Tuesday 21 de January de 2025
AVENTURA | 12-10-2024 19:00

Trekking: 10 tentadoras rutas fuera de lo frecuente en la Argentina

Para conectarse con la naturaleza combinando ejercicio y disfrute, presentamos propuestas ideales para la primavera que recorren el país de punta a punta.
Ver galería de imágenes

Madre de disciplinas, el trekking es acaso la más completa de las actividades para sentir la naturaleza bajo los pies. Ejercitarse, contemplar y disfrutar de los paisajes y la fauna que los habitan. Sin la fama de los refugios de Bariloche o los senderos que descubren El Chaltén, a continuación nos tentamos con 10 senderos no tan conocidos en la inagotable red de caminos que ofrece nuestra Argentina.

Un túnel tucumano

Al sur de San Miguel, una vieja represa envuelve los misterios de las yungas. Entre ida y vuelta, este trekking lleva 23 km, y para ello hay que llegar al pueblo de Lules y continuar unos 4 km hasta el balneario. Su playón es el punto de salida para los aventureros, que pronto deben cruzar el río para acceder a la senda. En épocas de lluvia puede ser infranqueable y una suerte de “sí o no” para emprender la caminata. Al rato, la vegetación selvática empieza a achicar el camino, y ya sin ver el río se sube una quebrada desde donde puede verse el Dique del Medio, parte de la colosal obra de ingeniería levantada en los primeros años del 1900. La parada es ineludible frente a la placa que anuncia: “Agua y Energía”. Dentro, un oscuro y húmedo conducto atraviesa la montaña, por donde el caudal pasaba a la usina que hacía girar los generadores. Del otro lado del paredón se recorren otros 4 km hasta el antiguo dique nivelador y la zona donde se forman piletones naturales.

Hay que salir por encima de la obra y afrontar la otra mitad de la travesía aguas arriba. Son 5 km que llevan al paraje Potrero de las Tablas, un claro en la selva yungueña. Se trata de un caserío con posibilidad de aprovisionarse para el regreso o animarse a la cascada cercana, un plus en la visita. El camino en general es fácil, pero suele haber mucho barro, piedras con musgo y escaleras improvisadas con troncos. Ojo: en casi todo el recorrido no hay señal de celular, por lo que se aconseja dejar los datos en el destacamento policial (Tel.: 0381-4811111 y 0381-154426102). En la Municipalidad también se pueden hacer consultas al Tel.: (0381)-4811213.

Los pagos del muitú chaqueño. Unos 25 km llevan al encuentro con Panza de Cabra, Yacaré y Carpincho, que no son caciques de película sino las lagunas del Parque Nacional Chaco, un botón de muestra de lo que ofrecen sus 15.000 hectáreas. Allí todo está por descubrirse, y la flora y la fauna sorprenden con bosques de quebracho, sabanas, humedales y esteros, a la vez cambiantes según las épocas de lluvia o sequía. El parque cuenta con buenos servicios, un centro de interpretación y áreas de acampe, varios senderos peatonales con miradores y dos pasos vehiculares. 

1003_trekkings

Para el trekking se recomienda la combinación de sus cinco sendas (El Palmar, La Ralera, Lagunas, El Abuelo y Paseo del Río Negro), que suman entre 20 y 30 km y atraviesan monte nativo, bañados y palmares de caranday, en torno al curso del río Negro, el arroyo San Carlos y las tres lagunas. El muelle construido sobre la laguna Yacaré es imperdible, así como el puente colgante, lugares donde parar, descansar y disfrutar de un buen mate. En el camino es posible encontrarse con algún armadillo o corzuela, oír los monos carayá y –quizá– ver a lo lejos la figura de un oso melero, un tapir, un hormiguero o un puma. Hay más 300 especies de aves, pero la que se destaca es el muitú, que volvió a nacer tras su extinción en el ecosistema de Iberá. El ingreso al parque es gratuito, y se recomienda visitarlo hasta noviembre, evitando tanto el calor extremo como el inicio de las lluvias. Para alojarse lo ideal es parar en Capitán Solari, localidad ubicada a unos 5 km y con infraestructura para los visitantes. Desde allí también parten las visitas guiadas, siempre recomendables.

Escondido al límite de San Luis

Cuando los pliegues finales de las Sierras Grandes parecen no tener más sorpresas, aparece el cerro Áspero, una de las citas ineludibles del cordón comechingón, ahí donde Córdoba se hace San Luis, y viceversa. Se llega desde Merlo tras 31 km y unas 9 horas de caminata si uno le mete derecho. Todo para conocer el antiguo pueblo minero fundado por los alemanes, que supo tener en su esplendor 230 habitantes cuando se extraía y procesaban el tungsteno y el wolframio para la industria del armamento. Desde Merlo, todas las semanas grupos guiados por Ariel Basi (Cel.: +54 9 2656 40-6909 / IG: @cerro.aspero) parten a la aventura de un día acortando un tramo del trekking en 4x4 hasta el puesto de Don Albornoz, la familia de baqueanos que cría chivos, ovejas y vacas desde hace más 100 años, y ofrece sumar cabalgatas de altura a la salida. 


Aún en esa opción hay buena caminata. Son 3 km desde el puesto hasta la Cascada del Tigre, un salto de agua de 30 m ubicado en el límite provincial que forma en verano una pileta envidiable. Se caminan otros 4 km atravesando ríos cristalinos, quebradas y senderos angostos y, finalmente, aparece el tradicional puente colgante que oficia de ingreso a las viejas instalaciones por sus pequeñas callecitas. Allí funciona hace unos 20 años un albergue serrano (FB: Pueblo Escondido-Cerro Áspero) con gastronomía típica y casera manejado por Carlos Serra, su anfitrión. Para quienes se quedan a dormir está la opción de hacer cumbre en el Cerro Áspero. La excursión cuesta $ 44.000 por persona.

En el corazón pampeano

Monte, colinas y mesetas cortan con la monotonía provincial. Dentro del Parque Nacional Lihué Calel, 32.000 hectáreas protegidas de flora y fauna ofrecen una auténtica aventura y, alternando el Namuncurá, Los Científicos, Las Pinturas y Chenque –sus cuatro circuitos– pueden recorrerse más de 12 km. Si bien se permite el acceso en vehículo y en bici, lo mejor es caminar por estas serranías de origen volcánico y disfrutar de vistas panorámicas, vestigios de pueblos originarios que habitaron la zona, llegar a las ruinas de la vieja Estancia Santa María y ver algún animal silvestre. También ascender al Cerro Alto, el más importante del parque con 590 m de altura, que desde su cima ofrece la vista del Salitral Levalle. Hay dos opciones: hacer cumbre y volver por el mismo lugar (2 km ida y vuelta) o recorrer 3 km desde el inicio hasta el empalme con el camino peatonal que conecta al Valle de Las Pinturas y seguir camino, justamente, al alero con dibujos de más de 1300 años. 

1003_trekkings

Antes de irse, el centro de interpretación Likan Mapu, un edificio de piedra de 1890 con mapas y cartelería permite conocer la naturaleza y la historia de la región. Lihué Calel está ubicado a 230 km de Santa Rosa y su ingreso es gratuito. Puede visitarse todo el año y disfrutar del área de acampe y casas rodantes. Todos sus senderos (dificultad baja-media), requieren de registro obligatorio. Consultas por e-mail a: [email protected]

Termas y petroglifos mendocinos

Valle Hermoso no podría llamarse de otra manera. Ubicado a 90 km de Malargüe, a tiro de Los Molles y hermanado con Las Leñas, es escenario de cabalgatas que llegan a Chile, de pesca con mosca en arroyos cristalinos y hasta de buceo de altura en su laguna. Pero pocas cosas se disfrutan tanto allí como caminar. Tras recorrer 25 km de ripio desde el centro de esquí, la rampa del mirador El Centinela, a 2.000 m de altura, da la pauta del lugar donde caminaremos: un valle verde con tres espejos de agua cristalina en el centro, enmarcado por montañas ocres y azuladas con picos nevados. El descenso es en forma de caracol y allí mismo se inicia una caminata con atractivos complementarios increíbles: paseos náuticos, termas, petroglifos, una caverna y arroyos cristalinos. 

El punto de partida suele ser la laguna Valle Hermoso, donde pasear en bote, kayak o canoa. La zona admite un espacio para acampar, y brinda espacio para hacer fuego y comer un asado en el mejor entorno. Hay sanitarios y un restaurante con gastronomía típica de montaña si la opción es seguir camino. A 1 km al oeste están los petroglifos, las rocas que conservan grabados de los pueblos originarios de la zona. Otros 3 km por delante aparecen las lagunas Escondida y Esmeralda, y a otros 5, siguiendo el paso del río Tordillo, una cueva con vertientes donde vale la pena detenerse. 

Pero, para las Termas del Azufre. hay que andar un poco más y sortear un primer grupo de riachos que suelen estar bajos. Ya el segundo, un poco antes de llegar, puede tener agua hasta la cintura si hubo lluvias. Después de dos horas de travesía por lo ancho del valle se llega a los primeros pozos de aguas ferrosas y burbujeantes. Una vez adentro, el agua caliente y salada llega hasta el cuello y, según los expertos, posteriormente no hay que bañarse por 24 horas, así los minerales hacen lo suyo en el cuerpo. Incluyendo la vuelta, la travesía completa puede sumar unos 40 km. Choique Turismo Alternativo (www.choique.net / Cel.: +54 9 260 4483604) guía desde Malargüe hasta Valle Hermoso.

Galería de imágenes

En esta Nota

Pablo Donadío

Pablo Donadío

Comentarios

También te puede interesar

Más en
Mirá todos los autores de Weekend