seres alienígenas en cada una, vestidos con una tela plateada muy especial. Y menciona que habrían caído a consecuencia de la interferencia de radares.
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“A mí me pareció que había muchos elementos ahí que se ajustaban a la realidad, pero nos faltaban casos -explica Maussan-. Sabíamos que en Roswell se habían estrellado dos naves, una fue recuperada intacta. También que el 25 de marzo de 1948 había descendido una nave sobre una meseta muy cerca de Aztec, Nuevo México, en la zona de Los Álamos, igual que Roswell. En el caso de Aztec, se habrían recuperado entre 14 y 16 cadáveres deshidratados. Se habla mucho de los números de Roswell, posiblemente cuatro cadáveres y un ser vivo que fue llevado a la base militar de Wright-Patterson en Ohio. Me faltaba un caso y entonces entré en contacto con la investigadora Paola Harris, quien tenía la posibilidad de entrevistar a dos ancianos, José Padilla y Remigio Baca, que siendo niños que vieron caer un ovni y tenían en su poder una parte de la nave. Los entrevistamos y Padilla confirmó todo y nos llevó al lugar de los hechos, y cómo pudieron ver el interior de la nave y robarse una parte. Al investigarla comprobé que está hecha con nanotecnología en su interior.
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"Todos estos casos tienen un denominador común que es que la planta nuclear de Los Alamos está cercana a los tres puntos de avistaje y caída de las naves, en tiempos en que se usaban radares de microondas, aparentemente muy potentes, para proteger la planta de posibles bombardeos, enemigos. A Roswell fuimos con Donald Schmidt, quizás el investigador más importante de este caso, quien nos llevó incluso al famosos Hangar 84 y a la funeraria. Estamos ante una historia fantástica que viene a confirmar que el memorándum de Guy Hottel le escribió a Edgar Hoover, es absolutamente autentico”, finaliza el periodista mexicano.
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