Se trata de hacer una extracción sustentable de este mineral que no comprometa a las futuras generaciones. Sus tres vértices del mundo están en nuestro continente, específicamente en el salar de Atacama en Chile, el salar del Hombre Muerto en Argentina y el salar de Uyuni, en Bolivia. Las sales son de nosotros pero las tecnologías son ajenas. Y es ahí donde empieza el conflicto de una riqueza natural que podría cambiar la economía de los países en pleno progreso, con altos índices de pobreza en los tres casos.
Jujuy, Salta y Catamarca, poseen las reservas de litio de nuestro país. Argentina, Bolivia y Chile, forman el ¨Triángulo del litio¨, un área que concentra entre el 65 y el 80% de las reservas mundiales de este mineral. Hay diferencias en cuanto a soberanía sobre este recurso entre los países del Triángulo del litio. En Bolivia, la Constitución del Estado Plurinacional sancionada en 2009 concibe a los recursos evaporíticos como un bien estratégico, reservando al Estado su explotación, comercialización y uso. Chile, tiene reservada la propiedad del litio en su Constitución, el Estado pretende controlar los proyectos estratégicos del metal a través de la Empresa Nacional del Litio. En Argentina, el Artículo 124 de la Constitución Nacional, establece que “…corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio”. Por ello los recursos naturales poseen carácter público y pertenecen a la soberanía del Estado, pero son las provincias las que regulan su uso y tienen la potestad para otorgar concesiones sobre las pertenencias mineras de sus territorios.
Hay dos salares en activa extracción en nuestro país: en Catamarca el salar de Hombre Muerto en manos de la corporación estadounidense FMC y el Salar de Olaroz-Cauchari, explotados por Sales de Jujuy S.A, de la firma australiana Orocobre. Ambas extracciones se realizan bajo técnicas y procesos de extracción, que se instrumentan de modo privado y confidencial de las empresas adjudicatarias. Entre ambos emprendimientos extraen un 15% del litio a nivel mundial y ubica a nuestro país como el segundo exportador de carbonato de litio proveniente de salmueras.
En la extracción litífera, no hay rentabilidad para el Estado; de lo que se extrae, queda para las provincias argentinas el 1,5% como regalías, mientras que, del otro lado de la cordillera, en Chile, las regalías representan un 40 %. La única ganancia para el Estado argentino deriva de los impuestos que pagan las compañías por desarrollar sus actividades en nuestro país, que desde 1993 cuentan con exenciones de acuerdo a la Ley de Inversiones Mineras. No hay en marcha un plan de desarrollo volvernos productores de tecnología. Según los entendidos es necesario avanzar hacia un modelo similar a Bolivia, donde el Estado participa de las ganancias, promueve empresas nacionales y hasta desarrolla un proyecto industrial de tres fases que va “del salar a la batería”.
La batería más grande
El apoyo a las actividades de promoción de la ciencia, la tecnología y la innovación vinculadas al litio se canalizan a través del CONICET . Las investigaciones de CONICET se orientan hacia actividades que utilizan al litio como insumo para la producción baterías y solo lo están realizando un 8% en Jujuy y 5% en Catamarca, del total de científicos que investigan sobre litio en el país. Hay grupos de investigación en Electroquímica del Litio, que han creado un método de extracción no contaminante y trabajan en el desarrollo de baterías de litio-aire, mucho más livianas y con mayor autonomía, posibles de utilizar en vehículos eléctricos de desarrollo local.
En términos de aprovechamiento del recurso natural, la Argentina aún tiene un largo camino por recorrer. Y en este escenario, es urgente el apoyo al desarrollo de ciencia y tecnología. En la Tabla Periódica, es un metal alcalino, buen conductor del calor y la electricidad; tiene un comportamiento muy inestable y explosivo, reacciona rápidamente con el agua y nunca se lo encuentra libre en la naturaleza (como litio puro), sino que está combinado con otros elementos. Sólido, blando, de color blanco plateado y de uso en la industria del vidrio, la cerámica, en fármacos, con una gran capacidad para almacenar energía eléctrica. Se ha vuelto el petróleo del siglo XXI, pues multiplicó por diez su valor desde el comienzo de este siglo. A partir de 2011 se observó un fuerte incremento en el precio mundial del carbonato de litio como consecuencia de la mayor demanda del recurso. Este hito presenta una posibilidad de generar mayor cantidad de divisas para Argentina, según el Informe Litio de la secretaria de Minería del año 2021.
En la naturaleza el litio se encuentra en compuestos químicos que son parte de las sales del agua de mar, pero tiende a fijarse en las arcillas que se depositan en los fondos marinos, lo que dificulta su extracción. Las salmueras naturales, como las aguas subterráneas de los salares, son los depósitos que tienen mayor concentración de litio. La mayor parte de este litio proviene de aguas geotermales, o tal vez en parte de cenizas volcánicas, es decir, de bajo de la corteza terrestre.
El litio no se disuelve fácilmente en agua, a menos que esté muy caliente, como las aguas termales. De este modo, llega a la superficie terrestre, a los salares de altura, como los de la Puna y en un clima árido, se concentran por el proceso de evaporación debido a la alta insolación. Estas salmueras de grandes depósitos de litio se encuentran a nivel mundial en un número reducido. Para su extracción se hacen perforaciones para sacar agua muy salada, que es tratada con compuestos químicos que ayudan a separar los distintos minerales y luego es colocada en piletones para lograr la evaporación del agua en un plazo de meses hasta 2 años y una concentración de hasta 50 veces este mineral. Recién entonces es llevado a una planta industrial para la obtención del carbonato de litio, forma química en la que se comercializa.
El litio es valioso porque impulsa la revolución mundial de vehículos eléctricos y el reciclaje, grandes desafíos.
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