Antes de cada misión, los astronautas se reúnen con un profesional que les ayuda a definir lo que comerán de acuerdo con sus gustos y necesidades. Deben ingerir tres comidas diarias que sumen entre 2.000 y 3.200 calorías, dependiendo del sexo y tamaño corporal. Los sistemas de comida implementados en la ISS consisten en pequeñas bolsas elaboradas con un plástico especial y cuidadosamente selladas para evitar que existan derrames o migas que puedan flotar en la cabina y dañar algún equipo. Los alimentos están deshidratados, por lo que se les debe añadir agua antes de ser ingeridos.
Los astronautas deben aprender a comer de la manera adecuada, a abrir cada empaque, a hidratar y cocinar la comida y evitar derramarla. "Teníamos siempre media hora para comer. Media hora para desayunar, media hora para almorzar y lo mismo para la cena. Como cada 45 minutos se hace de noche y luego de día, eso cambia nuestro metabolismo, por lo que varios días antes entrenamos para ir preparados", recuerda Son McBride. En el futuro, la tecnología deberá encontrar una manera de sembrar o criar vegetales en la nave ya que los viajes serán más largos y se necesitará ahorrar peso.
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La vuelta a casa también es difícil
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Readaptarse a la gravedad de la Tierra es difícil porque los músculos y huesos se han debilitado y el corazón debe trabajar mucho más para bombear sangre alrededor del cuerpo. Los astronautas que vuelven del espacio suelen necesitar la ayuda de personal de rescate para ser trasladados a helicópteros que los esperan en la primera parte de su jornada de regreso a casa.
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Pueden sufrir mareos, desmayarse, tener problemas para mantenerse en pie, caminar, girar en las esquinas y mantener el equilibrio. Si cierran los ojos, es posible que se caigan. Hasta dormir les resulta difícil. Después de un vuelo corto pueden ser necesarios tres o cuatro días para readaptarse, pero se necesita mucho más tiempo luego de misiones largas (seis meses) en la Estación Espacial Internacional. La disminución de la densidad ósea también aumenta el riesgo de sufrir la ruptura de huesos y con los músculos debilitados es más difícil levantar incluso objetos ligeros o llevar a cabo las actividades cotidianas.
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