Las bicicletas están ganando cada vez mayor relevancia en el mundo, y el ciclismo no se queda atrás como un deporte que día a día recibe a más adeptos. En este contexto, no es de sorprendernos que a cada momento surjan nuevas variantes o modalidades para rodar. Si disfrutás de los terrenos no asfaltados, montañosos y exigentes, posiblemente debas familiarizarte con el concepto de monster gravel.
Las monster gravel, también conocidas como monstercross, son bicicletas que generalmente se hacen a pedido y de acuerdo a los requerimientos del cliente. Suelen mezclar componentes de diferentes disciplinas, por lo que es difícil tratar de describirlas o encasillarlas.
En líneas generales, este tipo de bicicletas reúnen elementos del mountain bike, el ciclocross y el gravel. Son bicis raras que hacen foco sobre todo en la versatilidad y las altas exigencias. Son rodadoras por excelencia y se destacan por moverse muy bien en cualquier tipo de terreno o circunstancia.
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Gravel: el nuevo rey del off road
Al momento de analizar una monster gravel, lo primero a señalar es el cuadro, que puede ser de mountain bike o de gravel. A pesar que sus componentes varían mucho de acuerdo a las necesidades del ciclista, las ruedas tienden a ser de mountain bike, con cubiertas anchas, de entre 38 y 45 mm, y con tacos bien definidos. A eso se suma transmisión también de mountain o gravel, manillar de ruta, y horquilla rígida de ruta o gravel, aunque a veces se suele ver con amortiguación delantera.
Qué son las bicicletas de gravel
Lo más importante para entender el monster gravel es que difícilmente haya dos bicicletas iguales. La clave está en la personalización por parte del ciclista, de acuerdo a las necesidades o deseos que tenga. Este fenómeno se lo puede entender como un salto de calidad del gravel, que adquiere elementos de otras disciplinas para volverse más versátil y poder superar terrenos más complejos.
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