5 claves para cuidar la salud bucal de nuestras mascotas

Las bocas de nuestros perros y gatos son un gran indicador de su salud bucal ya que el estado de sus dientes, lenguas y encías nos hablan de su bienestar, por lo que, con una buena alimentación natural, sumada a un correcto cepillado rutinario de sus dientes y a algunos cambios de hábitos podemos evitar enfermedades e infecciones, mejorando notablemente la calidad de vida de nuestros fieles amigos.

Por eso, a continuación, la médica veterinaria María Eugenia Zuccaro (MN 8652), nos brinda 5 consejos por demás sencillos y efectivos a la hora de cuidar y proteger su salud bucal.

-Alimentación sana: el primer hábito saludable que podemos incorporar es la alimentación natural. El consumo de croquetas ultraprocesadas o de alimentos altos en carbohidratos predispone a una mayor acumulación de bacterias que producen sarro.

En la naturaleza, los animales tienen una microbiota oral equilibrada generada, en gran parte, por el tipo de dieta; en este caso, por ser carnívoros, una dieta a base de presas. Por eso, si un animal que come ultraprocesados todos los días empieza a acumular más sarro en forma diaria y está más propenso a inflamaciones crónicas y al deterioro de sus piezas dentales.

“Es como si nosotros, los humanos, comiéramos galletitas o caramelos todo el día: estamos más predispuestos a las caries. La naturaleza nos da una gran variedad de nutrientes”, explica Zuccaro.

-Higiene bucal diaria: otro hábito saludable es limpiarles los dientes, ya sea con un cepillo -si es ecológico, mejor-, o con una gasa envuelta en el dedo. Esta rutina es muy importante instalarla ya desde cachorros para educarlos y que se acostumbren desde muy temprano a la sensación del cepillo, lo asocien con algo positivo y lo incorporen como un hábito más en su rutina. En tanto que, en el caso de los animales adultos, la tarea puede ser más difícil, sobre todo si no están acostumbrados a esa rutina.

Para comenzar, una alternativa es envolverse el dedo índice con una gasa y, sin lastimar, repasar las piezas dentarias en todas sus caras (externa y externa), tanto de las delanteras como las traseras, en tanto que el cepillado se puede hacer con agua o con productos que se venden en las veterinarias.ambién se puede usar una mezcla natural a base de aceite de coco, menta y perejil, consultando siempre con el especialista.

-Huesos recreativos: en el caso puntual de los perros, una excelente manera de ayudarlos a mantener bien limpios sus dientes es brindarles un hueso recreativo crudo mucho más grande que el tamaño de su boca, no para que los coman, sino para que jueguen y, de paso, tener una boca más saludable ya que roer un hueso es una de las formas más efectivas de eliminar la placa de sarro y evitar su producción.

“Se lo damos unos 20 minutos o media hora para que juegue y repetimos la rutina una vez a la semana o cada 10 o 15 días. Podés pedirle a tu carnicero que te corte un hueso de fémur de vaca -ya sea la parte del medio o una de las cabezas-, lo guardás un mínimo de 5 días en el freezer -esto es importante por una cuestión de sanidad-, lo descongelás y, sin cocinarlo, se lo ofrecés a tu animal, observando de lejos su comportamiento. Él va a jugar y, después de 20 o 30 minutos se lo sacás y lo descartás”, comenta la especialista.

-Juegos: tanto los mordillos como las sogas para roer y los juguetes para masticar también ayudan a la higiene dental de nuestros perros y gatos, en tanto que los snacks que dicen ser efectivos para la limpieza dental no lo son en absoluto, por lo cual no es conveniente dárselos, mucho menos cotidianamante, como hacen equivocadamente muchas personas.

-Consulta con el veterinario: hay que estar muy atento a cualquier signo de posible mal estado de la boca de nuestras mascotas, como la halitosis, el mal aliento y a las molestias al comer y, ante su aparición, lo mejor es consultar de manera urgente con el veterinario de cabecera ya que, tratarlos a tiempo, puede prevenir enfermedades y darles un tratamiento y una limpieza adecuada, llegado el caso bajo sedación en manos de un profesional.

“Cada 6 meses es ideal llevarlo a un control dentario para una evaluación. Una enfermedad bucal detectada a tiempo evita cuadros inflamatorios e infecciones crónicas, la hiperreactividad del sistema inmune y hasta la inflamación crónica en todas las mucosas de la boca, en la lengua, en las raíces dentarias, en los huesos, en la cavidad nasal y en los órganos más lejanos como el hígado, el riñón, el bazo y el corazón”, concluye Zuccaro.