El equipo acrobático checo Flying Bulls ha hecho historia en la aviación realizando el primer bucle grupal invertido del mundo alrededor del Puente Mala Rijeka de Montenegro,el cruce ferroviario más alto de Europa, ubicado en un escarpado cañón. Este logro histórico, llevado a cabo en condiciones difíciles, marca un hito importante para el equipo, que con esta riesgosa pirueta concluye su temporada 2024.
El desafío técnico era realizar el bucle en un diamante apretado entre cuatro aeronaves, formación bajo las presiones añadidas de la fuerza G negativa y dentro de un entorno confinado y muy estrecho, lo que resalta la habilidad excepcional del equipo y su precisión. La imponencia de estructura del puente no les impidió llevar adelante la hazaña. No tenían margen para error. “Este tipo de movimiento rara vez se realiza, incluso en cielos abiertos. Para hacerlo en un cañón es algo que no se había concretado antes”, dijo el líder del equipo Stanislav Čejka. Junto a él volaron Jan Tvrdík (ala derecha), Jan Rudzinskyj (ala izquierda) y Martin Špaček (espacio), quienes despegaron desde el aeropuerto Nikšić de Montenegro con dirección al puente.
La maniobra exigía coordinación y sincronización precisas; se requiere seguir cada movimiento del líder mientras pasa rozando por los acantilados escarpados y volando a pocos metros de la imponente estructura. Su habilidad fue evidente; incluso el más mínimo error podría haber resultado en un desastre en un entorno tan implacable. “Tuvimos que bloquear todo -las rocas, el puente- y centrarnos únicamente en seguir lLa ventaja de Stanislav”, dijo Tvrdík. Meses de cuidadosa planificación precedieron al intento, que afortunadamente resultó exitoso. Las exigencias técnicas de volar en formación, agravado por los desafíos psicológicos de actuar en un entorno tan traicionero, representaron para los pilotos calcular el riesgo y prepararse para cada eventualidad. El puente es enorme. Los pilares de hormigón y la geografía accidentada añadieron complejidad.
“El terreno rocoso y el hecho de que sólo era posible una aproximación recta desde un lado hizo que este [vuelo] fuera excepcionalmente complejo, especialmente en formación”, explicó Čejka. Inicialmente, el equipo checo de acrobacia aérea Flying Bulls estudió varias ubicaciones en la República Checa para este proyecto, pero la mayoría estaban cerca de cables de alta tensión, un riesgo demasiado grande para seguir. Esto los obligó a mirar más allá. El puente Mala Rijeka de Montenegro resultó ser el escenario ideal: un lugar remoto, imponente estructura en un espectacular paisaje que abarca un profundo cañón que pondría a prueba cada gramo de las habilidades del equipo.
Aunque tenían previsto incluir elementos acrobáticos adicionales, como un paso de doble espejo bajo el puente, donde un avión rueda mientras el otro refleja el movimiento creando un efecto simétrico y visualmente llamativo, no pudieron hacerlo ya que las condiciones climáticas del día elegido limitaron sus opciones.
Los Flying Bulls checos, con numerosos récords y títulos en su haber continúan redefiniendo los límites del vuelo en formación. Gracias a su incesante búsqueda de la excelencia, están preparados para impulsar los límites del rendimiento aéreo aún más lejos; y mientras miran hacia adelante, el cielo ya no es el límite. Es sólo el comienzo.
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