Independientemente del momento del año que se transite, La Salada Grande de Madariaga aparece como faro de los pescadores. Con el crudo invierno o los fuertes calores del verano, esta laguna se las rebusca para estar en la boca de los pescadores que la eligen como la preferida y buscan hacerse de un hueco para visitarla, no solo los que están cerca sino los que desandan cientos de kilómetros buscando dar con esos matungos que no son habituales de ver en cualquier ámbito. En el cierre de este 2024 compartimos un relevamiento que es parte de la edición papel del mes de diciembre, con un resultado de pesca que no varía de lo que pasó en las últimas horas del año, momento que se mostró un marcado ascenso de la temperatura, pero que no afectó la presencia fuerte del flecha de plata.
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Entre tantos que eligieron La Salada para el cierre del año estaba el tandilense Juan Pablo Biafora, desde hace un tiempo adentrado en la difícil tarea de ser guía de pesca, una empresa que parece fácil pero no lo es, y más en un espejo que requiere de mucha sapiencia para dar con los grandes matungos que todo pescador quiere. Promediaba 2024 cuando decidió dejar de disfrutar como aficionado y ser responsable de un servicio que llamó El Arribeño, realizando salidas desde Tandil a La Salada y la albufera de Mar Chiquita. A este primer destino visitó los últimos dos domingos de diciembre junto a un grupo de cañófilos de Olavarría, con los que hubo que esforzarse para dar con el pique del pejerrey, pero, con paciencia lograron salir con interesantes resultados.
Nos contaba Juan Pablo que no es fácil y en estos tiempos irse con 20 a 30 pejerreyes en la embarcación no es nada despreciable por la calidad que se da. El pescado está muy disperso, no está acardumado y si lo hace, es muy difícil encontrarlo. Los resultados se dan levantando capturas por sectores y gastando mucho combustible. Anclados, muy poco, principalmente por la molesta abundancia del dientudo, siendo lo mejor el garete y contra garete principalmente, barriendo la cancha y aprovechando los puntos que son más rendidores.
Hay que destacar que la mayoría de los pescadores de pejerreyes tienen la costumbre de garetear, y cuando se les habla de contra garete surgen dudas. Sabemos que esta técnica implica un lento desplazamiento de la embarcación regulando la soga del ancla atada de tolete, en el medio de la lancha, trabajando ésta semi levantada del fondo. En el garete, los pescadores, deben tirar hacia el lado del ancla dejando que las boyas se alejen, mientras que en el contra garete se hace lo contrario, lanzando al punto en el que va a llegar el bote en su desplazamiento, recogiendo cuando estamos casi encima de las boyas y volviendo a tirar hacia adelante. Con esta técnica, según nos contaba Biafora, los puntos más rendidores fueron la zona de las tranqueras blancas, al lado de Las Conchillas y en el medio de la laguna, entre Melón Gil y Monte Cuadrado.
La laguna ha mejorado mucho su nivel, parece poder pasar el verano con tranquilidad, aunque falta nivel en las zonas más bajas que obligan a hacerse a palo. Hoy no justifica el esfuerzo por adentrarse allí, ya que hay cantidad de bagres y el peje, tal como expresamos, está en laguna abierta y con una calidad que impresiona, con todos ejemplares superiores a los 700 g, incluso con sorpresas gratas como una pieza que superó los 2 kilos en salida de los colegas de Urión La Gaby.
La Salada está para visitar, un ámbito que supo tocar fondo con aquella sequía que pareció matarla pero que solo fue el envión para un resurgimiento que la tiene, desde hace varios años, como la laguna top del país. Un espejo con excelentes prestadores de servicios, calificados pesqueros y gente como Juan Pablo que hacen lo imposible para dar con buenos piques y que la experiencia de pescar el La Salada deba repetirse.
Servicios:
- Juan Pablo Biafora. Salidas guiadas en General Madariaga y Mar Chiquita. Tel.: (0249) 4207680. En redes: Instagram y Facebook.
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