Friday 13 de December de 2024
PESCA | 26-03-2023 10:00

Neuquén: donde para pescar solo hacer falta ir al patio trasero

No es fácil conseguir una ciudad grande, capital de provincia, donde podamos capturar un pez de más de cuatro kilos, de costa y en medio día. Aquí es posible.
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Sacar peces grandes, de costa y en una gran urbe es cada vez más raro. Cuando nos comentaron que Neuquén era la excepción enseguida organizamos una visita y comprobamos las buenas carpas que se logran en puntos a los que se llega, desde el centro, caminando o en un viaje de cinco minutos de taxi. Alex Ríos me puso en contacto con Nico Barros, referente de la pesca de carpas en la capital neuquina y director de Carpeando Neuquén. Combinamos, entonces, un buen desafío: pescarlas en los dos ríos que se juntan al este de la ciudad, en zonas abiertas al público en general y no usar más de unas pocas horas, debido al excesivo calor estival de esta temporada. Dejé mis cosas en el hotel y a las 8.00 pusimos rumbo al río Limay. En cinco minutos cruzamos un puente sobre un brazo angosto y estábamos en la Isla 132 a la altura del Parque Sur, frente a los clubes. Aprovechando la sombra, lanzamos con líneas de fondo con un solo anzuelo y plomada de 20 gramos, ya que este cauce pequeño no tiene mucha correntada y, en el centro, no pasa de un metro y medio de profundidad.

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Para encarnar Nico utiliza un polvo de elaboración propia a base de harina de trigo, harina de maíz y condimentos para pizza. Al harinado le agrega un poco de agua de río y amasa unas bolitas para tapar el anzuelo. La consistencia es ideal: no se desgrana ni se disuelve rápidamente. Con el mismo harinado cebó la zona dejando la comida a merced de un remolino para que no se alejara, justo antes de la copa de un árbol que besaba el agua, sitio preferido por ellas para cazar lo que cae. A poco de estar empezó el movimiento en el agua. Me llamó la atención la calidad y el buen tamaño de las carpas que subían a comer. La transparencia nos permitía verlas completas: el lomo, más oscuro, contrastaba con un segmento blanco y retráctil, la boca, con la que succionan con fuerza.
Los muchachos me contaban que la carpa come de todo y, si bien se adapta a los diferentes ambientes y es muy rústica, hay que ser muy silenciosos para pescarla, sobre todo en aguas rasas. 
Los tiros son cortos, pero usan cañas de 2,10 metros en más, porque necesitan 30 libras para poder parar algunas bestias que pasan los 7 u 8 kilos y, enseguida, ganan los troncos hundidos y la vegetación costera sumergida. Se puede pescar con frontal o rotativo, y prefieren multifilamento para el cañazo más efectivo, pero no hay que ser excesivamente bruscos y, siempre se debe dejar el freno algo libre, ya que el labio, similar a la boga, se desgarra fácilmente.

Limay

A medida que el sol se levantaba junto con la temperatura (pasó los 40 grados), más y más gente llegaba al lugar para caminar, correr, pasear sus perros. De repente empezaron a aparecer botes a remo con chicos y sus instructores. Para cualquier otra pesca esto habría sido el fin. Pero, la carpa… empezó a picar. Las cañas quedan en un posacañas o haragán. El pescador no debe apurarse, porque la carpa empieza lentamente a comer y los piques se presentan como tirones cortos. Recién hay que clavar cuando el pez toma decididamente el bocado, nada y la vara se curva, por lo que conviene, entonces, que sea de acción media.

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Una vez clavada, se baja la punta de la caña, se sube sin recoger y, al volver a bajarla en dirección a la carpa, se devana. Me llamó la atención lo rápido que nadan, sobre todo, cuando descubren que están cerca de la costa. Es el momento en que suelen cortar, desgarrar el labio o, incluso, romper la caña, si el freno está muy apretado. A las carpas se las puede levantar con un copo o, me llamó la atención, con el boga grip. El buen tamaño de estos peces hace que también tengan boca grande. Generalmente se las pesca con devolución. El supuesto mal sabor de su carne ha contribuido a su proliferación y crecimiento, aunque, me comentaron, no es tan desagradable como la pintan.

Neuquén

Por la tarde fuimos un par de horas al río Neuquén, en la prolongación de la calle Figueroa. El canal corre en la costa de enfrente, por lo que el planchón anterior es ideal para encontrarse con las carpas. En este cauce, los piques son menos frecuentes, no se percibe casi nada de actividad, pero los tamaños son aún más considerables. Nico también se dedica a pescarlas con mosca. Utiliza y recomienda cañas de nueve pies para líneas 7 u 8. Me contaba Alex que en una casa de pesca amiga todas las varas que están para reparar son de mosca, ya que los grandes pesos atentan contra un equipo muy liviano o manejado al borde.
Cuando cazan en superficie se las pesca con pequeñas ninfas al pelo del agua lanzadas a corta distancia para que las vean y ataquen. Cuando, en cambio, las carpas asoman sus colas, porque están escarbando alimento en el fondo, utilizan línea de hundimiento. Solo se pesca con mosca cuando se ve acción. 

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La pesca de carpas está ganando consideración y adeptos en la Argentina. En Neuquén es un verdadero trofeo, ideal para quienes, por caso, viajan hacia otros destinos del sur y pueden detenerse un día o medio día, ya que, si los acompañantes no pescan, tienen muy buena hotelería, city tour, balnearios, bares con cerveza artesanal y otros atractivos. También es muy buena opción para los que viajan por negocio, ya que, al ser una pesca de costa, sobre piso firme, cerca y de pocas horas, se puede mechar tranquilamente con otro tipo de actividades en el día. Para aprovechar hasta el 30 de junio, porque luego cierra la temporada fluvial hasta el primer día de noviembre. 

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Néstor Saavedra

Néstor Saavedra

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