Caminatas eternas, calores de infierno sin sombra a la vista, insectos molestos, sed…

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todas las penurias que implica la pesca de lisas se olvidan cuando del otro lado de la línea aparece un verdadero misil acuático pujando por zafar del anzuelo con violentas corridas y cabezazos. Hablamos de lisas, especie que desvela a una verdadera legión de pescadores que al llegar los calores no quieren abandonar las cañas de 4 metros y cambian la sutileza del pejerrey por los caprichos de esta especie, que pone a prueba los nervios tanto a la hora del pique como después de concretar la clavada.
Se puede decir que en materia hídrica el río Salado es una columna vertebral de la provincia de Buenos Aires, alimentando con sus aguas numerosas lagunas como el sistema de Las Encadenadas y cumpliendo un rol fundamental en el trasvasamiento de especies entre diversos espejos. En materia de lisas, además, es la autopista por la que esta especie eurihalina (con capacidad de adaptación a diversos grados de salobridad) puede moverse desde el mar al corazón de la provincia, adaptándose a vivir tanto en este vertiginoso río como en diversos cursos de aguas lénticos como son las lagunas bonaerenses.

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Nota publicada en la edición 510 de Weekend, marzo de 2015. Si querés adquirir el ejemplar, llamá al tel.: (011) 4341-7820 / 0810-333-6720. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.
02 de marzo de 2015
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