Hace más de un mes que en Ushuaia se planteó la cuestión de la erradicación de conejos, una especie introducida en Tierra del Fuego desde Europa por los primeros colonos, que no tiene predadores naturales y cuyo control se venía logrando sistemáticamente, pero este año una explosión demográfica de su población puso en riesgo estructuras edilicias de la isla, ya que la especie excava debajo de casas y edificios para formar cuevas.
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En un principio, la idea del Centro Austral de Investigaciones Científicas (Cadic; los cimientos de cuyo edificio están afectados por las madrigueras), organismo científico dependiente del CONICET, era la de acabar con estos mamíferos mediante la fumigación con gas fosfina. Sin embargo, dos asociaciones animales presentaron recursos de amparo: la de Abogados y Funcionarios para la Defensa de los Animales (Afada) y la de Amigos del Reino Animal Fueguino (Araf). Y como contrapropuesta, el 10 de junio sugirieron la colocación de trampas, un recurso sin impacto ambiental y que no hace sufrir al animal capturado, ya que se lo enjaula y traslada a otro lugar. El argumento que utilizaron fue que la erradicación amenaza la fauna silvestre y la diversidad biológica, y que la sustancia a utilizar en la fumigación resulta “altamente tóxica para cualquier ser vivo”. La respuesta del Cadic no se hizo esperar: con la colocación de trampas el problema no se soluciona, sino que se transfiere de sector.
Sede del Cadic, en Ushuaia, uno de los edificios amenazados.
Sin embargo, la idea de captura y posterior castración de machos y hembras por parte de un veterinario llegó a manos del juez Federico Calvete, quien decidió correrle traslado a la institución científica “por el lapso de tres días”, además de notificar a ambas partes que “podría abrirse una instancia conciliatoria, a fin de aunar criterios respecto del conflicto planteado”, confirmaron fuentes judiciales a la agencia Télam. Tanto para Afada como para Araf, el costo del operativo debería solventarlo el Cadic, aunque si el organismo estatal manifiesta no contar con los fondos suficientes, ambas organizaciones ofrecieron hacerse cargo de financiarlo. Por el momento, es el Cadic quien debe resolver si acepta o no la propuesta. Mientras tanto, la invasión sigue fuera de control.
Remando en el paraíso
Pastillas de fosfuro de aluminio, que al mojarse se convierten en gas fosfina.
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