Conocer todas las virtudes y defectos de nuestro vehículo es casi tan importante como conocer las propias en la conducción. Incluso puede ser un dato definitorio a la hora de la compra o elección del rodado, sea por las aptitudes o limitaciones. Algunas de las modificaciones que podemos hacer o encontrar –además de la inversión que requieren– también pueden poner en riesgo la homologación o el paso por la inspección técnica vehicular. Por ello es importante tener un punto de partida.
La altura de despeje del suelo de nuestra pick up es sólo uno de los parámetros que debemos tener en cuenta, ya que es una limitante a la hora de la salida a campo traviesa. De ahí la necesidad de modificarla o, simplemente, conocerla para ser conscientes de sus aptitudes. Tener en claro las capacidades de nuestro vehículo es importante en general, pero lo es más aún en el off-road, ya que su ancho, largo, trocha, potencia y radio de giro nos dará siempre un parámetro de por dónde podemos o no transitar (pasos, pendientes y huellas) y de cómo se comporta en ruta. Otras limitantes a las que en esta oportunidad nos dedicaremos son los ángulos o cotas todoterreno, que determinan la capacidad que posee un vehículo a la hora de superar obstáculos en conducción todoterreno.
Un camper barato y sin modificaciones es posible
- Angulo máximo de entrada o ataque: se refiere al ángulo formado por la línea de terreno, la línea que une la parte frontal más saliente del vehículo y la base de la rueda. A mayor ángulo, más facilidad tendrá el vehículo para afrontar obstáculos (escalón, inicio de subida, roca, etc.). En general, es de fácil mejora con el cambio de paragolpes, incluso por uno que sume chapón protector, pero deben observarse las homologaciones. En casos de modelos estándar, el agregado de faroles o malacates suele reducir este ángulo. En definitiva, el ángulo de ataque en primer lugar, y el ángulo de salida o trasero después, determinan la capacidad de la pick up para acceder a una rampa y dañar –o no– sus partes bajas.
- Altura libre: asiduamente se muestra el perfil de vehículo y la altura desde su zócalo hasta el suelo. Pero ésta no es la altura real. Se debe medir entre el punto más bajo del vehículo y el piso. Generalmente, será diferencial la zona más próxima al suelo. Esta altura libre nos permite pasar sobre los obstáculos, piedras o salientes, sin dañar las partes bajas o quedarnos atascados. Como existen partes más altas, por ejemplo el espacio entre dichos diferenciales y la rueda, la experiencia en manejo puede ayudarnos a hacer pasar los obstáculos, como piedras o salientes, por ese pasaje imaginario.
- Angulo máximo de salida: está referido a la parte trasera del vehículo. A mayor ángulo, más facilidad tendremos de afrontar un obstáculo sin golpear la zona baja de atrás al salir de un escalón, trepada, etc. En todos los casos, las camionetas con caja abierta ceden terreno a las cerradas, cuyo corto voladizo trasero las favorece. El gancho de remolque, o la rueda de auxiliar colocada en su lugar original bajo la caja trasera, también lo reducen. De la misma forma que el delantero, este ángulo se puede mejorar con el cambio de paragolpes, la elevación del nivel del caño de escape o quitando elementos como el gancho de remolque, que no obstante a veces evita mayores roturas y hace las veces de patín.
- Angulo ventral: está formado por líneas que parten del centro inferior del vehículo, hasta tocar el sector de apoyo de las ruedas delanteras y traseras. Este ángulo determina la potencialidad del vehículo para superar un desnivel pronunciado y corto tipo lomo de burro, badén, etc., sin que golpeen sus partes bajas. Se suele mejorar elevando el vehículo con el agregado de tortas de teflón entre el chasis y la carrocería, aunque esto puede provocar que aumente el balanceo, la desmejora del manejo y la tenida en ruta.
- Nivel de vadeo: está dado por la profundidad máxima que puede soportar el vehículo al pasar por un curso de agua y, generalmente, está dado por la altura de la entrada de aire de su respectivo filtro, por lo que es un dato no menor que deberemos conocer.
- Recorrido libre de ruedas: es el trayecto que puede efectuar una rueda en sentido ascendente o descendente. Cuanto mayor, más y mejor tracción tendrá el vehículo entre la mínima y máxima compresión. Mejorar este recorrido es complicado y oneroso, ya que obliga a cambios importantes en elementos de suspensión como resortes, amortiguadores, parrillas, brazos, etc. Puede minimizarse el efecto de su falta de recorrido con el uso de sistemas de bloqueo.
- Cruce de puentes: se llama así a la situación que se crea cuando ruedas de ejes y lados distintos sufren desplazamientos inversos. Mientras mayor sea este cruce sin que ninguno de los cuatro neumáticos pierda el contacto con el suelo, menor es la movilidad efectiva del vehículo sobre terrenos accidentados.
Finalmente, recordemos que cualquier cambio de elementos en nuestros vehículos –que han venido de fábrica homologados y testeados– debe hacerse de acuerdo a las normas vigentes y con responsabilidad. Esto no quiere decir que no se pueden mejorar sus prestaciones, sino que las terminales automotrices tienen en cuenta otros parámetros a la hora de sacar un modelo al mercado, entre ellos, los costos y el uso más frecuente del público en general, relegando muchas veces lo que significa el off road.
Por otro lado, es probable que en las primeras salidas necesitemos un spotering o ayudante que nos indique si pasamos o no por un obstáculo, ya sea zanja, escalón, huella o la falta de ella. Cuando tengamos suficientes salidas y kilómetros sobre nuestras espaldas, ya sabremos a golpe de vista calcular estos ángulos y medidas para saber si podremos o no pasar. No obstante, nunca hay que confiarse de más: nuestra integridad y la del vehículo dependen de ello.
No es ningún demérito bajarse y darle un buen vistazo al obstáculo, chequear y calcular antes de avanzar. Recuerden siempre que hasta al mejor cazador se le puede escapar la liebre.
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