Del 6 al 11 de febrero, la ciudad de Bariloche homenajeó a la cerveza artesanal, una de sus estrellas y producto insignia. Y lo hizo a todo trapo. El Festival de la Cerveza fue la excusa perfecta para que, durante toda la semana, turistas y locales salgan probar nuevas variedades, visitar fábricas, sumarse a las fiestas y eventos especiales, comer rico y, el fin de semana, reunirse en la base del Cerro Catedral para bailar y cantar hitazos de Turf, Conociendo Rusia, Mimí Maura, las estrellas de un line up que prometía. Además, hubo foodtrucks, 16 cervecerías con propuestas especiales para comer y beber -más de 60 canillas y cada marca presentó una versión de birra “fuera de borda”-. Todo esto, enmarcado en uno de los escenarios naturales más extraordinarios del mundo.
“Esto es un reflejo de lo que pasa todo el año: llega gente de todo el país a recorrer nuestro circuito de bares cerveceros, a probar nuestra gastronomía cervecera que cada vez es más identitaria y visitar las fábricas, entonces comprimimos todo en una semana. Generar una acción en una industria que cada vez es más importante para Bariloche, termina de afianzarnos como un gran polo de la cerveza artesanal en Argentina”, reflexionó Lucio Bellora, director del festival. Más de 16.000 personas pasaron por la fiesta en el cerro y, sumando a las que visitaron el circuito, el número llega a 20.000. Este encuentro ya tiene todo para rankear bien arriba en la agenda de imperdibles a nivel nacional.
El balance va más allá de los números: de esta experiencia se desprende una guía de favoritos para explorar el resto del año. Con cada edición, el festival eleva la vara de la propuesta cervecera y gastronómica de Bariloche.
Nuestros favoritos del tour cervecero
Una hoja de ruta con lo mejor de cada spot.
- Berlina, un clásico: Guido Ferrari se reconoce dentro de la segunda camada de la revolución cervecera artesanal que se instaló en Bariloche hace 30 años. La generación que llega con un camino allanado por los pioneros del movimiento, pero que se abre al juego de ingredientes, colores y sabores para un consumidor que sabe del tema, que cada vez está más despierto y exigente. Berlina es el proyecto que lidera junto a sus dos hermanos desde el 2004 y que propone un arcoiris de entre 16 y 20 canillas para todos los gustos. ¿Por dónde empezar? JNF es la favorita de Guido, una IPA que diseñaron para homenajear a su papá. Otra imperdible es la Nitro Stout, una nitrogenada súper cremosa y de aroma tostado. Y la especial del festival fue Nina’s, que lleva el nombre de una de las hijas de los hermanos y cuyo ingrediente estrella es la calabaza en curanto con toques de canela, la versión local de la dulce y ahumada pumpkin ale. Los precios parten de $ 600. Todos los días del año hay visitas guiadas con degustación desde $ 3.000, con reserva previa. IG @cervezaberlina
- Una experiencia genuina en Wesley: el apellido suena fuerte en Bariloche “desde siempre”. La familia comenzó su proyecto turístico en el Kilómetro 15 de Bustillo con cabalgatas guiadas a cargo de Tom, el padre. En la cervecería artesanal nos recibió Pacu, uno de los tres hermanos que llevan adelante esta área, que convirtió el emprendimiento familiar en una experiencia 360. Wesley es una chacra para visitar sin apuro y disfrutar de todo: los animales amos y señores del lugar que circulan libremente por el predio -conviven un perro y una pava real, y una gallina toma el rol de baby sitter de tres pavitos bebé-, probar una de las mejores cervezas artesanales de la ciudad y la comida, que está a la altura de las circunstancias. A falta de una, son dos: adentro, un tapeo a cargo de Oveja Negra, donde se destacan los buñuelos, las empanadas de hongos, la tortilla de papas con alioli y demás delicias, y afuera, en los fuegos, Pablo y Carmela de @lacocinadeesculapio despachan sándwiches de provoleta, matambre, ciervo acompañado de las papas doradas más ricas del viaje. Respecto a la cerveza, es una de las que no vas a conseguir en el resto del país porque solo se vende en la región. El producto estrella es al Apa Porter multipremiada. ¿Lo mejor? El compromiso con la sustentabilidad: Wesley recupera los desechos líquidos y sólido para alimentar a sus caballos y usa 96 paneles solares. Un tip: la visita guiada no figura en el menú, pero preguntá si hay alguien disponible para improvisar un tour. Cabalgatas desde $ 6000 la de una hora y media, pero también hay de tres horas y de todo el día. IG @wesleybrewery
- Manush tiene gastronomía de alto vuelo: La primera sensación al cruzar la puerta del local del centro es la de entrar en un pub inglés, en un bar especial de esos que descubrimos en algún viaje por el mundo. El pálpito no era errado, ya que Leti García y Take Adachi trabajaron juntos en restaurantes del Piemonte italiano y Londres. La pastelera barilochense y el chef japonés son una pareja que comparte la pasión por la cocina y llevan a otro nivel la “picada cervecera” con una carta espectacular con tablas donde se lucen las crispy bombs -unos cubos crocantes y cremosos de garbanzos, cuyo úniuco secreto radica en que respetan la técnica italiana tradicional de cocción de la farinatta-, el falafel, los pickles, los dips y sus panes, platos como hamburguesas o el curry vegetariano y, claro, los postres. Martín, el hermano de Leti, está a cargo de la cervecería. Para el festival presentaron la Hazy Bloom, una IPA estacional a la que llaman “jugo de lúpulo” por su color y su perfil frutado y se puede disfrutar por $ 880, aunque hay otras variedades desde $ 690. ¿Un plus? El diseño es un punto fuerte y todo el merchandising es una belleza. IG @cervezamanush
- Patagonia y la vista definitiva: la Microcervecería está emplazada en el Circuito Chico y tiene una de las mejores vistas de los lagos y cerros de Bariloche. La terraza y el deck se llevan todos los premios, pero el paisaje llega a casi cualquier rincón del bar. Esta temporada, para acompañar el lanzamiento del dry gin Ginkgo, Patagonia presentó su jardín de plantas nativas, que busca revalorizar los saberes ancestrales sobre el uso de las plantas, honrar y traer la sabiduría del bosque a su territorio y difundir bajo la premisa de que “es necesario conocer para valorar y cuidar”, como expresó la Dra. Sara Itkin, la médica naturista que desarrolló el proyecto junto a viveristas de la Universidad de Río Negro. El recorrido por el jardín está guiado por códigos QR, pero la agenda promete actividades especiales vinculadas a este nuevo espacio que difundirán a través de la cuenta de Instagram. Volviendo a la cerveza, además de la experiencia de relajarse en uno de los escenarios más espectaculares de la ciudad, hay un amplio menú de degustaciones, por ejemplo una cata con maridaje de chocolates cuesta $ 4.800. La especial del Festival fue la IPA Argenta -el nombre está ligado al Mundial- que, por supuesto, se queda por un buen rato. IG @patagonia.bariloche
Comentarios