Nos comenta Jorge, aficionado a la fotografía de aves, quien es asiduo visitante de Punta Rasa (San Clemente del Tuyú, provincia de Buenos Aires), la importancia que tiene de llevar entre sus pertenencias una minitijera, en lo posible plegable, un cortaplumas o en su efecto una tarjeta tipo cortaplumas, no pesan ni tampoco ocupan espacio, hasta se puede llevar en un bolsillo. Esto se debe a que uno nunca sabe cuándo deberá asistir a un ave en peligro.
A él le sirvió de mucha ayuda su tarjeta, ya que venía observando y sacando fotos a un biguá en la zona de Punta Rasa, y mientras lo miraba a través del zoom de la cámara notó que estaba en problemas. Es que justamente una mujer que estaba pescando había perdido su línea de pesca porque se la había cortado alguien que practicaba kitesurf, y dicha línea había terminado dentro del ave.
Cuando llegó no tuvo más remedio que cortar la línea a la altura del pico, ya que se había tragado el anzuelo junto con la carnada. Su satisfacción fue poder liberarlo de la situación en que se encontraba gracias al uso del cortapluma, de otra manera su destino hubiera sido otro.
Un párrafo aparte merece la práctica del kitersurf, el cual deberían hacerlo en otro lugar de la costa, dado que Punta Rasa –junto con la Bahía San Borombón– fue declarada “reserva natural” e incorporada a la lista de humedales de importancia internacional en 1977. Cada primavera miles y miles de aves provenientes de remotas regiones, como Alaska, Canadá o Península del Labrador vienen a recalar aquí luego de haber viajado más de 10.000 km.
at Jorge López
Comentarios