Lo primero es lo primero. Transitar por superficies complicadas, con desniveles y posibles saltos y rebotes, trae aparejada la necesidad de ajustar la posición de manejo y colocarse adecuadamente los cinturones de seguridad. Esto parece muy básico, pero son premisas que debemos respetar, ya que las propias características de las maniobras difieren de las del asfalto. Veamos...
- Visibilidad. Debemos asegurarnos que sea buena, y para ello debemos mantener una posición o postura lo más horizontal y elevada posible, con la espalda bien recta.
- Distancia al volante. Con los brazos estirados el aro del volante debiera quedar a la altura de nuestras muñecas, y cada mano hacer una vuelta completa de volante sin desplazar el resto del cuerpo.
- Los dedos. Deben colocarse por debajo y sobre del aro del volante, sin llegar en ningún caso a rodearlo completamente. Al topar con un obstáculo o caer en una grieta el volante podría girar brusca y repentinamente, lesionándonos los dedos.
- Bien atados. La correcta utilización del cinturón de seguridad es esencial. Debe llevarse colocado y bien ajustado en todo momento para seguir manteniendo lo más estable posible nuestra postura de manejo ante saltos, rebotes bruscos de suspensión, inclinaciones laterales y topes repentinos.
Ahora sí, ubicados para el perfecto control de nuestro vehículo y con la vista de la traza, a seguir... Nos ponemos en movimiento...
Cómo cruzar zanjas y piedras
Al llegar a una zona de obstáculos lo primero es bajar y observar a qué nos enfrentamos. Es preferible perder un minuto que arruinar toda una salida. Debemos analizar las posibilidades de paso según las capacidades que tenga nuestro vehículo. Esto se conoce en el mundo off road como “marcar el paso” o “escoger la línea”, y es una de las destrezas más valiosas del manejo fuera de ruta, ya que nos demandará imaginar de antemano el paso de nuestro vehículo –en forma tridimensional– a través de la ruta que vayamos dibujando en nuestra mente, con sus posibles inclinaciones, distancias, ángulos, etc..
Para algunos es innato, a otros les demandará un poco más de práctica. Observar a personas con más experiencia o mirar videos también ayudará. Para este momento, ya deberíamos conocer las capacidades y limites off road de nuestro vehículo, su despeje, recorrido de suspensión, etc. (tratados en notas anteriores). Teniendo en cuenta esos datos, es hora de observar, principalmente algunos ítems: contrastar el accidente del terreno contra el despeje del vehículo, los ángulos de ataque, de salida, el recorrido de suspensión y el “paso” de los diferenciales respecto de piedras o salientes. Luego, realizar un repaso de la línea elegida desde el puesto de conducción. Si hay dudas, deberemos bajarnos nuevamente y corroborar la decisión, o cambiarla. Tomarse el tiempo necesario. La ruta elegida deberá ser segura para el vehículo y para sus ocupantes, y evitar golpes en los bajos. Si hay riesgo inevitable, el impacto o roce debe ser donde la camioneta está bien protegida, sin arriesgar partes importantes (de hecho, algunas de las protecciones de bajos se usan ad hoc, como los rock sliders o, adaptivamente, los enganches ). Recordemos que con solo hacer pasar una de las ruedas por sobre una roca o saliente de pocos centímetros, levantaremos el diferencial lo suficiente para sobrepasar un obstáculo. Un detalle: para recordar la traza del paso deberemos ubicar un conjunto de puntos que vayan sirviendo de referencia, como un árbol, una roca, etc.
La importancia de la línea
La línea debe asegurarnos principalmente la tracción, y que en lo posible mantenga todos los neumáticos en el piso. Además, que articule los ejes lo menos posible. La articulación total se da cuando el terreno desparejo hace comprimir un neumático contra el guardabarros, mientras que otro queda en el aire, superando los límites de la extensión de la suspensión. Si el vehículo no posee bloqueo de diferencial, ante una situación así quedaremos varados. Con el uso de bloqueadores podremos avanzar, pero estaremos reduciendo la tracción disponible a una sola rueda. Si la zanja es muy profunda, no debemos arriesgarnos a quedar atascados o dañar la mecánica; si es posible, rellenarla parcialmente con piedras o tierra para suavizarla, o colocar las planchas de desatasco.
¿Cómo atacarla? Siempre de forma oblicua o en diagonal a su traza, evitando que nuestros ejes entren en ellas con sus dos ruedas a la vez. Hacerlo en forma lenta, a veces de a golpecitos, hasta casi llegar al fondo. Según el terreno en cuestión podemos usar la baja, ya que contaremos con empuje y lenta velocidad controlada: 1° o 2° marcha de baja dándole un poco de aceleración una vez que la rueda haya entrado en el obstáculo, para ayudar a superar su otra cara con un poco de envión.
Si es muy profunda y nuestra camioneta es con caja, debemos tener en cuenta su longitud para no dañar la cola. Muchas veces la estructura de enganche nos hará de patín sin problemas. También deberemos estar atentos y mantener la dirección firme. A veces, esas zanjas profundas y largas que deja la lluvia es posible pasarlas por el centro del vehículo, siguiendo su trayectoria hasta el paso que se dé más fácil.
Sobre las piedras
La elección de la línea a seguir tiene las mismas prerrogativas ya señaladas. En ambos casos, nuestro acompañante nos podrá ayudar señalando y corrigiendo la trayectoria ya consensuada. Las cubiertas radiales con sus paredes laterales delgadas y flexibles diseñadas para el confort son muy vulnerables a los cortes. Si no podemos evitar una piedra es preferible pasar por sobre ella con la banda de rodamiento de la cubierta, sin exponer los laterales a los cortes. En estos casos de zonas de laja, piedras volcánicas de la Puna, etc., la conducción deberá basarse en un andar lento y minucioso para proteger los laterales de las cubiertas y salir indemnes con posibilidad de seguir nuestro camino.
Finalmente, un consejo acerca de la presión de los neumáticos, un tema tan discutido como vital para evitar los cortes. Mi lado de la biblioteca dice que sobre la piedra se usa preferentemente un poco más presión que sobre asfalto: entre 36 y 40 libras. Esto mantendrá el neumático bien armado y con los laterales bien rígidos para enfrentar las rocas. Buenas rutas y a rodar...
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