El decreto 297/20 del Gobierno Nacional de aislamiento social y preventivo obligatorio rige en todo el país desde el 20 de marzo, pero no es novedad que muchas personas no lo cumplen. Desde esta web publicamos muchas notas de pescadores y navegantes -afín a nuestra temática- que violaban la cuarentena.
Hay que diferenciar entre necesidad y negocios. Entre pesca de subsistencia y comercio con la pesca de subsistencia. Y esto último es lo que está pasando en San Javier, Santa Fe (casi en la margen opuesta de La Paz, Entre Ríos), según denunció el guía de pesca Víctor Favot (55) en una entrevista telefónica que mantuvo con Weekend ayer por la tarde. En el marco del decreto 297/20 de aislamiento social y preventivo dispuesto por el Gobierno Nacional, él y otros 60 guías habilitados de esa localidad en la que viven unos 25.000 habitantes no pueden llevar gente a pescar, su principal fuente de ingreso económico. Sin embargo, “trasmalleros, espineleros, furtivos, tramperos llegan con piraguas o canoas a remo y hacen estragos –sostiene–, pasó siempre pero ahora con la bajante es más fácil atrapar pescado”.
- ¿Esos son los pescadores comerciales o los habilitados para subsistencia?
- Los dos. Los comerciales se llevan toneladas de sábalos que luego son procesados y se utilizan para hacer harina de pescado y alimento balanceado. Pero los pescadores artesanales les venden surubíes y dorados al que mejor se lo pague: al frigorífico, a acopiadores que luego lo distribuyen en restaurantes, pescaderías, rotiserías y comercios de delivery gastronómico para hacer relleno de empanadas o milanesas de surubí. Y si no, salen a venderlo en bicicleta. Son pescadores que no cuidan el recurso. Basta con andar un poco para ver que en los rancheríos se consigue el pescado que uno quiera. En Semana Santa cualquier rancho tenía más de 18 o 20 surubíes colgados. Y el que no tenía para vender era de haragán.
- ¿La pesca comercial está habilitada en Santa Fe durante la cuarentena?
- La comercial entiendo que sí y la de subsistencia también, pero la de subsistencia, a mi entender, es para comer, no para revender. Y parte del problema es que las autoridades locales no controlan lo que se transporta. El acopiador saca una guía en la municipalidad para transportar, por ejemplo, 300 sábalos, y a lo mejor se lleva 3.000, porque no hay control. Entremezclados van dorados, surubíes, de todo… No hay controles en la Ruta 1 (que atraviesa la ciudad), los camiones entran de noche y se llevan todo. Van y vienen sin control.
- ¿Y cuál es su denuncia puntualmente?
- A 136 kilómetros de acá, en la localidad de Arroyo Leyes, hay un frigorífico (N. de la R.: el entrevistado aporta el nombre que mantenemos en reserva a disposición de las autoridades) que los pescadores comerciales le venden sábalo, y los artesanales, dorados, surubíes y otras especies. Y para mi eso no está permitido. Yo, con más de 20 años de trayectoria como guía habilitado, durante estos días no puedo ni asomarme al río, pero los artesanales, con la excusa de la subsistencia, están destruyendo el recurso. Y entre todos tenemos que hacer fuerza para cuidar la naturaleza, porque es un tema que a los políticos no le interesa. Ellos ven votantes: nosotros somos unos 60 guías y los pescadores artesanales son más de 200 o 300 que los políticos prefieren no ponerse en contra.
Víctor Favot, guía de pesca habilitado de San Javier, conversó telefónicamente con Weekend.
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