Friday 19 de April de 2024
SUPERVIVENCIA | 11-10-2019 12:30

Cómo ponerse a salvo de una tormenta eléctrica

Cuidados básicos para evitar el impacto de un rayo cuando estamos disfrutando del aire libre.
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El rayo es uno de los fenómenos más peligrosos de la atmósfera. La tormenta eléctrica dura apenas unos segundos, es brillante y nunca sigue una línea recta hacia el suelo. Cuando se produce, queda “suspendido en el aire” y adopta formas impredecibles, a veces similares a las raíces de un árbol. Puede caer a varios kilómetros del lugar original de la tormenta; siempre se produce primero el rayo y luego el trueno; el calor producido por el primero calienta bruscamente el aire y produce ondas sonoras de presión que se traducen en el estruendoso ruido del segundo.

Riesgo a la intemperie

Hoy las posibilidades de que seamos alcanzados por un rayo son cada vez mayores. Es por eso que es necesario tener precaución y usar el sentido común para protegerse durante una tormenta eléctrica.
Cómo entusiastas del aire libre,  siempre debemos estar conscientes del peligro que implica este fenómeno. Si nos encontramos en la montaña, lo primero que debemos saber es que hay que evitar permanecer en la altura y buscar refugio en zonas bajas y lejos de cañadas, arroyos o ríos.
Si estamos en grupo, es importante no permanecer juntos, sino que tenemos que separarnos lo más rápido posible (sin correr). Si ya estamos abajo o a campo abierto, tengamos presente la ley de 30x30: si entre la visualización del rayo y el momento de escuchar el trueno transcurren menos de 30 segundos, significa que la tormenta está muy próxima y el riesgo de electrocución es más probable.
En este contexto, como refugio no debemos utilizar árboles altos y aislados, tampoco postes de teléfono o antenas de transmisión. Debajo de ellos las posibilidades de recibir un impacto directo se multiplican. Si lo único que hay es un pequeño bosque o monte, hay que guarecerse siempre en el árbol más pequeño, dado que será el que aportará menos riesgo.
Además, también es aconsejable mantenerse alejado de alambrados, sean convencionales o electrificados, ya que estos actúan primero como colectores y luego como transmisores del impulso eléctrico, el cual busca una salida rápida a tierra. Para no ser nosotros esa salida a tierra, mejor alejarse.

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La importancia de aislarse

Si la tormenta nos agarra cuando estamos navegando, lo primordial es salir del agua y alejarnos lo más que podamos del cuerpo acuoso; permanecer cerca es extremadamente peligroso. En el caso de que no podamos salir (ya sea por una cuestión de tiempo, distancia o falla técnica), debemos guarecernos dentro de la cabina y no tener contacto con ninguna parte metálica. También debemos tomar distancia del mástil y sacar del agua el motor fuera de borda, en caso de que haya uno.
Si estamos en alguna edificación alejada de la ciudad (por ejemplo, una casa de campo), lo primero es cerrar puertas y ventanas. Obviamente, no hay que caminar sobre suelos húmedos o con calzado mojado. Dentro de la casa, el lugar de mayor seguridad es la cama, si es de madera, mejor. Además, debemos evitar contacto con objetos que estén vinculados con el exterior: las canillas lo están a través del agua y las cañerías; el teléfono mediante las línea telefónicas; los artefactos eléctricos por los cables de distribución; las ventanas gracias a los marcos metálicos, etc. En caso de que se produzca una emergencia y es necesario utilizar el teléfono, podemos llamar solo desde uno inalámbrico. 
Más allá de dónde estemos, otro factor de riesgo muy importante es el equipo que llevemos con nosotros. Durante las tormentas no hay que utilizar o cargar objetos metálicos. Debemos alejarnos de cualquier cosa que naturalmente atraiga a los rayos, como cañas de pescar, armas de fuego, bicicletas o elementos de camping. Si la tormenta se produce estando dentro de un auto, primero que nada hay que estacionar en un lugar abierto donde no haya árboles que puedan caer sobre el vehículo. Las puertas y ventanas deben permanecer cerradas y no hay que tener contacto con partes metálicas. Además, podemos dejar las luces intermitentes encendidas hasta que pase la lluvia.

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Cuando se siente en el aire

Si percibe una sensación extraña en la piel, se erizan los pelos y hasta se nota en la cabeza, es debido a la inducción electrostática que está avisando que un rayo está a punto de caer cerca. En esta situación, si no se encuentra refugio alguno, ponerse de rodillas, tomarse los talones, inclinarse hacia adelante y agachar la cabeza sin que toque el suelo. Hay que tener cuidado de que esta no quede como la parte más alta del cuerpo.

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