Wednesday 4 de December de 2024
NAUTICA | 21-01-2024 15:00

Una nueva energía llegó al río para transportarnos

El gas propano náutico como alternativa de combustible para embarcaciones. Es más fácil y seguro de transportar. También es más económico que la nafta o el diésel, aunque cada uno deberá hacer sus cuentas para saber si le conviene instalarlo. Video.
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Mucho se habla del gas para propulsar automotores y grandes buques, pero hoy estamos en condiciones de decir que otro combustible ha llegado a la náutica deportiva: el propano. Y antes que nada hay que aclarar que esta nota no es para incitar a instalar el sistema, sino que resulta una explicación como usuario, por lo que daré elementos de juicio. Cada uno determinará si le conviene o no.
También debo mencionar que YPF Gas se contactó con la escuela de la Fundación Náutica Deportiva (Funade) durante 2022  para retomar un tema que había comenzado hace 11 años: buscar un combustible alternativo en el río, que no es el que usan los autos  con grandes tanques pesados –Gas Natural Comprimido (GNC)–, sino que es gas propano. Nada que ver uno con el otro. Funade fue la primera institución en ensayar el tema y en avanzar junto a YPF en la propuesta.

En qué motores funciona

Particularmente, el propano es un combustible alternativo y ecológico que comenzó a incursionar en las embarcaciones deportivas de la náutica a motor, por ahora sólo para aquellas con motores nafteros cuatro tiempos, ya sean carburados o con inyección electrónica. El sistema ya ha sido aprobado por la Secretaría de Energía y por la Prefectura Naval Argentina, por lo tanto es legal.
Sin duda, existe una gran dificultad de cargar combustible en el Delta, porque no hay estaciones de servicio para abastecerse (excepto la que está en el Abra Vieja). Muchos de los que viven en las islas deben navegar una hora o más sólo para ir a cargar a Tigre o San Fernando y regresar. Ese tiempo de navegación está perdido. Tengamos en cuenta que las lanchas almacén, que son las que abastecen a las islas, no pueden llevar nafta, pero sí este tipo de combustible en garrafas.
En nuestro caso, se encuentra montado en una lancha Eclipse 21 equipada con un motor 4 tiempos de 150 HP. Como el uso que le damos es periódico, se justifica la adaptación. Seguramente, no sea rentable para quien lo coloque a los fines de navegar sólo sábados y domingos. Otros posibles usuarios del sistema son aquellos que por distintas razones de trabajo o diversión usan las embarcaciones durante mucho tiempo. Cada uno deberá hacer sus cuentas para saber si le conviene o no.

Altísima seguridad

Con respecto a la seguridad, las garrafas deben instalarse en lugares de la embarcación que tengan un buen venteo para que no haya acumulación de gases. Este punto es una gran diferencia a favor, en detrimento del combustible líquido, que puede quedar en la sentina y provocar accidentes. Y se pueden llevar varias garrafas a bordo para cambiarlas en caso de necesidad durante la travesía. Otra sustancial diferencia respecto de los bidones de combustible, inseguros comparativamente, porque la conexión en la embarcación es realizada por el usuario debido a su sencillez y practicidad, como si fuera una garrafa de hogareña. No hay que trasvasar líquidos inflamables. 
La distribución está a cargo de repartidores autorizados por la petrolera, quienes llevan las garrafas a diferentes zonas de Buenos Aires o del interior del país. Uno deja la vacía y se lleva la llena. Pero en la medida que esta innovación vaya avanzando y ganando mercado, está prevista la instalación de microplantas en el Delta para proveer a los usuarios del sistema, lo que evitará la necesidad de que ellos mismos trasladen las garrafas a las marinas y/o guarderías. En la actualidad existe una microplanta en el Boraso y Urión, donde está la veterinaria isleña.

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¿Dónde las coloco? 

Hasta tanto las lanchas salgan con tanques o soportes adaptados para transportarlas, en la lancha las garrafas van colocadas debajo de los asientos laterales de popa, lugar donde ingresan sin problemas. Pueden usarse acostadas o paradas, indistintamente. Como están hechas con fibra, no son pesadas y resultan fáciles de trasladar. Su peso máximo cargadas es 22 kg. La instalación del sistema en el motor no requiere grandes modificaciones, sólo se instalan los evaporadores, que pueden ser uno o dos dependiendo de la potencia del motor, además de una computadora y los inyectores a cada cilindro. En nuestro caso, al motor de 150 HP le instalaron dos evaporadores. Sin duda, la colocación debe de ser muy prolija, porque el espacio disponible en los motores fuera de borda está limitado por la carcasa plástica que lo protege.
Durante su funcionamiento, el motor puede alternar entre los dos combustibles: líquido a gas. Y este pasaje del combustible puede ser manual o automático. En este último caso, cuando el gas se consuma por completo, el sistema pasará a combustible líquido como en los autos. Durante las navegaciones realizadas no hemos notado variaciones en lo que respecta a potencia, salida y velocidad cuando pasamos de uno a otro sistema. Hay que saber que el kit de instalación está a cargo de empresas homologadas por YPF.  Y que la conversión lleva media jornada, con turno previo asignado.Seguramente, la pregunta del millón es ¿cuánto consume? Y la respuesta al consumo depende de muchos factores: velocidad, tipo de lancha, potencia del motor, cantidad de personas a bordo, viento y estado del río. Y en nuestra experiencia, los cálculos que realizamos en dos oportunidades dieron el mismo resultado. Veamos...

Consumo empírico 

Durante 115 minutos navegamos a 4.100 vueltas sostenidas con corriente a favor y en contra durante el 50 % del tiempo, por lo cual ese factor se compensó. A bordo de la lancha de 21 pies equipada con un motor Mercury de 150 HP a inyección iban dos garrafas, dos personas y tanque de 120 litros de nafta completo (para considerar el peso). La distancia navegada fue de 74,8 km y se consumieron las dos garrafas, que representaban $ 23.472 pesos estimativamente. De haberlo hecho con nafta, hubiesen sido 54 litros, a un promedio de $ 620 el litro, es decir, casi un ahorro de 40 %. Sin dudas, es un sistema conveniente y más seguro que el vigente, pero, como suelo decir, cada uno debe hacer sus propias cuentas, ya que el kit más la conversión (Guardería Sarthou lo coloca) están entre U$S 3.000 y 6.000, dependiendo la potencia del motor; a más potencia, mayor el costo.

 

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Francisco Savino

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