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TURISMO | 19-11-2018 23:18

Caminar por un cuento de hadas en Lovaina

Durante las semanas previas a la Navidad, en la ciudad belga se respira calidez y tradición en un ambiente histórico y estudiantil.

El ayuntamiento de Lovaina en Bélgica, se asemeja a un gigantesco calendario de Adviento
(que comprende las cuatro semanas previas a la Navidad). Las ventanas son las 24 puertecillas d
etrás de las cuales se esconden los dulces y que se van abriendo una tras otra desde el 1° de diciembre
hasta la Navidad. Y las ventanas se iluminan con colores que cambian constantemente. En
el interior del ayuntamiento se ofrecen cada tarde conciertos
prenavideños.

Para los habitantes de Lovaina, el ayuntamiento con sus 236 estatuas
en la fachada exterior es el más bonito del mundo, y también los
turistas que visiten esta ciudad seguramente lo incluirían en la
lista de los diez más hermosos. El edificio se construyó a mediados
del siglo XV, cuando el territorio de lo que hoy es Bélgica era el
centro del rico ducado de Borgoña.


Durante el Adviento, Lovaina se parece a una enorme sala de Navidad,
con luces en los árboles y las fachadas. En la Grote Markt (Gran
Plaza), donde se instala el principal belén con renos y ovejas, huele
a abetos y a “kerstworst” (salchicha navideña). El mercadillo
navideño abarca más de 170 puestos donde se ofrecen, además wafles
belgas, castañas, chocolate y vino caliente, entre muchas delicias.

1119_Caminar por un cuento de hadas en Lovaina

Lovaina, situada a unos 30 kilómetros al este de Bruselas, recuerda a
una casita de muñecas, grácil y alegre, especialmente en el Groot
Begijnhof (Gran Beguinaje), un amplio patio-jardín histórico rodeado
de casas de ladrillo rojo. Es como una ciudad dentro de la ciudad que
se parece a un laberinto donde uno casi se pierde. Las callejuelas
adoquinadas serpentean entre capillas y jardines de hierbas
medicinales. Un viernes en diciembre, todo el complejo se ilumina con
velas mientras suena el carillón.

En la Edad Media, el Gran Beguinaje, declarado  Patrimonio de la
Humanidad por la Unesco, fue una ciudad de las mujeres. Solo ellas
vivían allí. Las beguinas fueron una comunidad de mujeres que no estaba controlada por hombres.
A la comunidad pertenecían mujeres de todas las capas sociales y franjas de edad que dentro de la
ciudad llevaban una vida autodeterminada y se ganaban la
vida de forma independiente.

Aunque el Gran Beguinaje tiene 500 años de antigüedad, no posee
ningún aspecto museístico, porque hoy viven en las viejas casitas
estudiantes y profesores. Los estudiantes representan la tercera
parte de la población de Lovaina. Debido a ello, esta antiquísima
ciudad, que alcanzó importancia mucho antes que Bruselas, tiene un
ambiente muy juvenil y animado.

Sin embargo, a lo largo de su historia, esta ciudad, conocida como la
”Oxford belga”, también ha tenido que soportar algunas catástrofes.
En 1914, soldados alemanes incendiaron la famosa biblioteca,
instalada en una antigua fábrica de telas. Actualmente, la fábrica ha
recuperado su antiguo esplendor y también se puede visitar la hermosa
sala de lectura revestida de madera.

1119_Caminar por un cuento de hadas en Lovaina

Muy recomendable es subir a la torre de la biblioteca porque en ella
hay una interesante exposición sobre la dramática historia del
edificio y, además, desde arriba se tiene una vista panorámica de
toda la ciudad. En la plaza delante de la biblioteca hay otro
mercadillo navideño junto a una pista de patinaje sobre hielo y una
noria. En varias tiendas se ofrecen especialidades de la Provenza
francesa.

En Lovaina la prosperidad flamenca se combina con el saber vivir
francés, lo que aquí se conoce como un “estilo de vida borgoñón” Es
asombrosa la cantidad de restaurantes elegantes y tiendas de diseño
en un espacio tan pequeño. Pero también hay muchos pequeños negocios
bonitos donde el turista puede curiosear a placer. Por todo esto,
Lovaina también es un destino perfecto para una visita de fin de
semana, simplemente para relajarse, ir de compras y comer bien. La
ciudad, de unos 100.000 habitantes, es también admirablemente
políglota: además de su lengua materna, el holandés, los lovaineses
dominan el francés y hablan un inglés excelente.

Lovaina también tiene muchas chocolaterías, donde se elaboran los
famosos bombones belgas y no faltan las tiendas donde se venden las típicas
papas fritas belgas, que sobre todo saben muy bien en invierno. Las auténticas
se fríen en grasa vacuna dos veces, hasta que “cantan”. Además, es sorprendente la
gran diversidad de salsas que se ofrecen para acompañarlas.

Información básica:

Cómo llegar: en avión a Bruselas y desde allí en coche de alquiler o
tren a Lovaina, una distancia de unos 30 kilómetros.

Invierno: entre el 5 de diciembre de 2018 y el 5 de enero de 2019,
todo gira en la ciudad alrededor de la Navidad. 

 

DPA

 

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