Hay que remontarse bastante hacía atrás para encontrar otro año como este en materia de pesca de dorados en el Río de la Plata. Una temporada excepcional del pez nacional en el curso de agua más ancho del mundo, en un escenario que nos brinda la chance de pescar la especie más deportiva del país a pocos kilómetros de la ciudad de Buenos Aires.
Uno de los puntos más rendidores son los malecones de Berisso, un punto que ubicamos fácilmente por una triple hilera de palos con fondos de piedras que aglomeran colonias de mejillones que es el alimento de muchas especies. Allí, por efectos de las mareas, el agua circula con violencia, sobre todo al comienzo, ya sea en bajante o en creciente. Esto genera un lugar en el que hay mucho alimento, correntadas fuertes con turbulencias y por ende, un pesquero ideal donde los cazadores acechan a sus presas. Allí están los dorados, pero en este momento se suman bogas, chafalotes y últimamente arrimo la manduva, otro pez calificado para completar este extenso menú.
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Realizamos este relevamiento junto a los guías Sebastián Ronin y Fabian Calderón, en un encuentro que hicimos, como siempre, en Marinas del Sur. La cita fue al mediodía, siendo una media jornada de pesca en la que nos encontramos con un río muy alto, al punto que casi no se veían los palos, y que estaría en bajante todo el día con fuerte correntada.
Pescamos en el punto que termina la escollera recorriendo el malecón hacia aguas afuera, con el motor en reversa todo el tiempo acercando la proa a 15 metros de los palos o sea que hay que ser muy buen timonel para mantener a los pescadores a tiro de caña. Se pesca en turnos de a dos pescadores ubicados en la proa y deben ser muy precisos con los lances, el señuelo tiene que caer detrás de la triple hilera de palos y traerlos rápidamente de manera que pase entre los palos y cerca de las piedras. Como se imaginarán, el riesgo de enganche es mucho por lo tanto se emplean señuelos con anzuelos simples que son menos probable que se tranquen como los que poseen triples. En esta ocasión, y en nuestro caso, nos dio muy buen resultado las bananas o mojarras, tanto cardenal o amarillas con naranja de BNV de paleta intermedia. Si hay poca profundidad se puede optar por un señuelo de paleta corta. Es clave que venga golpeando el fondo que es donde acechan los dorados acostumbrados a recibir especies forrajeras arrastradas por la correntada, allí se apostan en el fondo esperando el paso de alguna boguita o sabalito.
Se trata de una pesca de mucha precisión ya que señuelo que no es bien posicionado no pesca, además es muy importante contar con los equipos adecuados, los mismos deben ser muy potentes, porque si clavamos un dorado, tenemos que sacarlo rápidamente de los malecones y además tenemos la correntada en contra. Además, se emplean señuelos de anzuelos simples para no enganchar en los palos o piedras, pero quizás en desmedro de efectividad en la clavada del pez.
En tres horas tuvimos alrededor de 40 piques, varios a bordo y otros que se escaparon en los saltos, un claro ejemplo de que Berisso sigue siendo uno de los mejores pesqueros del Río de la Plata. Un destino para agendar una visita, sólo hay que ir y elegir cómo quiere disfrutarlo.
Servicios:
- Guías en el Río de la Plata. Sebastián Ronin. Tel.: (02214) 19-4449. Fabián Calderón. Tel.: (02215) 08-6923.
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