Denver es una preciosa ciudad del centro de los Estados Unidos. Sus habitantes son muy amables y han recibido a miles de hispanoparlantes que se instalaron a vivir allí porque les ofrecieron diferentes tipos de beneficios. A tal punto que la mayoría de la cartelería es bilingüe. Están tan avanzados en cuanto a infraestructura y beneficios para los viajeros y locales, que desde el aeropuerto se puede tomar un tren por U$S 10 que llega hasta la céntrica Union Station. Y, desde allí, un micro gratuito recorre la 16 Street Mall de punta a punta, acercando hasta el centro de la ciudad. Si bien hay que aclarar que en estos momentos la 16 está siendo rediseñada y convertida en peatonal, por lo que el micro va por las paralelas. En verdad hay mucho para hacer y ver en esta ciudad tan amigable.
Teniendo en cuenta estos detalles de accesibilidad para el viajero internacional, encontramos en el Hilton Denver City Center un alojamiento de 4 estrellas muy bien ubicado y cercano a muchos puntos de interés, principalmente museos y el Centro Cívico, también base de la movida de la ciudad. La torre del hotel (más de 20 pisos) está muy bien ubicada en la calle California. entre la avenidas 17 y 18, apenas a pasos de la zona comercial que está en la 16. Allí hay restaurantes de diferentes etnias, un centro comercial muy grande y mucha actividad durante el día. En cualquiera de sus 613 habitaciones el viajero se sentirá cómodo, principalmente por lo amplias que son y las vistas que ofrecen a las zonas de una ciudad, que en realidad es más bien plana con edificios de apenas dos plantas y en la que las torres permiten ver amanecer en las montañas que la rodean.
Ubicado entonces en pleno centro de la ciudad y enfrente de la estación del trole Northbaound que pasa por la puerta, al entrar se puede ver un lobby enorme: enfrente de las puertas está la recepción, a la izquierda un enorme hogar y, hacia el subsuelo, el gran restaurante y los salones de eventos, mientras que a la derecha están los ascensores. Por encontrarse en una esquina, tiene salida a diferentes calles. Llegados al cuarto, el viajero se encuentra con un amplio espacio de 32 m2 con gran cama, escritorio y hasta una cafetera para prepararse bebidas calientes a gusto. El baño también es muy cómodo y las vistas son inmejorables. Ofrecen Wi-Fi sin cargo y hasta entregan una nutrida canasta de bienvenida que es toda una sorpresa muy grata.
Además en el restaurante Prospect’s Urban Kitchen & Bar se sirve el desayuno, el almuerzo y la cena en un ambiente elegante ubicado alrededor de una gran chimenea. Y tienen un Starbucks en la platana baja para llevarse un café a las caminatas.
Actividades especiales en el Hilton Denver City Center
Constantemente están preparando nuevas propuestas para que huéspedes y gente que no se aloja en este cálido hotel puedan disfrutar de algo diferente. Durante nuestra estadía allí, que se concretó a comienzos de diciembre, tuvimos la oportunidad de participar del Brunch With Santa (Brunch con Papá Noel) que se sirvió en el restaurante con una infinidad de alternativas para que grandes y chicos tuvieran todo lo que desearan: desde el clásico hot chocolate con crema batida bien espesa y estrellitas plateadas de chocolate para adornar, a mini tortas con decoraciones navideñas y platos preparados en el momento como omelettes a gusto del comensal. El personal solícito y ataviado con detalles en rojo y verde, estuvo siempre a disposición mientras las familias disfrutaban de la comida más nutritiva para arrancar el día. Habían pagado U$S 40 los adultos y 25 los niños para experimentar también las actividades que los esperaban en dos salones contiguos al restaurante.
En el primero, muy bien refrigerado y con una ambientación lista para las fotos estaba Santa, amable y conversador con los niños. Les preguntaba qué querían de regalo pero también otras cosas personales, para hacerlos sentir más cómodos. También accedía a sacarse fotos con los adultos, siempre con una gran sonrisa y excelente disposición. En el salón contiguo, mucho más grande, mesas con manteles alusivos ofrecían galletas de jengibre para decorar con todos los colores del arco iris y diferentes adornos comestibles. Los nenes que las estaban ornamentando se tomaban la tarea con mucha seriedad y esmero.
En una de las esquinas del mismo salón, un simpático (y muy expresivo) ayudante de Santa contaba cuentos de la manera más colorida y fomentando la participación de los chicos. Sin dudas esa fue una mañana muy especial para todos los que tuvimos la oportunidad de disfrutarla. Verdaderamente inolvidable y muy cercana a las Navidades que el cine norteamericano (de Canadá y los Estados Unidos) se encargó de difundir por todo el mundo. Verdaderamente inolvidable.
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