Existen determinadas señales que indican que un perro va a morir, por lo que hay que estar más atentos que nunca para tratar de que ese duro momento sea lo menos doloroso tanto para la mascota como para su dueño.
Ante el menor indicio que la vida de tu fiel amigo puede estar llegando su fin, es fundamental visitar al veterinario para que pueda dar un diagnóstico concreto e indicar cuál es exactamente el estado de tu mascota y qué opciones tiene.
A continuación te detallamos cuáles son las cinco señales más claras para que estés lo mejor preparado para ese difícil momento y acompañes a tu fiel amigo de la mejor manera posible.
No hace ejercicios: si notas que de pronto tu perro no quiere salir a la calle para dar un paseo o hacer sus necesidades, ni jugar con su juguete favorito y prefiere quedarse acostado todo el tiempo, y luce cansado es una clara señal de que algo mal está pasando con su salud.
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Comprueba si esta señal viene acompañada de otras y, si continúa con esa tendencia, lo mejor será llevar a tu fiel amigo a una consulta urgente con su veterinario de cabecera.
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No come ni bebe agua: si de la noche a la mañana un perro deja de comer o de tomar agua es porque algo malo le está pasando. Si rechaza sus comidas favoritas y sobre todo el agua, empieza a preocuparte porque, como consecuencia de ello, tu fiel amigo podrá mostrar signos de deshidratación y vomitar bilis.
De no solucionar este problema, lo más probable es que sus órganos empiecen a fallar y muestre fuertes signos de dolor.
Cambios de conducta: cuando un perro está muy enfermo o a punto de morir, su comportamiento no es el habitual ya que puede presentar problemas de conducta relacionados con su estado de ánimo, expresiones de miedo, mayor agresividad o movimientos anormales. Además, estos cambios pueden acarrear vómitos, diarrea y hasta severos problemas de incontinencia urinaria.
Las constantes vitales están alteradas: entre las principales señales que anticipan que un perro está a punto de morir se encuentra la alteración de las constantes vitales.
Ellas son: temperatura corporal (entre 38 ºC y 39 ºC), la frecuencia respiratoria (entre 10 y 30 respiraciones por minuto), la frecuencia cardíaca (entre 90 y 140 latidos por minuto en perros pequeños, entre 70 y 110 latidos por minuto en perros medianos y de 60 a 90 latidos por minuto en perros de tamaño grande), y el tiempo de relleno capilar que debe ser inferior a dos segundos. Ante una anomalía en cualquiera de estos casos, hay que acudir de inmediato al veterinario.
Se esconde o busca un lugar tranquilo: cuando intuyen que su muerte está cerca, muchos perros deciden alejarse de la manada para intentar morir en solitario. También es posible que, si bien no intente huir, busque un lugar cómodo y apartado en el hogar en el que pueda pasar sus últimos días de vida.
Si eso sucede con tu perro, lejos de retarlo y enojarte con él, lo mejor es acompañarlo, mimarlo y pasar la mayor cantidad de tiempo posible a su lado para que su partida no sea más dolorosa aún.
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