Saturday 18 de January de 2025
AVENTURA | 13-10-2024 19:00

Trekking: 10 tentadoras rutas fuera de lo frecuente en la Argentina

Para conectarse con la naturaleza combinando ejercicio y disfrute, presentamos propuestas ideales para la primavera que recorren el país de punta a punta.
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Madre de disciplinas, el trekking es acaso la más completa de las actividades para sentir la naturaleza bajo los pies. Ejercitarse, contemplar y disfrutar de los paisajes y la fauna que los habitan. Sin la fama de los refugios de Bariloche o los senderos que descubren El Chaltén, a continuación nos tentamos con 10 senderos no tan conocidos en la inagotable red de caminos que ofrece nuestra Argentina.

 Altivo, en la llanura bonaerense

Si se visita Tornquist o Sierra de la Ventana, de un lado u otro de su faldeo, la cumbre del Tres Picos asoma desafiante en la monótona llanura bonaerense. Buenas condiciones físicas y una larga caminata en ascenso son la condición para aventurarse al cerro más alto de Buenos Aires (1.240 m) de unos 400 millones de años. Hacerlo en el día es la alternativa más exigente, y requiere alrededor de 6 horas de ascenso y otras 3 de descenso, para desandar sus 9 km con 900 metros de desnivel. Si bien no contempla dificultades técnicas, sus pendientes no deben subestimarse. La mayoría de los visitantes suelen partir de la Estancia Funke, que cuenta con un refugio en donde se puede pernoctar la noche anterior. La travesía puede realizarse de manera libre o con guía, que suele ser lo más recomendable. 

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Una buena opción es pernoctar acampando en lo alto de los cerros y llegar a la cima al día siguiente. De esta manera, el esfuerzo se atenúa y la experiencia se vuelve más atractiva, ya que permite contemplar cielos estrellados y amaneceres desde la montaña. La Cueva de los Guanacos, cerca de la cumbre, es el lugar ideal para pasar la noche, y escenario de las mejores fotos. “Lo hacemos de día y noche, con la posibilidad de acampar, y gozar de charlas y ricas comidas, pensadas para el disfrute de todos los sentidos”, cuenta Daniel Brocos de Alondra Expediciones (www.alondraexpediciones.com.ar / Cel.: +54 9 11 3439-1979). Su itinerario propone 2 días de caminata, el primero de 6 horas hasta el campamento y el segundo de 8 con cumbre y regreso. Para poder subir es necesario hacer una reserva y registrarse en la Fundación Funke (FB: Turismo Funke Cerro Tres Picos), administradores del ingreso, los servicios y la seguridad. 

Ushuaia, donde todo comienza

 “Fin del mundo” para algunos, principio de todas las cosas para otros, Tierra del Fuego sabe de límites y no sólo ofrece la belleza de Ushuaia, sus montañas y glaciares. Tierra fértil para el trekking, sus recorridos combinan turberas, nieve, mar y bosque con panorámicas soñadas. Desde la primavera, el cercano Parque Nacional Tierra del Fuego es un gran lugar para caminar, y sus 68.909 hectáreas permiten recorridos con y sin guía, aunque se aconseja registrarse en el centro de visitantes antes de salir a cualquiera de sus rutas. Las hay cortas, de baja dificultad y bien familiares, y otras con tramos largos más exigentes, todas claramente señalizadas. 

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La senda Pampa Alta atraviesa bosques de lengas, guindos y ñires desde Bahía Ensenada hasta el río Pipo. Son unos 5 km (ida y vuelta) de dificultad media, que se recorren en 2 horas. La Hito XXIV bordea la costa norte del lago Acigami hasta alcanzar el límite con Chile, y requiere 3 horas recorrer sus 7 km. En tanto, la Costera franquea ambientes marinos en casi todo su recorrido y es posible encontrarse con un cauquén marino, un pato vapor o el albatros ceja negra. Son 8 km y unas 4 horas de caminata. Finalmente, la senda Cerro Guanaco pasa también por ambientes boscosos y paisajes alto-andinos.

Es la salida más larga con 12 km, por lo que es frecuente ver aves, cruzar zorros grises y colorados, y escuchar algún carpintero. Puede llevar más de 4 horas hacer cumbre en el Guanaco. En todos los casos, la historia de los yámanas, antiguos habitantes de la zona, así como los concheros, montículos formados por restos de cholgas y mejillones, nos recuerdan que estas tierras están habitadas desde hace más de 10.000 años. Aire puro, las célebres aguas del Canal Beagle y la bahía Lapataia, punto final de la colosal RN 3, completan la experiencia. La agencia Latitud Ushuaia (www.latitudushuaia.tur.ar / Cel.: +54 9 2901 487947) ofrece la caminata costera en su full day, que incluye un almuerzo en un domo y una remada por el río Lapataia. 

La otra cordillera neuquina.

A 64 km de Chos Malal, en el noroeste de Neuquén, el encantador Huinganco espera a los senderistas con la calma de saberse sede de un trekking inolvidable. Rodeado de bosques de pino sobre el faldeo oriental de la Cordillera del Viento, el pueblito es el punto cero de diversos caminos de distinta dificultad sobre históricas huellas de animales y pobladores, que vivían de la siembra y el intercambio con Chile. Se impone, claro, la llegada al cerro La Corona, el más elevado de la zona con 2.960 msnm, aunque su ascenso requiere algo de experiencia.

La entrada para iniciar el camino se encuentra a 4 km del pueblo, sobre la RP 39, y hay que seguir otros 3 km hasta un estacionamiento de vehículos a orillas del arroyo. La empresa Rumbo Norte (www.turismorumbonorte.com / Tel.: +54 2942-532800) ofrece la experiencia en grupos desde 5 personas con un costo de $ 120.000 por pasajero. La jornada dura un día completo y se inicia bien temprano por un sendero de bosques de pino, en compañía del arroyo durante unos 4 km, hasta una pequeña bajada, y 2 km después el ascenso hasta la laguna y sus mágicos colores. Allí se descansa y se almuerza antes de intentar la cumbre. 

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Si la caminata no se hace en pleno verano, es posible ver un túnel de hielo, previo a la subida por la canaleta para encarar el tramo final. De la laguna a la cima se tarda una hora y media, siguiendo los monolitos de piedras. Es una distancia corta, pero con mayor dificultad técnica. Una vez arriba de esta hermosa formación rocosa se comprueba la inmensidad de esta otra cordillera. De regreso puede descansarse en otra de las lagunas pequeñas y recuperar energía para el tramo final. Son 30 km desde el pueblo y el nivel es moderado, pero exigente. 

Reino del cóndor cordobés

Ubicado en el centro de las Altas Cumbres, donde la provincia exhibe las sierras en todo su esplendor, el Parque Nacional Quebrada del Condorito es una de las joyas cordobesas con más de 37.000 hectáreas. Allí hay varios senderos para visitar, siempre a la espera de algún cóndor. “Las caminatas son una de las mejores opciones para aprovechar y conocer esta geografía. La clásica recorre casi 20 km y puede incluir acampe nocturno en Pampa Pajosa, con visitas a los balcones y llegada al sendero Piedra Libre para el Zorro”, cuenta uno de los guías. 

El parque se encuentra dentro de la Reserva Hídrica de Pampa de Achala, un llano en medio de los precipicios por donde las aves aprovechan las corrientes térmicas para dar su espectáculo. También se puede hacer camping de manera gratuita y entre las opciones hay sendas interpretativas de escasa dificultad y otras largas y complejas. En ese sentido se recomienda chequear en el Centro de Visitantes el horario de ingreso a cada ruta, ya que la dimensión y complejidad del parque no debe subestimarse. Entre los senderos más visitados se encuentra el Balcón Norte, que lleva 4 horas de caminata desde la oficina de visitantes, con 12 km ida y vuelta (ingreso hasta las 15). Le sigue De los Condoritos, que suma dos horas más y 1.200 m en pendiente hasta el río (se ingresa hasta las 13). Y el Balcón Sur, que sólo puede hacerse con guía de trekking habilitado hasta 11:30, por ser uno de los más largos y difíciles, con una duración de 8 horas. 

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Colores del NOA

Emblema del norte, por sus paisajes, comidas, música y el famoso pucará, Tilcara también puede asomarse al mundo del trekking. Desde el pueblo la caminata hasta la Garganta del Diablo es un clásico que se torna un reto de altura si se suma la Quebrada de Huichaira. En total, son casi 17 km, que se inician desde el centro hacia el pucará, la mejor conservada de una serie de fortalezas indígenas de la época preincaica. Antes de llegar al puente de hierro hay que desviarse hacia la calle Huasamayo y retomar el camino al sureste. Allí hay que ascender varias cuestas pedregosas y de paredones coloridos, con la posibilidad en verano de ver la potencia del río Huasamayo. Poco después, se llega a la garganta, la caída de agua que en un tramo ha sido encauzada para alimentar a la ciudad y que cada verano forma una pileta natural que hombres y animales festejan por igual. Hasta acá la experiencia dura unas 2 horas, con algo constancia durante 4 km. 

Cuando se llega al precipicio en cuya base corre el agua de la cascada, es posible hacer prácticas de rappel, como paso previo al chapuzón. Para quien quiera seguir la travesía, hay que sumar los otros 4 km de regreso y una vez en el pueblo atravesar la RN 9 hacia el MEC (Museo en los Cerros: www.museoenloscerros.com.ar) y retomar el sendero de la escuela que rodea al cerro rojizo por 3 horas más, completando así otros 9 km. Desde la ciudad, varios operadores turísticos ofrecen caminatas, aunque ambas son perfectamente posibles de manera autoguiada.  

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Pablo Donadío

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